63 años de dicotomía
16.05.2011
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16.05.2011
63 años de celebración para unos y de tragedia para otros. Hace una semana los israelíes festejaban el aniversario de la creación del estado judío mientras que hoy ya suman al menos 15 palestinos muertos y decenas de heridos tras un enfrentamiento con el ejército israelí en el “día de la catástrofe”. Cada 15 de mayo los palestinos se manifiestan para conmemorar la Nakba, término árabe que se refiere al exilio que sufrieron en 1948 luego de la creación de Israel.
El principal encuentro ocurrió en la frontera con Líbano y Siria, donde el ejército israelí abrió fuego. Según declaraciones del general y portavoz del ejército, Yoav Mordechai, en el diario ABC: «Ni el Ejército libanés ni el sirio están adoptando ninguna medida para evitar o reducir la violencia en los puntos donde se están produciendo disturbios en sus fronteras con Israel», además de acusar a Siria de intentar desviar la atención sobre la represión que ocurre dentro de su país.
Por su parte los palestinos reclaman la libertad y los territorios que les fueron privados en 1948. Saeb Erakat, miembro del Comité Ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina y jefe negociador palestino, explica uno de los significados de este día en su columna de hoy en El País:
La Nakba es al mismo tiempo un recordatorio de que la comunidad internacional debe hacer mucho más: las condenas verbales a la intransigencia de Israel ayudan, pero no son suficientes, igual que los proyectos financiados por los países donantes no han llegado a muchas áreas y no son parte de una situación sostenible.
Al respecto, la ONU ha pedido a ambas partes una “solución justa y negociada”. Mientras el secretario general del organismo, Ban Ki Moon ha hecho énfasis en la urgencia de la paz para evitar más muertos y heridos, la subsecretaria general de Asuntos Humanitarios y Coordinadora para la Ayuda de Emergencia, Valerie Amos, denunció que “los palestinos están completamente frustrados por el impacto de las políticas israelíes sobre sus vidas. No se pueden mover con libertad dentro de su territorio, no pueden planificar sus comunidades, y son expulsados de sus hogares».
Esta revuelta podría anticipar una verdadera amenaza para el estado judío, haciendo realidad su peor pesadilla: que los palestinos salgan de sus refugios y caminen hacia la frontera para ejercer lo que consideran su derecho de retorno.