EXTRACTO DEL ÚLTIMO LIBRO DE LOS PERIODISTAS ANDREA INSUNZA Y JAVIER ORTEGA
Enrique Correa. Una biografía sobre el poder
19.05.2025
Hoy nuestra principal fuente de financiamiento son nuestros socios. ¡ÚNETE a la Comunidad +CIPER!
EXTRACTO DEL ÚLTIMO LIBRO DE LOS PERIODISTAS ANDREA INSUNZA Y JAVIER ORTEGA
19.05.2025
Nunca planificó ser lobista, pero cuando lo hizo se convirtió por años en el más influyente. En ese rol se opuso a políticas redistributivas de gobiernos de izquierda con los que él mismo colaboraba. Así ocurrió con el derribo de las alzas a los impuestos al tabaco y las bebidas alcohólicas en 2003 y con su oposición a gravar los alcoholes en 2014. El libro “Enrique Correa. Una biografía sobre el poder”, detalla cómo funciona por dentro Imaginacción y el rol que en ella juega su fundador. Escrito por los periodistas Andrea Insunza y Javier Ortega, creadores de la productora periodística “Un día en la vida”, y editado por el sello “Tal cual” de la Escuela de Periodismo UDP y editorial Catalonia, la investigación recorre toda la trayectoria de Correa, desde sus orígenes en Ovalle. Y ya está en librerías.
No estaba en sus planes tener un cargo de primera línea en el gobierno de Patricio Aylwin. Cuando el mandatario electo le comunicó que lo elegía como su vocero –como la cara del primer gobierno democrático post dictadura–, Correa trató de disuadirlo de lo contrario. Conocía bien sus debilidades y entre ellas estaban un tartamudeo en la infancia y su pinta desastrada. Pero Aylwin no cambió de opinión y Correa quedó a las puertas del pináculo de su carrera política.
No fue el único quiebre inesperado de su historia. Seis años después, tendría que dejar la política de manera involuntaria, lo que lo llevaría a convertirse en lobista –el más influyente de esa industria–, algo que nunca había ambicionado ni planificado.
Ambos hitos forman parte del libro “Enrique Correa. Una biografía sobre el poder”, de los periodistas Andrea Insunza y Javier Ortega, creadores de la productora periodística “Un día en la vida”. El título forma parte de la colección “Tal cual” de la Escuela de Periodismo UDP y la editorial Catalonia.
El libro, que reconstruye la vida política del exministro y lobista en quince capítulos, es fruto de una investigación de ocho años, que incluyó la realización de casi 200 entrevistas y la revisión de archivos entre los que se cuentan documentos y correspondencia desconocidos, así como una autobiografía familiar de circulación restringida. Correa, según cuentan los autores al inicio del libro, prefirió no entregar su testimonio.
A continuación, CIPER publica un extracto editado del capítulo catorce, titulado “Atendido por su propio dueño”, que describe el funcionamiento interno de Imaginacción, su emblemática empresa de lobby.
***
Ser este puente entre la centroizquierda y el empresariado tiene un costo que Enrique Correa no suele exponer: en sus décadas como lobista, Correa e Imaginacción han defendido posiciones opuestas a las de los gobiernos con los que él se identifica. Y lo han hecho contratados por clientes que buscan conservar su riqueza y su poder. Visto bajo este prisma, ha pasado a formar parte de lo que algunos, como el politólogo estadounidense Jeffrey Winters, llaman “la industria de la defensa de la riqueza”. Un negocio del que el lobby es parte activa. [1]
La misión de Imaginacción, por la naturaleza de su función, ha sido representar los intereses de clientes que muchas veces combaten la regulación y las alzas impositivas. Y aunque algunos consultores que trabajan o han trabajado con Correa aseguran que la firma no acepta clientes si estos no están dispuestos a flexibilizar sus posiciones para llegar a acuerdos con el Estado, admiten que eso no significa que las empresas renuncien de antemano al premio mayor: no ceder.
En ese marco, Imaginacción ha sido una fuerza que ha echado abajo alzas de impuestos. Ha liquidado o debilitado regulaciones. Y ha defendido intereses de industrias nacidas al alero de la dictadura, como las AFP o las isapres, tras la privatización de lo que en países desarrollados con Estado de bienestar son pilares de la seguridad social. En el caso de las primeras, ha representado a Hábitat (de la Cámara Chilena de la Construcción, CChC) y Provida (propiedad de MetLife). En el caso de las segundas, ha tenido como clientes a Consalud (también de la CChC) [2], a Colmena y a la Asociación de Isapres.
Un caso emblemático de la fuerza de Imaginacción para repeler alzas de impuestos ocurrió en 2003, durante el gobierno de Ricardo Lagos, cuando la empresa asesoró a la industria tabacalera y a algunos productores de bebidas alcohólicas.
[…]
Andrea Insunza, autora del libro.
Representando a Chiletabacos –distribuidora de marcas como Lucky Strike y Hilton–, Correa se enfrentaría al gobierno de Lagos cuando este propuso aumentar el impuesto al tabaco. La iniciativa gubernamental fue enviada al Congreso en junio de 2003 y en ella Lagos explicaba que el Fisco requería recursos para financiar la reforma a la salud –que buscaba asegurar la cobertura universal de ciertas prestaciones– y el programa Chile Solidario, que destinaría recursos a los hogares más pobres. El gobierno proponía aumentar temporalmente el IVA –impuesto que afecta en mayor proporción a los más pobres– y subir los impuestos al tabaco, los alcoholes y el diésel.
En el caso del tabaco, los tributos habían aumentado en 1995 y 1999. Y ahora el gobierno proponía subir el impuesto a los puros de 51% a 61%, el de los cigarrillos de 47,9% a 51% y el del tabaco elaborado de 42,9% a 51%. Además, el proyecto consideraba medidas para limitar el contrabando. Correa y su equipo asesoraron al gerente de Asuntos Públicos de la tabacalera, Luis Fernando Laso, quien por esa época explicó que lo habían ayudado a definir los argumentos para oponerse a la medida. [3] No era una tarea fácil, pues, tal como describía un medio de la época, “como el tabaco causa un evidente daño a la salud, genera poco empleo y además no afecta una zona específica, su defensa resulta especialmente complicada”. [4] El diseño de Imaginacción se centró en recordar que el tabaco era el producto más gravado en Chile, que ya había sufrido alzas y que un nuevo aumento incrementaría el valor de una cajetilla, lo que incentivaría el contrabando: Hacienda calculaba el alza en $40 pesos y Chiletabacos entre $100 y $200, una cifra a todas luces exagerada.
Mientras el presidente de Chiletabacos, Michael Hardy, exponía la posición de la empresa ante las comisiones de Hacienda de la Cámara y el Senado, Laso fue el encargado de conversar directamente con diputados y senadores. […] Según declaró Laso, Correa no se involucró directamente en el lobby ante los parlamentarios. [5] Rara vez intervendría personalmente en esa etapa, delegando esa tarea en su equipo que sí recurriría a él para que llegado el momento contactara directamente a algunos parlamentarios. En esos casos, Correa los invitaba a su oficina o los llamaba. “Él prefería esperar que los proyectos de ley avanzaran a instancias más decisivas”, explica una persona que conoció esta dinámica.
El lobby fue exitoso. El impuesto al tabaco no sobrevivió a la discusión parlamentaria y no volvería a aumentar en los siguientes siete años, es decir, en dos mandatos gubernamentales: el de Lagos y el primero de Michelle Bachelet. Sí aumentó el IVA, el más regresivo de los tributos propuestos.
Durante esos años, en Imaginacción se jactaban de “botar impuestos”. Ese 2003, de hecho, el del tabaco no fue el único caso. El mismo proyecto de ley enviado por Lagos proponía subir los tributos a los alcoholes: de 27% a 28% en el caso de los licores, piscos y whisky, y de 15 a 19% para el vino y la cerveza. En este caso, Imaginacción fue contratada por la industria viñatera, encabezada por Rafael Guilisasti, el viejo amigo mapucista de Correa y uno de los dueños de la Viña Concha y Toro, quien ya en democracia había vuelto de lleno al redil empresarial. A los viñateros se sumaron los pisqueros. CCU, de la familia Luksic y otro de los clientes de Imaginacción, tenía intereses en todos los casos, pues poseía cervecerías, viñas y pisqueras.
Javier Ortega, autor del libro.
El impuesto al vino no había subido desde 1971. El pisco había tenido impuestos diferenciados según la graduación alcohólica (entre 27% y 47%), pero desde 2001 había quedado en 27% para todos los casos. El gobierno argumentaba, entonces, que el precio de una botella de pisco aumentaría 10 pesos, el de una cerveza 13 pesos y el de una botella de vino 36 pesos. […] Guilisasti trabajó con Imaginacción y, tal como Laso en el caso del tabaco, expuso la postura de Viñas de Chile ante el Parlamento.
Ahí contaron con dos aliados relevantes, representantes de localidades pisqueras y vitivinícolas de la Cuarta Región: el senador Jorge Pizarro y el diputado Patricio Walker. Ambos democratacristianos aseguraron el rechazo de la DC al impuesto a los alcoholes, argumentando que generaría desempleo en la zona. En esa época, la idea de los “impuestos correctivos” no había calado en la opinión pública, de modo que el lobby tuvo escasa resistencia y los parlamentarios rechazaron la propuesta del gobierno. Una nueva alza volvería a discutirse recién once años después, en 2014. Y nuevamente Imaginacción trabajaría con la industria.
En esa segunda oportunidad, la asociación gremial Viñas de Chile se llamaba Vinos de Chile y era presidida por René Araneda, quien más tarde, en un libro sobre el gremio, llamó al proyecto de gravamen “una reforma tributaria devastadora”. [6] Una vez más se sumaron los pisqueros. Y la CCU tuvo un rol más activo, pues la propuesta afectaba tanto a sus productos alcohólicos como a las bebidas.
El segundo gobierno de Bachelet propuso aumentar el impuesto de la cerveza y el vino en un 18% base, más 0,5% por grado alcohólico. Eso dejaba el impuesto a la cerveza en aproximadamente 20,5% y al vino en alrededor de 27%. Para las bebidas la fórmula era distinta: se proponía un 13% como base, que aumentaba a 18% cuando tenían un alto contenido de azúcar. En todos los casos el lobby surtió efecto.
Aunque Araneda no menciona a Imaginacción, la empresa asesoró a la gremial durante el proceso. Tal como una década antes, la cara del lobby fue Rafael Guilisasti, a quien los consultores le reconocían talento en estas lides, lo mismo que al fiscal de la asociación, el abogado Federico Mekis. En el caso de la CCU también hubo ganancias: en ese frente Imaginacción coordinó el trabajo con el gerente general, Patricio Jottar. Al final el impuesto a la cerveza subió a 20,5%, pero en el de las bebidas la base bajó de 13% a 10%, compensando en parte el alza a 18% de aquellas con alto contenido de azúcar.
[…]
*
“Todos llegan queriendo botar una ley”, afirma una persona que conoce el trabajo de Imaginacción por dentro. La frase resume la expectativa de los clientes que acuden –o acudían– a la empresa para impedir que una nueva regulación afecte sus negocios. La primera tarea de los consultores es, entonces, aterrizar las expectativas de los clientes. Y explicarles que muchas veces es mejor llegar a un buen acuerdo.
En esa relación con el Parlamento, donde Imaginacción mostró desde temprano su habilidad para negociar, la consultora fue afinando un método para representar a sus clientes.
[…]
Estudiaban quiénes integraban las comisiones y elegían a quiénes hacer llegar sus puntos de vista. Con el correr de los años hubo parlamentarios que se fueron especializando en ciertos temas, por lo que solían integrar por más de un periodo la misma comisión. Para el lobby en contra del impuesto al tabaco y los alcoholes, por ejemplo, las comisiones de Hacienda, de Salud y de Agricultura fueron clave.
[…]
Aunque no hay forma de reconstruir en detalle la relación de Imaginacción con el Congreso desde su fundación en 1996, sí es posible aproximarse a ella desde diciembre de 2014, cuando por mandato legal las reuniones entre lobistas y diputados comenzaron a ser inscritas en un registro público de audiencias. El registro de audiencias del Senado no incluye información sobre los lobistas. [7] El de la Cámara de Diputadas y Diputados, actualizado hasta abril de 2024, menciona 13.337 reuniones sostenidas en casi diez años con lobistas o gestores de intereses. [8] De ellas, 215 corresponden a audiencias entre profesionales de Imaginacción y parlamentarios. [9]
El registro es una mala fotografía. Primero, por la pequeña cantidad de reuniones registradas –21,5 al año aproximadamente, es decir, casi dos al mes–, lo que hace pensar en un subregistro: Enrique Correa, por ejemplo, aparece en una sola audiencia con miembros de la Cámara Baja en casi una década. Segundo, porque la ley no obliga a registrar otro tipo de contactos, como los sostenidos por teléfono, correo electrónico o aplicaciones de mensajería instantánea.
Pese a esto, las 215 audiencias analizadas sí permiten trazar un mapa del trabajo de Imaginacción en el Congreso. En la década en que ha estado vigente la ley que regula el lobby la Cámara ha tenido una composición distinta en tres ocasiones. Así, 306 personas han ejercido como diputadas o diputados y 121 de ellas han sido contactadas por Imaginacción.
La transversalidad con que trabaja la empresa queda clara al analizar el arco de partidos en que han militado los diputados que se han reunido con los lobistas de Correa: hay reuniones con representantes del PC hasta el Partido Republicano. [10] En esta última década, además, la relación es ligeramente más frecuente con la centroderecha (hay audiencias con 63 de sus diputados) que con la centroizquierda (59). Como se observa en la siguiente tabla, la empresa de Correa recurrió a más parlamentarios de RN (26) y la UDI (21) que a los de la DC (16), el PS (15) y el PPD (11). Según los datos, existe una mayor distancia con el Frente Amplio: los lobistas de Imaginacción han inscrito reuniones con apenas 4 representantes de ese sector.
Según los lobistas y parlamentarios consultados, eso sí, hay un conjunto de representantes en el Congreso con el que Imaginacción ha trabajado más de cerca y sobre el que es posible hacer tres afirmaciones gruesas: la mayoría ha sido de la Concertación o de la Nueva Mayoría; con un primer grupo la confianza llegó al punto de que los lobistas podían exponer la posición de una empresa con total franqueza y sin adornos, buscando puntos de encuentro o negociación; y con un segundo grupo la cercanía era más estrecha, por lo que podían trabajar en conjunto, casi como parte de un mismo equipo.
En el caso del primer grupo, la apuesta era persuadirlos y negociar una salida para que, a la hora de reunir votos, fueran los propios parlamentarios los que influyeran entre sus pares y esa tarea no quedara radicada directamente en los profesionales de Imaginacción. “Eso es mucho más efectivo”, explica un lobista. En este segmento se menciona a José Miguel Ortiz o Mariano Ruiz-Esquide en la DC, Ricardo Lagos Weber o Guido Girardi en el PPD, Carlos Montes o Marcelo Schilling en el PS y Pablo Longueira en la UDI.
El registro del Consejo para la Transparencia confirma en parte quiénes han sido los diputados más requeridos por Imaginacción, aunque solo desde fines de 2014. De los 120 diputados identificados, 52 se reunieron con profesionales de la empresa en dos o más ocasiones. Hay anotadas tres o más reuniones con 23 diputados.
En el segundo grupo, el más cercano a Correa, parlamentarios y lobistas mencionan a Marco Antonio Núñez como el principal aliado de Imaginacción en el Congreso, cuestión que el registro de audiencias confirma. [11] Los entrevistados también mencionan a Jorge Pizarro, quien dejó la Cámara Alta en marzo de 2022. Con ellos la relación era de tanta confianza que permitía dar un paso adicional: “alimentarlos” con sugerencias precisas, incluyendo indicaciones parlamentarias. “Cuando el lobby es profesional, inventa una alternativa que concilia el interés de la empresa con el interés público. Y cuando tú diseñas esa solución se la entregas a una o dos personas, para que se luzcan”, explica un conocedor del trabajo de Imaginacción. A veces esto también ocurría con parlamentarios que espontáneamente compartían la posición de la empresa.
[…]
Pese a la experiencia de Imaginacción, muchas veces los clientes pensaban que era posible saltarse todo este proceso y acudir directamente a la autoridad, al margen de sus asesores. En una ocasión, por ejemplo, el presidente de una asociación gremial que había trabajado con la empresa de Correa tuvo la oportunidad de acompañar en una gira al exterior a la Presidenta Bachelet.
Entonces la abordó para convencerla del negativo impacto que tendría en su industria un alza de impuestos. Bachelet le respondió que entendía el problema y que traspasaría esa inquietud a su equipo. La posición del gobierno, sin embargo, no varió. Y el dirigente cayó en la cuenta de que lo que había escuchado eran palabras de buena crianza.
Un testigo remata: “Ahí entendió por qué necesitaba a Imaginacción”.
LOS AUTORES
Enrique Correa. Una biografía sobre el poder es el tercer libro de los periodistas Andrea Insunza y Javier Ortega, quienes ya habían publicado Bachelet. La historia no oficial (2005) y Legionarios de Cristo en Chile. Dios, dinero y poder (2008). Insunza y Ortega trabajan hace más de veinte años juntos: fueron subeditores del cuerpo de Reportajes de La Tercera y luego fundaron una unidad de periodismo de investigación en la Escuela de Periodismo de la Universidad Diego Portales.
En 2021, crearon su propia productora periodística, “Un día en la vida”, desde la que realizan sus investigaciones, así como otras para medios de comunicación, productoras de cine, tv y podcast, universidades y centros de estudios. Junto a editorial Catalonia editan la colección de libros del mismo nombre. En 2023 obtuvieron el Premio Periodismo de Excelencia en la categoría Documental Periodístico por “Top Secret: Operación Chile”, que reconstruye la historia contada por los documentos desclasificados de Estados Unidos sobre Chile, el que coprodujeron con Chilevisión y María Wood Producciones. El mismo proyecto fue reconocido entre los 10 nominados en la categoría Imagen del Premio Gabo, una distinción que abarca a todo el periodismo iberoamericano de la Fundación Gabriel García Márquez.
NOTAS AL PIE
[1] Juan Andrés Guzmán, “Vivimos en la era de los oligarcas audaces y agresivos; en la era de los oligarcas en tu cara”, 2024.
[2] La CChC es la controladora de la Sociedad Inversiones La Construcción S.A. (ILC), a través de la cual es parte de la propiedad de AFP Hábitat (en asociación con Prudential Financial Inc.) y controladora de la Isapre Consalud, entre otras empresas de los sectores financiero y de salud.
[3] Francisca Skoknic, “Impuestos: lobby contra lobby”, 2003.
[4] Íd.
[5] Íd.
[6] Araneda, Historia gremial del vino chileno, 2023.
[7] El registro de las audiencias del Senado, disponible en la plataforma InfoLobby del Consejo para la Transparencia, está incompleto: en el campo correspondiente a los sujetos activos, es decir, a los lobistas o gestores de intereses, aparece el siguiente mensaje: “Información en proceso de recepción conforme a convenio”. Lo llamativo es que a fines de 2024 estos antecedentes no habían sido actualizados para audiencias sostenidas desde fines de 2014.
[8] La ley que regula el lobby distingue a los lobistas de los gestores de intereses, pues los primeros reciben una remuneración por representar las posiciones de un tercero, mientras los segundos no.
[9] Los autores cruzaron el listado de lobistas de Imaginacción Consultores en Asuntos Públicos, Imaginacción Consultores en Comunicación Estratégica e Imaginacción Diseño de Nuevos Negocios con el registro de audiencias de la Cámara de Diputadas y Diputados facilitado por el Consejo para la Transparencia.
[10] Se considera la militancia al momento de la reunión. El resultado supera al total de diputados contactados pues tres de ellos pertenecían a colectividades distintas en las ocasiones en que recibieron a lobistas de Imaginacción.
[11] Núñez dejó el Congreso en marzo de 2018 tras perder su postulación al Senado.