IPYS Venezuela responde por cuestionamientos del gobierno a su financiamiento
19.07.2010
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19.07.2010
En Venezuela no constituye delito alguno trabajar con aportes de la cooperación internacional. Nuestra organización, el Instituto Prensa y Sociedad de Venezuela (Ipys Venezuela), registrada públicamente como Asociación Civil, cumple con la normativa venezolana y además se rige por los estándares que siguen Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) de todo el mundo en sus relaciones con fuentes de financiamiento.
Desde su fundación en 2002, Ipys Venezuela viene realizando actividades en tres áreas relevantes para el desarrollo de una mejor práctica periodística en el país: Monitoreo de Libertad de Prensa, Formación de Periodistas (especialmente en el campo de periodismo de investigación) y Promoción del Uso del Acceso a la Información Pública como una Herramienta del Periodismo. Esas actividades –entre talleres, foros, charlas, premios, investigaciones, etc- se llevaron a cabo con el apoyo financiero de distintos aportantes con pluralidad de orígenes y propósitos, que incluyen tanto entes estatales y fundaciones privadas del exterior, como organismos multilaterales.
Los programas que amparan tales actividades fueron concebidos y diseñados, con plena libertad, por los responsables de Ipys Venezuela, quienes en su oportunidad los sometieron a la consideración de diversos aportantes, que regularmente aceptan o rechazan apoyarlos, de acuerdo a sus potestades. Ipys Venezuela no ha efectuado ni efectuará programas a pedido de terceros, ni tampoco bajo control conceptual u operacional de terceros, ni que no se correspondan a los fines institucionales de la organización, expresados en su matriz estratégica. Por supuesto, rinde cuentas a sus aportantes acerca de la gestión de los recursos aportados, misma que es auditada con regularidad en aras de la transparencia administrativa.
Todas las actividades de Ipys Venezuela se realizan a la luz pública. Participan periodistas, investigadores y académicos de cualquier opinión o credo, bien como cursantes o como instructores, tal como puede comprobarlo cualquier ciudadano venezolano. En Ipys Venezuela creemos que hay oportunidades de mejora en las prácticas de nuestro periodismo, de modo de hacerlo mejor narrado, más profesional, profundo, independiente de cualquier poder y relevante. Por ello trabajamos, guiados por los principios de pluralidad y transparencia en todas nuestras actividades.
Ipys Venezuela lo conforman periodistas venezolanos de diversas experiencias y visiones. Todos cuentan con un prestigio profesional bien ganado desde antes del actual proceso político que afecta a Venezuela, prestigio siempre vinculado con la honestidad y la independencia.
En su constitución se siguió el modelo del Instituto Prensa y Sociedad, a cuya red está afiliado, y creado en Perú en 1993 por algunos de los mejores reporteros de ese país para defender el oficio en medio de las amenazas proferidas (y cumplidas) contra el periodismo por el régimen autoritario de Alberto Fujimori.
A lo largo de sus ocho años de existencia, Ipys Venezuela participa activamente en eventos y redes de alcance internacional, en las que ha obtenido reconocimiento por parte de organizaciones latinoamericanas y globales.
Los aportes de entes internacionales que ya actúan en Venezuela tienen y seguirán teniendo gran importancia en tanto la empresa privada local no esté en capacidad –disuadida por los entornos político y económico- de hacer mayores aportes a organizaciones que a sí mismas se definen como “No gubernamentales” (como el caso de Ipys Venezuela) y mientras grandes actores internacionales de carácter privado duden en incorporar a Venezuela en sus agendas por el clima hostil a las ONGs que detectan en el país.
Amenazas, calumnias y campañas difamatorias que adelantan con absoluta impunidad agentes políticos contra Ipys Venezuela y otras organizaciones venezolanas de la sociedad civil, pretendiendo mostrarlas como apátridas o simples ejecutores de instrucciones foráneas por el hecho de financiar sus programas con fondos procedentes del extranjero, no hacen más que ratificar ese clima hostil.