CARTAS: 17 de octubre – Día Mundial del Dolor
17.10.2023
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17.10.2023
Señor director: El dolor, un fenómeno universal que afecta a millones, tiene impactos profundos no solo en la salud física, sino también en el bienestar emocional y social de quienes lo padecen. Se estima que, en Estados Unidos, más de 50 millones de adultos experimentan dolor crónico, y de ellos, 17,1 millones experimentan dolor crónico de alto impacto, significa que tienen una restricción sustancial de las actividades de la vida diaria. En Chile, la prevalencia es de 32%, lo que refleja una realidad dura que necesitamos abordar colectivamente.
El dolor no es meramente una sensación física. Transciende lo tangible y se infiltra en el ámbito emocional y psicológico, afectando la percepción, la calidad de vida y el bienestar general de una persona. El dolor es personal, subjetivo y único para cada individuo. Dos personas pueden experimentar y expresar el dolor de manera muy diferente, incluso con una condición médica similar.
La gestión del dolor no es simplemente un proceso de atender síntomas físicos, es una intervención sistémica de la mente y cuerpo del paciente. En este viaje, los anestesiólogos y otros profesionales de la salud se convierten en aliados, utilizando una mezcla de ciencia médica, comprensión psicológica y cuidado humano para ayudar a las personas a llevar y superar su dolor.
El dolor se entrelaza con la calidad de vida, la capacidad para trabajar y la interacción social. La persistencia de este puede limitar la capacidad de concentración, la eficiencia en el trabajo y la participación en actividades cotidianas. Una lucha individual que se intensifica y la productividad laboral disminuye, generando un efecto dominó: disminución de la productividad a nivel nacional, afectando la economía y el bienestar social.
En Chile, el porcentaje de licencias médicas por dolor crónico bordea un 24%, con tendencia hacia personas entre 30-49 años predominantemente de sexo femenino.
En este contexto, la detección precoz y el diagnóstico adecuado son imperativos. Vivir libre de dolor no es un lujo, sino un derecho humano fundamental que todos merecemos y que es alcanzable.
Actualmente, se ha dado un paso significativo para abordar este desafío, conformado unidades de dolor tanto en el sector público como en el privado, lo que ayudará a que la atención y el tratamiento sean accesibles para todos, en un futuro próximo, independientemente de su estatus socioeconómico.
En este Día Mundial del Dolor, nuestra atención se centra en aquellos que viven con dolor cada día. El dolor, por devastador que pueda ser, no es invencible. Con la combinación correcta de ciencia, humanidad y acción colectiva a través de políticas de salud, podemos transformar las vidas de millones. No permitamos que el silencio y el estigma rodeen el tema del dolor. Abramos la conversación, busquemos ayuda cuando sea necesario y apoyemos a aquellos que lo necesitan.
En este Día Mundial del Dolor, recordamos que cada paso que damos hacia su alivio es un paso hacia un mundo más saludable, justo y humano para todos.