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Comentarios (5)

Carlos Anríquez | 01.01.2021
Como discurso ideológico, podría aceptarse. Como propuesta académica, el artículo del profesor Sapelli es pobre, limitado, sesgado, carente de evidencia suficiente para cada una de sus afirmaciones diagnósticas. El estado Docente al que propone volver fue reflejo de una sociedad que pretendía ser homogénea, de un Estado burocrático y elitista, de una clase dirigente que practicaba el despotismo ilustrado. Pero... Chile cambió. Por último, seamos serios: es un simplismo absurdo suponer que el Estado chileno se puede hacer cargo con eficacia de no solo garantizar los derechos sociales, sino también de administrarlos: no puede, no lo hace, no lo ha hecho. Y una nueva constitución no cambiará su carácter burocrático y disfuncional. Necesitamos otro modelo de educación, basado en nuevos paradigmas, que responda a la sociedad del siglo XXI, no a las ideas del pasado.
Yerco | 30.10.2020
Un texto que no tiene ninguna argumentación sólida y con una clara inclinación hacia las políticas educativas que promueve la izquierda que han fracasado socialmente en los países que las han implementado. Critican lo de siempre, que el mercado, que la segregación. La escuela pública fracaso definitivamente aún teniendo más aportes estatales y pagándoles más a sus profesores, no aprovechaban inteligentemente los recursos que tenían, entonces la educación avanzo hacia una mejor educación subsidiada desde el estado hacia el privado. Este debería ser el punto de discusión: " por que la educación pública fracaso teniendo más posibilidades de acceso, participación y recursos estatales? .
carlos astroza | 29.10.2020
Este articulo tiene algo raro. Carece de la fundamentación técnica de un artículo de Ciper. Y si este es el nivel de fundamentación que puede exhibir la academia, entonces el problema no está en la educación, sino más bien en las universidades.
Gonzalo Carrasco | 28.10.2020
Traté, pero no encontré nada sustancialmente esclarecedor en el artículo. Nada que ubique un capítulo de una nueva carta fundamental, que pudiera radicalmente cambiar la esencia y funcionamiento del sistema educativo chileno.
Daniel Villegas | 25.10.2020
Es grave afirmar que la educación publica ha disminuido su cobertura por una declaración constitucional que solo pretender asegurar la libertad en la forma en que los padres educan a sus hijos especialmente en atributos tales como la religión, idiomas, vida ecológica, inclinaciones humanistas versus ingenieríles, cientificas o industriales. En todos estos casos el Ministerio de Educación asegura un estándar minimo que debe fiscalizar permanentemente en cuanto al cumplimiento de sus contenidos, para asegurar que la educación sea universal y funcional a lo que el país ha establecido para sus habitantes. Uno podría pensar que un colegio Hindu con especial atención a la meditación Lama no cumpliera con tales objetivos y para eso esta el Ministerio de Educación que debe velar porque los estándares sean los establecidos por Chile. En particular el tema de la segregación merece algún estudio en su definición puesto que la población nacional ha crecido fuertemente de un rango de 10 millones en los 70’s a 20 millones en los 2020’s , evento que no es arbitrario puesto que se esperaría que este cambio demográfico en si mismo lleve a fuertes segregaciones geográficas que distanciarían unos sectores de otros. En este contexto en que la población nacional se concentra en un 40% en la Región Metropolitana y socioeconómicamente el 6% mas rico en Las Condes y La Dehesa, la segregación económica por precio para unos cuantos vecinos no pasa de ser un chiste en relación a la segregación geográfica y económica para el resto del país. Sin duda esto pudiera llevar a grandes diferencias en la educación entre los del norte y los del sur o incluso entre los del sector publico o el privado, pero para eso está el Ministerio de Educación de nuestro país que durante muchos años ha estudiado con profesionales de esa area los contenidos y programas adecuados que les son funcionales a los chilenos que quieren mejores opciones en nuestro país. En el caso de nuestro colegio Hindu con orientaciones Lamas e incluso ahí, ellos están obligados a entregar el 100% de los contenidos que el ministerio considere obligatorios para que tal segregación no tenga efecto. Es mas, el Ministerio es el que define las herramientas de evaluación y de esa manera también controla que los estándares no sean deficientes o radicalmente diferentes al estándar establecido para Chile. Así, si la educación publica no requiere orientar mas recursos en educación, ello libera recursos para ser orientados a otras necesidades del país y así mejorar la asignación de recursos y el bienestar de todos los chilenos, por ejemplo asignando esos presupuestos a mas hospitales en salud o mas caminos, si se requieren. Por supuesto hay que cuidar de alguna manera que el principio de no discriminación se cumpla y que no ocurra por ejemplo que la población negra no pueda estudiar en ciertos colegios o universidades o que tal cosa ocurriera igual para hebreos, ingleses, españoles o alemanes. El país se sustenta en valores constitucionales y estos valores deben ser respetados en todo el país. El tema es interesante y estoy seguro que deben existir instituciones encargadas de estudia estos temas. En este caso me parece que la perspectiva del articulo esta sesgada a la segregación, que en si misma no constituye maldad pero que es un problema que requiere de atención.
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