¿Quién puede construir un reactor completamente seguro?
15.03.2011
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15.03.2011
-Se ha hablado de apocalipsis y en mi opinión es una palabra muy bien escogida –dijo hoy Günther Oettinger, y agregó: «no excluyo lo peor para las próximas horas o días”.
Oettinger es el comisario europeo de Energía y la cita, según señala el diario español El País, la dijo hoy al reunirse en Bruselas con representantes y expertos de los gobiernos de la Unión Europea (UE) para analizar la situación actual de Japón. No se refiere ni al terremoto ni al tsunami de la semana pasada. Oettinger habla de una de sus consecuencias, del desastre nuclear en torno a la planta de Fukushima Daiichi, en Japón; de lo que ya es la peor tragedia nuclear de los últimos 20 años.
El sábado pasado, después del terremoto y el maremoto, comenzó la alerta: explotó uno de los cuatro reactores de la planta de energía nuclear de Fukushima. Como lo muestra esta infografía del mismo medio español, lo que vino después fueron dos explosiones más, además de un incendio que ya fue controlado. Este video de BBC Mundo explica lo que está sucediendo al interior de los reactores. Hasta ahora, los niveles de radiación en la zona han aumentado hasta 400 veces más de lo normal y solo quedan 50 ingenieros en el lugar para intentar controlar la situación. Todos los demás ya se fueron.
Muchos expertos esperan lo peor. En la escala INES, instrumento que se usa en todo el mundo para establecer la información de los sucesos nucleares, la alerta ya está en el penúltimo nivel, el 6. ¿Qué significa eso? Que ya no es un incidente, que la liberación de material radioactivo es importante y que el impacto ya no es sólo a escala local, sino que puede cubrir un área mucho más extensa; que está a sólo un paso de equipararse con el desastre ocurrido en Chernobyl y que ya es similar al ocurrido en 1957 en la central rusa de Kyshtym. En esa ocasión, la radiación se expandió por más de 20.000 kilómetros cuadrados.
Los niveles de radiación siguen en aumento en ese sector Japón. Hasta ayer, las mediciones indicaban índices de hasta 400 mSv por hora. En una guía que publicó The Guardian para entender qué significa cada nivel, se explica que una mamografía requiere de un nivel de radiación de 0.4 mSv mientras que en los habitantes de Chernobyl que fueron relocalizados se detectó un nivel de contaminación radioactiva e 350 mVs. Lo que se está midiendo ahora en Fukushima por hora equivale a cuatro veces el nivel de radiación recomendado para la exposición de los trabajadores en las plantas nucleares cada cinco años.
Mientras en Japón aún se informa a la población que todo está bajo control (en un intento por evitar un caos masivo en medio del desastre que dejaron el terremoto y el tsunami), El Mundo asegura que los gobiernos europeos ya están evacuando a sus ciudadanos no sólo de las zonas cercanas a Fukushima, sino que de Japón y muchos medios hicieron lo propio con sus periodistas. Pero para muchos habitantes de los pueblos aledaños a la ciudad nipona se ha hecho tarde: los altavoces piden a los vecinos que se queden en sus casas, cierren las ventanas y escuchen las últimas noticias en la radio. Antes ya lo hicieron y ahora no confían. Les habían dicho una y otra vez que el problema estaba controlado, pero después se los desmintieron la misma cantidad de veces. Ahora se encuentran atrapados en una ciudad casi vacía que está sin agua, sin trenes, sin gasolina, sin patrullas en las calles ni actividad económica alguna.
Según un artículo en The Atlantic Wire, cerca de 400 proyectos de centrales nucleares han quedado detenidos en todo el mundo, observando las consecuencias del desastre que está ocurriendo. En Alemania incluso han detenido algunas de las plantas más antiguas.
Ahora muchos se preguntan lo mismo que Anne Applebaum en su columna en Slate: “Si los competentes y tecnológicamente brillantes japoneses no pueden construir un reactor completamente seguro, ¿quién puede entonces?”