Vacunación contra el sarampión, ¿cómo andamos por casa?
06.12.2025
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06.12.2025
Señor Director:
En los últimos días el Gobierno ha anunciado el reforzamiento de la vigilancia epidemiológica y de inmunización contra el sarampión, producto de la baja tasa de vacunación de la población objetivo en Argentina. Pero, ¿es tan grave la situación?
En pocas palabras, sí.
El sarampión es un viejo conocido, ha acompañado a la humanidad desde hace siglos y se caracteriza por poseer una de las mayores tasas de propagación conocidas: una sola persona infectada puede transmitir la enfermedad a entre 12 a 18 personas. Además, no posee tratamiento específico, por lo que solo se tratan los síntomas. Esta combinación hizo que el sarampión causara entre dos a tres millones de muertes anuales a nivel mundial en la época prevacunas , hoy en día esta cifra ronda los 100.000 decesos, los que están concentrados en niños menores de cinco años de países con baja cobertura de vacunación.
La vacuna SRP contra el sarampión es de virus atenuado, es decir, es el mismo virus del sarampión pero sin la capacidad de causar la enfermedad y puede ser reconocido por el sistema inmune del cuerpo. Se administra en dos dosis, a los 12 y 36 meses de vida, con la primera dosis se crean defensas en pequeña escala y con la segunda dosis estas defensas se robustecen, tanto así que la cobertura dura toda la vida. De esta forma, si una persona se infectase de sarampión el cuadro será tenue y durará poco, y si está rodeado de personas vacunadas, el virus se propaga menos y los brotes desaparecen, por lo que los niños menores a 12 meses quedan protegidos al tener menor riesgo de exponerse al virus.
En Chile tenemos evidencia de esto. La vacunación contra el sarampión es obligatoria desde 1963 y con los años dio frutos. Así el panorama de 1960, con 32.720 casos y 2116 muertos (letalidad del 6,5%), pasó a 1 caso y 0 muertos en 1993, cuando Chile fue declarado como libre de sarampión: Erradicamos esta enfermedad gracias a la vacunación.
Para el 2015, casi 40 años desde la creación de la vacuna, el sarampión se erradicó de América. Pero, en 2025, Canadá fue el primer país americano en volver a tener casos endémicos, o sea, casos de personas que fueron contagiadas dentro del país. Los datos indican la causa, desde 2019 la tasa de vacunación en Canadá ha disminuido paulatinamente de la mano con la expansión de los movimientos antivacunas. Para 2023 solo un 88% de la población objetivo tenía por lo menos una dosis de la vacuna, alejado del 95% necesario, lo que ha repercutido en los casi 5.000 casos de sarampión vistos en 2025.
En Argentina la situación es mucho peor. Si bien el país trasandino está libre de sarampión, pese a tener un brote por un caso importado el semestre pasado y una alerta que todavía está en estudio, posee una tasa de vacunación menor al 50% de la población objetivo. Una verdadera bomba de tiempo epidémica, ya que un caso importado de sarampión tendrá mayor probabilidad de descontrolarse y generar múltiples brotes, causando un daño en la población difícil de calcular, pero fácilmente mucho peor que la experiencia canadiense.
La medida tomada por el Gobierno es atingente, sobre todo si vemos las cifras de vacunación en Chile. Para noviembre de 2025, la cobertura de la primera dosis de la vacuna SRP es de un 80%, mientras que la segunda dosis es solo de un 59%. Por lo que de no cambiar el panorama, las cifras de infectados y fallecidos de la época prevacunas estarán más cerca.
Chile no debe olvidar que el beneficio sanitario que disfrutamos hoy en día se construyó con medidas basadas en la evidencia científica y que una baja tasa de vacunación es el camino directo para perder estos logros.