Wikileaks y el lobby
03.03.2011
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03.03.2011
Con la reciente aprobación de la central termoeléctrica Castilla como telón de fondo, la publicación de dos cables filtrados por Wikileaks que describen del lobby de la embajada de Estados Unidos por la central Campiche generó controversia.
El más duro fue Tomás Moschiatti en su comentario de actualidad de CNN Chile, quien realizó fuertes críticas al gobierno de Michelle Bachelet por haber realizado los cambios que permitieron la construcción de la planta de AES Gener:
Obviamente triunfó, el lobby, triunfó la ilegalidad, triunfó la injusticia, al diablo con la resolución de la Corte Suprema.
La radio de la familia Moschiatti, Bío-Bío, realizó una extensa cobertura de las reacciones: diputados socialistas pidieron la reapertura de una comisión investigadora, la ministra de Medio Ambiente dijo que indagarán si lo relatado en los cables es verdadero y el ex ministro Francisco Vidal fue la única autoridad de la administración anterior que se refirió el tema, aunque sostuvo que nunca supo de las gestiones.
En la LaTercera.com, el abogado Andrés Jirón tituló su columna como “El derrumbe de la superioridad moral”. Junto con remarcar que el “tándem” formado por el ex estudio de abogados del ministro del Interior Rodrigo Hinzpeter y la empresa de comunicaciones de Cristina Bitar es el mismo que trabajó por la aprobación de Castilla, Jirón cree que estos hechos desprestigian la política:
Estas situaciones descritas en los cables enviados por el embajador estadounidense, Paul Simons, hacen definitivamente perder la confianza en la clase política: evidencian que intereses particulares pueden primar por sobre los colectivos.
Más allá de la polémica puntual, este tipo de situaciones debiera servir para que el gobierno cumpla su compromiso de regular el lobby durante este año. Los cables de Wikileaks nos recuerdan que las embajadas suelen ser los principales lobbistas de sus países y por lo tanto deben ser incluidas en un registro público.
Los cables referidos a Campiche son dos de muchos de los 250 mil que tiene Wikileaks que dan cuenta de lobby por parte de las distintas reparticiones diplomáticas y empresas extranjeras. El caso más cercano es el de Perú, donde un cable –reproducido por The Guardian- relata cómo un ejecutivo minero le pidió a la embajada que hiciera gestiones ante el gobierno y la iglesia para que rotaran a profesores y obispos que alientan los conflictos en las zonas mineras.