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Comentarios (4)

patricia | 02.03.2012
Andres: tienes razon en que el CArdenal no puede excusarse diciendo que Polanco y Arteaga tienen la culpa...pero no puedes cegarte por el cariño que debes sentir por el Padre Rodrigo Polanco...ellos debieron hacer algo, decir algo...si has leido los articulos, si hubieras estado en las parroquias guiadas por discipulos de Karadima, despues de que te fuiste de la iglesia, hubieras visto como se maquinaban cosas o como trabajan...tampoco tienen disculpa los que callaron, los que alimentaron esta forma de vivir y Polanco tuvo mucho que ver con los padecimientos de los seminaristas de El Bosque, el aislamiento que se vivia y en como trataban a los demas. Aunque defiendo el mimsmo punto que tu con respecto al CArdenal, creo que no se debe omitir la culpabilidad de Polanco y -arteaga
carmen | 15.01.2012
Que pena da ver a Sacerdotes metidos en este tipo de problemas, no piensan que algún dia tendran que rendir cuenta a Dios. Todos estos curas malos tendrian que desaparecer e irse al mismo infierno, pero no me cambiare de religión por culpa de unos enfermos mentales, ya que hay personas que dicen me da lata ser Católico, por todo lo que esta pasando, pero la iglesia Católica no tiene culpa de los PERROS que andan sueldos.
Maria gracia | 26.11.2011
Lamentablemente Andrés pareciera que no se vislumbra esa posibilidad de expresar Yo Pecador; de parte de quien ostentaba la autoridad, el poder y la responsabilidad no solo jerárquica sino moral en nuestra Iglesia y eso trae como consecuencia inevitable un mayor descrédito para la Iglesia Católica. Duele expresarlo pero así es !
Andrés Mosqueira Campos | 22.11.2011
Después de tantos ires y venires en esta dolorosa historia, ha llegado la hora separar la paja del trigo y para que la justicia sea completa y verdadera, deben ser asumidas las responsabilidades como corresponden. Mal hace entonces el señor Cardenal en deslindar temas en otros, aunque sea a modo de explicación, ya que si hubo una negligencia inexcusable en este proceso, fue la desidia y falta de rigurosidad con la que él actuó y que puso a las víctimas en entredicho y a la Iglesia en una situación de descrédito.
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