Piñera, Lagos y García en la prensa internacional

Hasta Roma viajó el director del diario El País de España para reunirse con el Presidente Sebastián Piñera antes de su arribo a Madrid. El resultado es una extensa entrevista publicada en la edición dominical, en la que el mandatario chileno se pasea por todos los temas que marcaron su primer año de gobierno.

En política exterior reconoce el liderazgo de Brasil y aunque descarta que exista peligro de que Hugo Chávez exporte su modelo, es particularmente duro al juzgarlo:

Yo pienso que la difícil situación que está viviendo Venezuela dentro de ella misma ha disminuido notablemente la intención que en algún momento apareció de exportar ese modelo e intervenir en otros países. Y por tanto, no quisiera calificar a mis colegas presidentes, solamente decir que el modelo que estamos siguiendo en Chile es el mejor para Chile, y que el modelo que está siguiendo Venezuela no va por el camino correcto.

En Perú, su colega Alan García dio una entrevista al diario El Comercio que recordó la polémica de la periodista mexicana Carmen Arístegui, quien preguntó al aire si era cierto el rumor de que el Presidente Felipe Calderón era alcohólico. En Lima, la periodista Milagros Leiva fue más directa y le preguntó a Alan García si era bipolar. El mandatario peruano contestó igual de directo:

En absoluto, yo no soy bipolar. ¿Sabe por qué surgió ese rumor? Yo tenía 29 años cuando murió Haya de la Torre a quien yo consideraba un apóstol de Cristo, fue la muerte del gran padre, después de velarlo durante cinco días tuve una depresión profundísima y un amigo que ya no está entre nosotros me dijo que eso se curaba rapidísimo: “Vienes a la clínica y descansas”, eso me dijo.

Aunque en la edición web se destacó esa parte de la entrevista, la conversación completa con García es mucho más larga y política.

El ex Presidente Ricardo Lagos también estuvo presente en los medios latinoamericanos este fin de semana. Pese a que no se refiere a muy menudo a la contingencia nacional, entró de lleno en el debate por las revoluciones de los países árabes en su columna del diario argentino Clarín, titulada «La historia no vuelve atrás en el mundo árabe«:

Lo que viene no está claro, pero lo esencial es que el mundo árabe sepa construir su propia democracia, aquélla donde quepan todos: religiones, tribus, etnias, hombres y mujeres sin segregación de género. Democracias que funcionen para absorber las demandas de una nueva clase media, moderna, informada y activa en las redes sociales. Pero, sobre todo, una democracia capaz de entender que la estabilidad no la da la inmovilidad, sino el tener reglas claras para procesar los cambios indispensables. Esas reglas son las que hacen predecible el sistema. Es lo que hemos aprendido en esta parte del mundo.