OS-9 DE CARABINEROS DETUVO A LOS FUNCIONARIOS Y ALLANÓ SUS DOMICILIOS
Estas son las imágenes que vinculan a tres gendarmes con el homicidio de un recluso en la cárcel de Arica
30.07.2025
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OS-9 DE CARABINEROS DETUVO A LOS FUNCIONARIOS Y ALLANÓ SUS DOMICILIOS
30.07.2025
El interno Cristian Díaz fue asesinado el 29 de diciembre de 2024 en uno de los patios de la cárcel de Arica, apuñalado por el también recluso, Jordan Mejías. La fiscalía detectó la posible participación de tres gendarmes en el crimen, emitiendo una orden de detención en su contra, a la que CIPER tuvo acceso. Según el documento, de los 20 internos que fueron trasladados desde el módulo de Alta Seguridad al patio ese día, solamente Díaz fue revisado por los funcionarios. Además, en el documento se señala que Díaz fue obligado a empujones por los gendarmes para que saliera al patio, donde se encontraba Mejías con un arma cortopunzante “de grandes dimensiones” y que movieron una cámara por lo que el homicidio no fue grabado. La fiscalía de igual modo logró reconstruir la escena a través de los registros audiovisuales captados por esas cámaras del recinto penitenciario y que en la orden de detención se resumen en 43 fotografías. CIPER publica algunas de esas imágenes.
Créditos imagen de portada: Lukas Solis / Agencia Uno
Tres gendarmes del Complejo Penitenciario de Acha (Arica) fueron detenidos ayer, 29 de julio de 2025, por su presunta conexión con el homicidio del interno Cristian Díaz, asesinado el 29 de diciembre de 2024 por el también recluso Jordan Mejías, quien lo apuñaló en el patio del módulo de Alta Seguridad de esa cárcel.
Según señala el Ministerio Público en la orden de detención que terminó con la captura de los efectivos identificados como el capitán Samuel Gatica y los sargentos Luis Jara y Osvaldo Sandoval, habrían “permitido” y “facilitado” el homicidio, teniendo entre sus pruebas que los custodios no realizaron la revisión corporal de Mejías antes de liberar a todo el grupo para salir al patio. Además, obligaron a empujones a la víctima a salir al lugar donde lo esperaba su atacante. Y se constató que hubo un movimientos de las cámaras de vigilancia al momento del crimen que imposibilitó grabar el homicidio.
Fuentes vinculadas a la investigación explican que el Ministerio Público maneja la hipótesis de que el móvil para matar a Díaz fue la sola muestra de poder al interior del recinto carcelario. Según información preliminar, este no formaba parte de ninguna banda criminal ni chilena ni extranjera.
El caso se suma a otras revelaciones vinculadas a fallas estructurales detectadas al interior de Gendarmería. En junio pasado, CIPER reveló que al menos 11 miembros del Tren de Aragua operaban con celulares desde distintas cárceles del país, lo que les permitía mantener la red criminal activa. Y que parte de esos dispositivos habían sido ingresados por los propios gendarmes.
Para ese artículo, expertos señalaron a CIPER uno de los problemas que enfrenta Chile, es que el crimen organizado busca controlar desde la cárcel las actividades delictuales y que esto requiere de cooperación de Gendarmería, la que consiguen a cambio de dinero o bajo amenazas. A los expertos les preocupa que la institución aplique medidas acorde a la gravedad del problema.
El diario digital Arica al Día informó que personal del OS-9 y el Laboratorio de Criminalística de Carabineros detuvo a los tres gendarmes en el mismo recinto penitenciario de Acha, por lo que fueron formalizados vía Zoom este miércoles 30 de julio.
CIPER accedió a la orden de detención emitida por la Fiscalía de Arica, en la que se detallan las pruebas visuales con que el Ministerio Público arribó a la conclusión de que los gendarmes participaron del homicidio y les imputa los delitos de homicidio calificado, homicidio simple y obstrucción a la investigación.
A partir de las imágenes que registraron las cámaras de vigilancia del recinto, y que en el documento se retratan con 43 fotografías o capturas de pantallas de esas grabaciones, la fiscalía reconstruyó los pasos del atacante, las posiciones de los gendarmes y el trayecto que hizo Díaz antes de morir. Esa secuencia fue exhibida durante la formalización de los funcionarios de Gendarmería y es la que CIPER da a conocer en este artículo.
A las 8:40 de ese domingo 29 de diciembre de 2024, comenzó el proceso de “desencierro de los internos”, es decir, el momento en que pueden salir al patio. Según se consigna en la orden de detención de fiscalía, la primera irregularidad detectada en el actuar de gendarmes, fue que no se realizó la revisión corporal de los reclusos. De los 20 internos que salieron al patio, sólo uno fue chequeado: Cristian Díaz, el recluso asesinado diez minutos después.
A las 8:44, ya en el patio, uno de los gendarmes realizó el conteo de los reclusos, un proceso de carácter obligatorio y que tomó 10 segundos. Ni Díaz ni Jordan Mejías, el recluso señalado como autor del homicidio, estaban para ser contabilizados. De acuerdo con los registros, en ese momento, Mejías se encontraba aún en las celdas realizando labores de aseo, permaneciendo ahí hasta las 8:45. Mientras tanto, Díaz se quedó en el pasillo que da al acceso del patio, sin salir, donde estuvo parado sin moverse por cuatro minutos y 24 segundos. También se describe que Mejias, cuando salía del módulo de Alta Seguridad en dirección al patio, portaba “los útiles de limpieza en sus manos, sin embargo, se observa que presiona en su pecho con el antebrazo izquierdo, realizando un movimiento que sugiere el posible ocultamiento de un objeto bajo la chaqueta”.
A las 8:46, según describe la fiscalía, Cristian Díaz es empujado “con fuerza” por funcionarios de Gendarmería, “obligándolo a avanzar contra su voluntad hacia el patio”.
A las 8:46 con 28 segundos, Jordan Mejías cruzó el patio para acercarse a una mesa, momento en que sacó un arma blanca, un cuchillo de “grandes dimensiones”, incluso vista por el operador de cámara y que ocultó debajo de unas prendas de vestir que estaban en la superficie: “La maniobra es captada con claridad gracias al movimiento de la cámara”, se consigna en el documento.
A las 8:46 con 36 segundos, la cámara N° 116 ubicada en el patio, registró la salida de Díaz al patio, quien se quedó cerca de una reja.
A las 8:48, la cámara realizó un movimiento panorámico, enfocando el sector de las mesas donde estaba Jordan Mejías y el arma cortopunzante que había escondido.
A las 8:50, en tres imágenes consignadas consecutivamente por el Ministerio Público, se visualiza a Mejías tomando el cuchillo y caminando en dirección a la entrada del patio, lugar donde estaba Díaz. La cámara 116, comandada por un operador, no siguió al atacante, quedando Jordan Mejías y Cristian Díaz sin posibilidad de ser registrados.
A las 8:54, la cámara modificó la dirección de su enfoque, apuntando nuevamente al acceso del patio donde estaba Díaz, quien ahora yacía en el suelo a los pies de una reja, porque había sido apuñalado. Un gendarme lo acompañaba.
En el patio del recinto penitenciario, solo había una cámara, pero al interior había otras. En el pasillo que da a la puerta para salir al exterior, una cámara captó a un interno que cumplía “funciones de mozo”, es decir, que ejercía labores de limpieza y, según se observa, este recluso interrumpió sus tareas para mirar hacia afuera porque su atención había sido capturada. En la misma imagen -describe fiscalía- se ve que a pocos metros, otro funcionario de Gendarmería, que aún no ha sido identificado, hacía lo mismo. Todo se interrumpió cuando a las 8:51 con 35 segundos, uno de los gendarmes imputados tomó del brazo al funcionario no identificado que miraba hacia afuera y lo “desplaza a otra ubicación, lo que provoca que pierda la visual directa hacia el patio”.
Según se desprende de los fotogramas y del análisis de estos contenidos en la orden de detención, ningún funcionario de Gendarmería realizó acciones tendientes a evitar el asesinato de Cristian Díaz Valencia, sino más bien “permitieron” y “facilitaron” su agresión.
El homicidio no fue una sorpresa. Originalmente, Díaz cumplía condena en el centro penitenciario de Quillota, pero fue trasladado provisoriamente al penal de Acha por un nuevo juicio en su contra, acusado de agredir a un gendarme durante una riña en la cárcel ubicada en la Región de Valparaíso.
En la audiencia de apertura del juicio oral por aquella causa, llevada a cabo el 22 de octubre de 2024, el imputado Cristian Díaz y su defensa dejaron registro de que su vida corría peligro si era trasladado a la penitenciaría de Acha: “Se deja constancia para los fines pertinentes que el propio imputado solicita expresamente no ser traslado al Centro Penitenciario de Arica para la realización del juicio oral, por temor a su integridad”.
La advertencia fue desestimada. El 17 de diciembre, Cristian Díaz fue ingresado al módulo de Alta Seguridad de la cárcel de Arica. El 22 de diciembre se auto infirió una herida con arma blanca en el brazo para luego manifestarle al gendarme que lo fue a ver que tenía problemas con reclusos de ese módulo. Al día siguiente, Jordan Mejías lo apuñaló en cuatro ocasiones, quedando hospitalizado. Y tras volver a su celda, según la imputación del Ministerio Público, tres gendarmes ayudaron a Mejías para dar muerte al recluso.