SIETE HOSPITALES RECIBIERON AMPOLLAS DAÑADAS Y A DOS LLEGARON MENOS DOSIS QUE LAS REQUERIDAS
Ampollas llegan rotas o reciben menos dosis: hospitales reclaman por envíos de fentanilo despachados por laboratorio
17.07.2025
Hoy nuestra principal fuente de financiamiento son nuestros socios. ¡ÚNETE a la Comunidad +CIPER!
SIETE HOSPITALES RECIBIERON AMPOLLAS DAÑADAS Y A DOS LLEGARON MENOS DOSIS QUE LAS REQUERIDAS
17.07.2025
Durante el último año, siete hospitales ubicados en distintas regiones, han reclamado un total de diez veces a la Central de Abastecimiento (Cenabast) por la recepción de cajas de fentanilo con ampollas rotas. En todos los casos, el proveedor era el laboratorio Biosano. El que hizo más reclamos en el periodo fue el hospital de Antofagasta, tres veces dentro de un periodo de cuatro meses. Le sigue el hospital de San Carlos de la Región de Ñuble, con dos ocasiones. En los hospitales señalan que no es un suceso frecuente y que avisaron a la Cenabast. La secretaría nacional del Colegio de Químico Farmacéuticos y Bioquímicos apunta a la falta de un procedimiento escrito que indiqué cómo proceder en estos casos.
Créditos imagen de portada: Diego Martín / Agencia Uno
Desde febrero de 2024 hasta mayo de este año, al menos siete hospitales públicos han realizado reclamos a la Central de Abastecimiento del Sistema Nacional de Servicios de Salud (Cenabast), para informar la recepción de unidades de fentanilo inyectable, encapsuladas en ampollas de vidrio en concentración 0,5 mg/10 ml, en malas condiciones. Las ampollas llegan rotas y, por lo mismo, se pierde el fentanilo, un opioide sometido a rigurosas regulaciones para evitar su tráfico ilegal. Además, en dos hospitales se reportó que llegaron menos ampollas que las solicitadas. Los recintos hospitalarios también han reportado rotura de ampollas de otros tipos de medicamentos, como vitaminas, antibióticos y anestésicos.
Los reclamos, a los que CIPER tuvo acceso, informan que las cajas con ampollas rotas y uno de los envíos con dosis faltantes provenían del laboratorio Biosano. El otro caso en que se recibieron menos dosis que las requeridas venía del laboratorio Sanderson. CIPER consultó a los hospitales que presentaron estos reclamos y señalaron que no es común que esto suceda. Los hospitales que comunicaron estos eventos fueron: Hospital Gustavo Fricke (Valparaíso), Hospital de Illapel (Coquimbo), Hospital de Talca (Maule), Hospital San Carlos (Ñuble), Hospital de Copiapó (Atacama), Instituto Nacional del Cáncer (Metropolitana) y Hospital de Antofagasta. El que hizo más reclamos en este periodo fue el hospital de Antofagasta, quien acusó tres veces, entre octubre de 2024 a enero de 2025, que recibió ampollas rotas.
En el Instituto Nacional del Cáncer y el Hospital de Quilpué (Valparaíso) se reportó, además, la falta de ampollas. En el caso de Quilpué, el proveedor era Sanderson.
Según explicaron en Cenabast a CIPER, el químico farmacéutico del establecimiento de salud, responsable legal de los medicamentos controlados, debe revisar la recepción. Si hay alguna diferencia, “el establecimiento debe rechazar el producto y es el proveedor quien debe dar cuenta de alguna investigación en caso de que se extravíe un medicamento controlado. Si posteriormente a la recepción conforme, el establecimiento se dio cuenta de un producto faltante, debe dar aviso a la autoridad sanitaria y realizar la denuncia ante la PDI”, indicaron. Sin embargo, tanto en el Hospital de Quilpué como en el Instituto Nacional del Cáncer, donde se reportaron falta de ampollas, no hubo aviso a PDI, según explicaron a CIPER las unidades de comunicación de los respectivos recintos.
En el Instituto de Salud Pública (ISP) señalaron que la responsabilidad de contar con un sistema de manejo de los medicamentos controlados es de las farmacias de los hospitales, las que deben tener un protocolo en caso de que los productos vengan dañados. “Este procedimiento es interno y no requiere ser enviado a la autoridad sanitaria”, dijeron en el ISP.
CIPER consultó a Biosano sobre los siete hospitales que recibieron ampollas de fentanilo dañadas. En ese laboratorio explicaron que el traslado sigue un protocolo determinado, incluyendo una guía de despacho que garantiza que el producto fue revisado antes de su despacho. Sin embargo, agregaron, el traslado “constituye un desafío relacionado con su manipulación durante toda la cadena de distribución, dada la fragilidad intrínseca del vidrio, considerando que el espesor del vidrio es de 0,6 mm”.
Según el artículo 55 de la Ley 20.000, sobre tráfico de estupefacientes y sustancias psicotrópicas, las personas jurídicas que fabriquen, transporten, almacenen o comercialicen estos productos, deben estar incorporadas en un registro especial de la Subsecretaría del Interior. Esta ley establece que quienes están en el registro, ante cualquier caso de certeza o indicio de desvíos para la fabricación ilícita de drogas, deberán “informar inmediatamente a las autoridades competentes”.
Cuando los hospitales se dan cuenta de que el fármaco controlado está en mal estado, presentan reclamos a la Cenabast y contactan al proveedor para volver a facturar, descontando el valor del producto perdido. Sin embargo, la secretaria nacional del Colegio de Químico Farmacéuticos y Bioquímicos, Pamela Quinteros, indica que no hay un procedimiento escrito sobre qué hacer en esos casos.
La falta de un reglamento unificado y protocolos para situaciones en que medicamentos controlados llegan dañados, deja abierta la posibilidad de una eventual comisión de delitos, pues no se asegura que los productos no fueron robados.
El recinto que más reclamos ha realizado es el Hospital de Antofagasta, con tres casos: uno en octubre de 2024, otro en diciembre del año pasado y el tercero en enero pasado. A pesar de esto, en el hospital indicaron que “esta situación no es frecuente”.
En cuanto a las notificaciones a otras entidades, en el hospital indicaron que “desde la unidad de logística de farmacia, se efectúa un reporte mensual al ISP y a la Seremi [Secretaría Regional Ministerial de Salud], informando las guías y cantidades recepcionadas, mediante correo electrónico y correo certificado, respectivamente”.
Frontis Hospital Regional de Antofagasta Dr. Leonardo Guzmán Créditos: Camilo Alfaro/AGENCIA UNO
En el Hospital de San Carlos, ubicado en la Región del Ñuble, dos veces las cajas de fentanilo llegaron deterioradas. Según el director subrogante del hospital, Fernando Corvalán, la primera fue en septiembre de 2024 y la segunda, en febrero de 2025. En ambas ocasiones, indicó, se ingresaron reclamos a Cenabast. “En ambas situaciones, el producto fue retirado y facturado únicamente lo que correspondía”, señaló.
El Hospital Regional de Copiapó señaló que en noviembre del 2024 de un despacho de 3 mil unidades de fentanilo 0,5mg/100ml, 85 ampollas llegaron quebradas. Según indicaron en la entidad, “los bultos venían todos cerrados con sus respectivos sellos de seguridad. Cuando se abrieron las cajas había ampollas quebradas, ya que había unas cajas mojadas, ante lo cual se realizó registro fotográfico”.
El hospital realizó un reclamo a través de Cenabast y se puso en contacto con el proveedor para realizar una nota de crédito. “Simultáneamente, se informó a la Seremi de Salud, mediante un correo electrónico a objeto que indicar el proceder ante esta situación, lo cual fue realizado conforme a su respuesta”, señalaron en el hospital.
El Hospital Regional de Talca explicó que, en agosto de 2024, se detectaron dos cajas con ampollas rotas. En el hospital indicaron que la revisión fue realizada por el químico farmacéutico jefe de la farmacia y el encargado de bodega del hospital, quienes notaron que había ampollas rotas dentro de las cajas. “Posteriormente, se notificó a Biosano, quien retiró las cajas dañadas y procedió a rebajar el costo correspondiente”, agregaron en el hospital. Según explicaron, no correspondía realizar una denuncia ante la fiscalía, ya que “no existe delito de pérdida, sustracción u otra acción ilícita respecto a estos productos. La devolución de las cajas dañadas es aceptada por el proveedor, siempre que las mismas se encuentren selladas y en iguales condiciones a las entregadas originalmente”.
En la Región de Valparaíso, el Hospital Gustavo Fricke, a principios de 2024, recibió un pedido de fentanilo con problemas de filtración de una caja. Desde la entidad explicaron que, según su protocolo, realizaron un informe y se comunicó lo sucedido al Servicio de Salud, al ISP y la Cenabast. Además, se coordinaron con la Seremi para el retiro y eliminación segura del producto.
Desde el Instituto Nacional del Cáncer explicaron que es la primera vez que se presenta una situación de esta naturaleza. En enero del presente año realizaron un reclamo por un pedido que había llegado con una ampolla rota y una menos. Señalaron a CIPER que se notificó al ISP y a la Cenabast.
El Hospital Illapel, a principios del 2024 recibió un pedido con ampollas de fentanilo rotas, y el químico farmacéutico y el encargado de bodega notificaron que la caja del medicamento controlado estaba húmeda. Desde el hospital indicaron que se devolvieron los medicamentos al proveedor, Biosano, para que se realizará la investigación correspondiente y se solicitó una nota de crédito. Al ser consultados por otros casos parecidos, el servicio indicó que ya había sucedido en 2023, pero con otro proveedor. En ese caso, según su protocolo, se remitieron las ampollas a la Seremi de Salud para la destrucción segura del producto.
En cuanto al Hospital de Quilpué, el proveedor era el laboratorio Sanderson. Al recibir el pedido, venían cuatro ampollas menos de las pedidas. El hospital señaló que, tras encontrar menos unidades, inmediatamente notificó al ISP, a la Cenabast, a la Seremi de Salud de Valparaíso y al laboratorio Sanderson.
CIPER revisó que también se ha reportado recepción de ampollas quebradas de otros medicamentos como vitaminas, antibióticos y anestésicos.
Consultado por los protocolos a seguir en estas situaciones, Cenabast explicó a CIPER que el establecimiento debe hacer el reclamo mediante su plataforma. Esto, para que la central levante el requerimiento al proveedor, solicitando reposición del producto.
En el ISP atribuyen a los recintos de salud la responsabilidad de tener protocolos internos para el manejo de los medicamentos controlados en caso de que lleguen dañados y sostienen que no se requiere el envío a la autoridad sanitaria. Además, agregaron que “el fentanilo es preocupante, ya que es una droga muy potente, entre 50 y 100 veces más potente que la morfina de la que se requieren sólo unos pocos miligramos para provocar la muerte de un individuo sano, y su potencial adictivo es muy alto”.
La secretaria nacional del Colegio de Químicos Farmacéuticos y Bioquímicos de Chile, Pamela Quinteros, señaló que si bien existen manuales de recepción para cuando los productos llegan en buen estado a los hospitales, cuando llegan en mal estado, el modus operandi queda sujeto al sentido común del profesional: “No hay un procedimiento escrito de qué hacer en esos casos. Uno lo hace más o menos desde la experiencia. Lo único que uno tiene como acceso inmediato es poner un reclamo a la Cenabast. Aunque no necesariamente todos lo van a hacer así”.