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Comentarios (11)

cys | 01.07.2013
He disfrutado la lectura de los 3 artículos de Matías Cociña. Creo que faltaron más argumentos, más visiones complementarias. Me atrevo a agregar algunas: 1. LOS MACHOS ALFA. Existen personas con perfil claramente competitivo en la sociedad, tipo macho alfa en un clan animal. Ellos siempre quieren ganar, ser primeros, destacar en lo que sea que estén involucrados. No importa a veces como se imponen a los demás. Tienen un ego muy grande e intentan acceder al primer puesto, porque les gusta brillar y mandar al resto. Representan el aspecto Yang de las organizaciones. Tienen mucha voluntariedad. Típicamente son líderes políticos, ejecutivos de negocios, oficiales de fuerzas armadas, guerrilleros, revolucionarios, jefes de sindicatos, etc. Quieren conquistar al otro. Sin conquista no hay vida para ellos. Emocionalmente viven intensamente cada instante de la vida. 2. LOS TECNICOS. Existen personas que tienen una clara característica técnica, que dominan su arte, ciencia, profesión u oficio. Son muy eficientes, pero sin el desmedido ego de los mencionados anteriormente. Los técnicos, trabajadores, médicos, soldados, empleados, son gran mayoría en el mundo moderno. No aspiran como los anteriores a mandar o dirigir, sino  a dominar su arte o ciencia. Pueden dirigir, pero como un acto que es consecuencia de su excelencia en lo que hacen. No es su principal vocación dirigir. Su realización está en lo que hacen, no en la posición que tengan en la escala social, o en la empresa. 3. LOS SERVIDORES Existe un grupo amplio también de personas que tienen como característica un gran corazón, una gran vocación de servicio. Ellos siempre están ayudando a los demás. Son puro sentimiento, abnegación. Ellos al revés del grupo tipo macho alfa, no dudan en quedarse al último para ayudar al más atrasado. Sacrifican su descanso, sus recursos monetarios, su tiempo, todo por ayudar al desventajado. Destacan como enfermeras, profesores, secretarias, trabajadores sociales, emprendedores sociales, místicos, religiosos, etc. Son el aspecto Ying, el lado femenino de la sociedad. Son los servidores de la sociedad. 4. LOS INTELECTUALES Existe un grupo de intelectuales que intenta desde el estado o la sociedad civil, dar estructura, forma burocrática u organización a la sociedad. Pero carecen a veces del liderazgo de los machos alfa y del corazón de los servidores. Están intentando comprender la sociedad, pero suelen ser los consejeros de los machos alfa, o bien estos últimos, se alimentan de las ideas de estos últimos. Aunque en demasiadas ocasiones en la historia, los líderes usan las opiniones e ideas de los intelectuales, solo para encubrir su desvergonzada ansia de poder.  5. LOS EMOCIONALES. Existe un grupo amplio de personas que viven por la emoción principalmente. Pueden tener destrezas intelectuales, o destrezas técnicas o grandes ambiciones como los machos alfa, pero carecen de la constancia y el valor para conquistarlas. Pero les sobra emoción para vivir y desarrollarse en la vida. ---------- Sin entrar en otras caracterizaciones también existentes - porque no es mi columna ni tengo tanto tiempo - creo que el Profesor Cociña, obvia en su análisis, que en cualesquier sociedad humana, existen estos 5 grandes grupos de personas.  Y no se puede crear un sistema político que no involucre a los 5. Por lo tanto, la competencia es necesaria para los macho alfa de la sociedad, porque si no compiten con otros como ellos, terminan por dominar a los técnicos del segundo grupo, o directamente hacen sufrir y humillan a los pacíficos de espíritu que son los del tercer grupo y del quinto. Y los del cuarto grupo siempre analizan, analizan. En consecuencia, la meritocracia es útil para los grupos 1, 2 y 5. Pero es inútil como sistema de incentivo para el grupo 3, que son los servidores amables de la sociedad. Por el contrario, sufren estas personas porque no tienen ánimo competitivo. Son colaboradores de los otros. Y el grupo 4 siempre seguirá analizando y proponiendo sin realmente entrar en la batalla de la vida. Su aporte es entregar ideas que puedan abrir horizontes nuevos a la sociedad.  Por lo tanto, la meritocracia es necesaria, y la competencia comercial sirve para que muchos egos poderosos se enfrenten, porque de lo contrario se enfrentarían por las armas.  Está en su naturaleza competir. Yo prefiero la competencia comercial a que saquen la metralleta o el fusil. Que descarguen su adrenalina competiendo en deportes o en negocios. Y son los que más intentan correr dentro de la burocracia estatal. Ellos son los que dirigen el PC en China o en Cuba. Y no sueltan el poder. Se aferran al poder político en todos los gobiernos de la Tierra,  como los ricachones al capital. A la gente del primer grupo, les interesa acumular poder o dinero.Y si es posible ambos, mejor todavía.  El segundo grupo es una mezcla de los feroces competidores y de los servidores. A ellos les preocupa el trabajo, la racionalidad, la praxis. No les interesa mucho la subjetividad amorosa ni la constante competencia de los otros.  Tienen algo de ambos. Creo que debe haber un espacio importante para los servidores de la sociedad, el tercer grupo, porque ellos no necesariamente buscan el mérito como se entiende habitualmente. Una madre se esfuerza y se desvive por cuidar a sus hijos y en muchas ocasiones sacrifica su carrera profesional para amarlos y cuidarlos. Y no lo hace con culpa, sino que le nace hacerlo. El amor de los profesores, de los artistas y de los médicos de gran corazón, o de la funcionaria pública abnegada, del carabinero, del bombero de nuestros sueños infantiles, siguen existiendo cotidianamente. Ellos se postergan siempre, no buscan ser primeros, entonces el enfoque de la meritocracia, siempre los deja alejados de los cargos de poder. Rara vez llegan primeros porque están ocupados de darle equilibrio y armonía a las organizaciones. Son los que balancean las emociones y forman los equipos de trabajo en las organizaciones. Estas personas creen en los grupos de trabajo, más que en el triunfo de una sola persona. Muchas veces tienen todas las habilidades para destacar, pero intentan que el equipo brille. Ellos son campeones en habilidades "blandas", de amor, compasión, generosidad, servicio. La sociedad necesita un espacio político, social y filosófico para estas personas que son los mansos de espíritu, que pueden no solo curar las heridas de los espíritus guerreros de la sociedad, sino que pueden aportar sabiduría y fraternidad que tanto faltan. Deberíamos dejarle espacio para que los de gran corazón dirijan una parte de nuestros servicios y ministerios, alcaldías y empresas, porque seguramente darían más "contención" a los detalles humanos de las personas. Lo que el articulista llama darle dignidad a los demás.  Los intelectuales también tienen que aprender del amor y el servicio de esas personas, para que sus propuestas no sean tan teóricas y carentes de fuego. Un intelectual que crea propuestas sin considerar la naturaleza del fuego que arde en el corazón de las personas, está creando "castillos en el aire".  Mi conclusión, es que no se puede crear sistemas políticos que solo consideren al mérito como escala para repartirse honores, bienes y cargos. Pero tampoco se puede pretender que los guerreros no busquen el combate. Pero lo que definitivamente aportaría equilibrio, es dar un espacio para que la fraternidad se exprese de mejor manera, siempre y cuando no sean de nuevo los mismos del primero grupo, los que se coloquen al frente a dirigir las actividades de los mansos de corazón.  Eso anula el corazón de servicio de las personas.  El antídoto a la competencia, es el SERVICIO DESINTERESADO. Y existe en abundancia en muchas personas. Entonces, la meritocracia debe ser acompañada con la exigencia del servicio a los demás. Sin servicio, el mérito no debiera ser suficiente para gobernar los asuntos públicos.( Salvo que haya guerra.) Un político ambicioso puede arrastrar a un pueblo detrás de su causa, no importando el costo. La sociedad humana ha tenido ya suficiente de esos liderazgos. Ahora faltan líderes que cultiven el merito, pero por sobre todas las cosas, el corazón, para que sean líderes equilibrados. Y los demás grupos humanos pueden aportar los talentos y habilidades complementarias en su función de liderazgo. La sociedad humana necesita de Sabiduría, porque hay un Cambio Climático, porque los países están todos interconectados, porque los asuntos son cada vez más masivos y complejos. Necesitamos del concurso de la razón y del corazón, del mérito y del servicio, del trabajo y del pensamiento. Un líder sabio más contenedor. Sin ello no hay posibilidad de dar mejor justicia social.
Rafa | 22.06.2013
El solo leer los comentarios da luces claras que los chilenos no estamos, una mayoria de la cual me excluyo, dispuesto a hablar este tema y pensar una sociedad nueva. No es una situacion de politica barata de izquierda o derecha, argumentos que no aportan a este tipo de cuestiones. Creo que es muy dificil crear, con esta materia prima, una sociedad capaz de lidiar con las expectativas y frustraciones de sus miembros. Puede en todo caso que con una mejor educacion nos empezemos a ahorrar y ver cada vez menos tipo de argumentos como los de Juan y Felipe.
Juan Pablo Eme. | 19.06.2013
Solamente con leer los argumentos en los comentarios, estos anulan el articulo. Epitetos como derechistas neoliberales o izquierdistas zanganos nos retrata lo diferentes que somos ( y por tonteras). Si debo dialogar con personas y aplicando la igualdad, perdonenme pero ni siquiera me voy a gastar en conversar con el tipo de gente antes descrita. Busco quien tenga un poco mas de altura en la discusion Descarto inmediatamente a los anteriores.
Andrés Guzmán | 17.06.2013
La izquierda no es ni floja ni zángana: es la fuerza que palpita el cambio social que la derecha jamás podrá liderar.
Juan Pedro | 17.06.2013
¿Miedo?? No tengo. Se parece más a la pena y conmiseración
mamá | 15.06.2013
Mi primer hijo es tímido, pero seguro de sus facultades intelectuales, el segundo, tartamudo y afectuoso muy seguro en lo social, se paraliza frente a la posibilidad de fracaso. El tercero, relajado y alegre, anda por la vida evitando todos los conflictos. Finalmente una hija, coqueta y astuta con un genio que llega a intimidar a sus cuatro hermanos varones. Todos salidos del mismo vientre, mismos afectos, misma educación y alimentación. Si creyera en la meritocracia mis responsabilidades habrían terminado hace rato. Pero no creo. Los cuido de manera permanente e individualizada de tal manera que vayan fortaleciendo sus potencialidades y modulando sus discapacidades y me dejo sorprender cada día con la riqueza que entrega cada una de estas personillas ya bastante crecidas. Aplaudo el artículo. Al Sr. Juan Pedro lo invito a perder el miedo. El cariño, el respeto, la libertad solo hacen que uno haga su trabajo con más ganas.
Felipe | 14.06.2013
Juan Pedro debe ser un dirigente poblacional pro-UDI que alguna vez le estrechó la mano a Pablo Longueira -así de paso se justifica la falacia de UDI Popular- y quedó encandilado en algun cursillo o taller de "liderazgo" o algo por el estilo donde le daban a entender que todo depende de él solito para "surgir", que el "emprendimiento" -es decir, un carrito vendiendo sopaipillas a 100 pesos, con el respeto que me merecen esos carritos- es la clave mesianica para salir de la pobreza  y que el resto se joda, pues son comunistas harapientos, izquierdosos de tal o cual ralea, etc. Independiente de la ironía, Juan Pedro es la expresión inconsciente de la subjetividad neoliberal que ha arraigado en una capa de la poblacion altamente desclasada y que cree que Golborne es su par. Sobre el texto de Cociña. notable, un ejemplo que el discurso académico sí puede y debe existir en los medios de comunicación de masas. Ojalá sigan apareciendo analisis y comentarios así
andrés | 13.06.2013
Muy interesante la serie de artículos. Me parece que gran parte de la dificultad en definir qué es lo que la sociedad debe proveer a sus miembros, radica en el poco énfasis que se ha puesto en la observación del ser humano como una especie mamífera eminentemente evolutiva y co-partícipe de su propia evolución; así como también en el rol de la cultura como constante regeneradora de "lo humano". Caricaturas como la del "hombre es el lobo del hombre" y otras, basadas más bien en la subjetividad de sus exponentes y sus limitaciones cognitivo-afectivas, poco han contribuido al avance de la Humanidad. Como muestra, el comentario precedente del señor Juan Pedro.
Pablo | 13.06.2013
Usted leyó el artículo? Y si efectivamente lo leyó, lo comprendió?
Juan Pedro | 12.06.2013
Patético. Un elogio al ocio, a la expropiación, a depender del otro, a expoliar al otro. Que incentivos de trabajar, de esforzarse y de mejorar? Ninguno. Lo bueno de esto es que desvela como es ciertamente la izquierda. Floja, zángana.
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