Las propuestas para educación de las candidaturas presidenciales: temas claves ausentes
16.09.2025
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16.09.2025
El autor de esta columna analiza las propuestas en educación de los candidatos Kast, Jara y Matthei (que lideran las encuestas) y hace sus propias propuestas. Comenta que «las debilidades de las propuestas en análisis provienen, a mi entender, desde el sustento del cual se construyen. Al respecto hay dos cuestiones muy importantes: una, que en lo fundamental se refiere a buscar soluciones del pasado, lo que no es suficiente. Sus lógicas de respuestas están débilmente orientadas al futuro -salvo en enunciados formales-, por eso hay una carencia en la propuestas que atienden los desafíos a los que ya nos enfrentamos y los que llegarán».
Créditos imagen de portada: Diego Martín / Agencia Uno
Revisamos las propuestas para educación de las candidaturas presidenciales de mayor adhesión –a la fecha- en las encuestas, Evelyn Mathei, Jeannette Jara y José A. Kast, sabiendo que éstas no son vinculantes legalmente con el accionar futuro de quien gane la elección. Por ende, no están obligados(as) a cumplir las promesas, tratándose entonces de orientaciones generales de su eventual actuar.
Por razones de espacio, se consideran algunas dimensiones, siempre partiendo de la centralidad de la educación inicial y escolar para las grandes mayorías de la población que dependen de recursos públicos (90% de los escolares) y 70% de la educación superior.
En la presentación de Mathei hay algunos párrafos dedicados a establecer los principios y supuestos genéricos sobre educación. En el caso de Jara hay también un enunciado de problemas y luego propuesta(s) para resolverlos, y en la de Kast, hay media página que resume 200 años de historia de la educación chilena y un enunciado de principios en otra media página.
Las coincidencias temáticas –al menos formales- entre las candidaturas son: garantizar a todos los niños el derecho a educación, hablando además de calidad con diferentes niveles de especificación, de que la educación debe ser integral (con énfasis diferentes sobre los alcances del concepto), la importancia de priorizar la educación inicial (parvularia), reducir la carga administrativa del sistema y de los equipos directivos de los establecimientos escolares, y enfatizar los aprendizajes oportunos en cada nivel, fortalecer la profesión docente y también coinciden en apoyar la enseñanza de la lectura desde los primeros años.
Igualmente se habla –en distinto tono- de la necesidad de construir consensos para impulsar políticas de Estado, pero sin propuestas específicas en un área que en estos 45 años escasamente se han logrado acuerdos estables de mediano plazo.
Ciertamente es positivo que hayan coincidencias, muchas de las cuales son continuidad de lo ejecutado en las últimas cuatro décadas. De igual forma, aunque la expresión concreta de éstas –seguramente- será diferente para cada alianza política, no obstante lo “supuestamente novedoso que se busca destacar en gran parte de ellas” son elementos que en todo sistema moderno han de estar presentes como factores básicos, mejoras salariales y de condiciones de trabajo, de infraestructura y de equipamiento.
Las debilidades de las propuestas en análisis provienen, a mi entender, desde el sustento del cual se construyen. Al respecto hay dos cuestiones muy importantes: una, que en lo fundamental se refiere a buscar soluciones del pasado, lo que no es suficiente. Sus lógicas de respuestas están débilmente orientadas al futuro –salvo en enunciados formales-, por eso hay una carencia en la propuestas que atienden los desafíos a los que ya nos enfrentamos y los que llegarán. Lo segundo, es que gran parte de la lógica de respuesta está referida al intra sistema educativo, es decir, como si todas las respuestas se alcanzaran con mejorar la selección de estudiantes en las escuelas, reducir la burocracia, controlar al Estado y tener profesores mejor preparados, cuestiones importantes pero claramente insuficientes para los desafíos educativos país que debemos contemplar para dar un salto de magnitud al respecto, como lo necesitamos.
La propuesta de Kast centra todos los problemas en cuestiones que, en grado importante, ya han sido resueltas o están en camino de ello, salvo las posturas ideológicas de ultra derecha. La primera en el debate por la libertad de enseñanza, tema que realmente nunca ha estado en peligro en la era post dictadura, y que ha sido atendido satisfactoriamente por la Ley General de Educación (2009), por lo cual cuesta entender este planteamiento alejado de la realidad, y en segundo lugar, centra la causa de todos los males en los sucesos de octubre de 2019, lo que por cierto no es así. Antes de esa fecha los problemas de nuestro sistema en calidad educativa y desigualdad social ya eran críticos, confirmando la comprensión muy parcial de las demandas que nos acechan en este campo.
En la propuesta de Jara, la Pandemia y sus efectos constituyen buena parte del centro de los problemas que hoy experimenta el sistema, fenómeno sanitario y social que en su momento desnudó situaciones críticas y también produjo otras, pero éste no tampoco es el origen de los males que afectan a la educación en la actualidad.
Entonces, en el enfoque de todas las candidaturas pareciera que el destino de la educación solo se juega esencialmente “tras las puertas de las escuelas y centros de educación superior”, cuando en lo fundamental –desde una mirada sistémica- los temas más importantes en la actualidad están fuera de ella, y se expresan en los diversos desajustes del sistema educativo primario, secundario y superior con las demandas y necesidades de la sociedad hoy y de lo que viene.
Las temáticas ausentes en las propuestas de las candidaturas son:
1. Los déficits de aprendizaje de nuestros estudiantes han sido y son absolutamente críticos en dos dimensiones cruciales:
Entonces, sería necesario:
No seguir el camino de los cambios curriculares bajo el modelo actual, pues no nos permitirá acortar estas brechas en el mediano plazo, hay que hacer una profunda innovación -y sostenerla en el tiempo- en todo el sistema dirigido al aprendizaje, el cual implica atender,
2. La población de Chile crece menos que su tasa vegetativa, por lo mismo cada vez tendremos menos estudiantes en el sistema, además éstos serán más diversos, ello implica mayor demanda por enseñar diferente, y mayores costos operativos unitarios del sistema, ciertamente si queremos enseñar mejor.
A ello sumamos que el presupuesto de Educación del Mineduc, en sus gastos netos es desde inicios de este siglo (excluyendo los años de Pandemia) ha sido el más alto en cada gobierno. Por lo cual será difícil aumentar significativamente sus recursos, así hay que pensar en otras estrategias.
Entonces,
a. ¿De dónde obtener más recursos públicos? Más allá del aporte derivado del crecimiento económico del país, es urgente revisar los costos de operación del Ministerio de Educación y hacer un rediseño, pues éste ha sido superado en muchas de sus dimensiones y se requiere de cambios para liderar estas materias. Esto es indispensable más allá de los costos operativos directos, también por el costo agregado sobre el sistema educativo de sus procesos de gestión.
Necesitamos un Ministerio proactivo y con visión prospectiva , que atienda todos los niveles del sistema y a la educación pública y privada.
b. Adicionalmente, implica tener mejores sistemas de control de los recursos. Eso significa un mejor Estado—como representante de los ciudadanos- y que esté muy atento en determinar si los dineros se gastan debidamente, por ello es inconducente pensar en un Estado que solo financie pero que no controle el dinero de todos los ciudadanos, tuvimos ya esa experiencia entre 1981 y los 90, la que solo se pudo cambiar gradualmente desde el 2009, al suprimirse la tristemente célebre Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza, aprobada en los días finales de la dictadura.
c. También sabemos que la educación municipal en sus 45 años de vigencia ya no dio el ancho, no solo su matrícula se redujo a la mitad, sino que sus resultados no incidieron como se esperaba sobre la reducción de la desigualdad social, sumada a esta crisis los efectos del financiamiento compartido y otros.
Se requiere apoyar a la Nueva Educación Pública que requiere de una profunda revisión en todas sus dimensiones para responder a las demandas del medio sobre su aporte a cada territorio y a la sociedad.
3. Para el año 2030 el déficit de profesores y educadores del sistema escolar en el mundo será de 50 millones, Chile incluido en esas cifras próximas a los 25 mil docentes o más, y no tenemos a la fecha ningún plan país para mitigar sus efectos, no obstante disponer hace más de una década de advertencias al respecto: reducción en un 50% de postulantes a carreras pedagógicas, graduar mucho menos profesores (as) anualmente; y de éstos, a lo menos un 40% abandona tempranamente la profesión. Por lo mismo, si queremos centrarnos en las escuela debemos pensar en quien formará a los estudiantes:¿de dónde sacamos -en el corto plazo- más docentes? y ¿cómo podemos enseñar con menos maestros en aula?
Propuestas:
4. A partir de estos desafíos podemos pensar en otra escala de retos intermedios, como es la enseñanza técnica de nivel medio y superior, que ha sido enunciada por todos los candidatos, pero pensando en el siglo pasado.
No cabe duda de que hay otras temáticas muy relevantes que podríamos considerar desde ahora. Una es que actualmente generamos más conocimiento en 5 años que en los 140 años de revolución industrial, por lo cual hay que asumir esta nueva visión de cambio y, reitero, modificar los modelos curriculares actuales de la educación escolar y buena parte de la superior.
También, en segundo término, de no manejar adecuadamente la IA esto es, enseñarla y disponer de los recursos técnicos para su aprendizaje, uso y desarrollo, la IA aumentará las actuales desigualdades sociales y económicas de nuestra población.
En tercer lugar, la sociedad chilena enfrenta un fenómeno muy relevante de envejecimiento de su población, que considera además mayor demanda de actividad de éstos, y mejores condiciones de vida. Esto es un factor crítico para los sistemas educativos que aún no visualizamos y que está golpeando nuestras puertas.