El peligro de hablar del nazismo como un socialismo
29.04.2025
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29.04.2025
«Tratar de hacer ver que el nazismo es de izquierda, tiene su revival cada cierto tiempo» y que con esto «volvemos a ese insulto a la inteligencia de hacer ver al nazismo como izquierdista», señala el autor de esta columna escrita para CIPER, reaccionando al taller realizado por Axel Kaiser para demostrar su teoría al respecto. Sostiene que «lo de nacionalsocialista fue una estrategia de los nazis por disputar a los socialistas un público. Ese público fue disputado, ganaron ciertas posiciones, pero lo fundamental es que un socialista es ante todo internacionalista; el nazismo es ante todo nacionalista».
Hace poco vi que se promocionaba un pseudo curso de Axel Kaiser sobre cómo el nazismo era un socialismo. Volvemos a ese insulto a la inteligencia de hacer ver al nazismo como izquierdista. Eso me lleva a pensar en un par de cosas.
Primero, me parece peligroso pretender revisar de forma tan burda ciertas cosas que pretendíamos como certezas históricas. El revisionismo histórico puede ser saludable, pero si lo realizan intelectuales y académicos responsables, no ideólogos al servicio de intereses espurios. Eso, porque el revisionismo nos permite revisar nuestras convicciones, incluso las más arraigadas, las que creíamos que provenían de verdades científicas, pero para eso se debe hacer con rigor científico justamente, es decir, recolectando evidencias, investigando fuentes, interpretando bibliografía, etcétera. Lo que hace Kaiser, por el contrario, es una simple reinterpretación antojadiza: no trae nuevas pruebas, ni aporta nuevas evidencias.
El nazismo es de extrema derecha porque propugnaba la supremacía de una raza, porque pretendía la grandeza de una nación, sobre todo, porque consideraba que el pueblo es un cuerpo social orgánico con espíritu propio. La problemática fundamental que constituye a la izquierda es el conflicto entre el capital y el trabajo, en definitiva, el problema de la explotación de la clase trabajadora. La solución liberal oscilaba entre la represión y la cooptación democrática, algunos regímenes lograron mitigar ese conflicto a punta de represión, como lo que pasó en la matanza de la Escuela Santa María de Iquique en nuestro país. Otros, fueron morigerando la represión y aceptando la voz de los trabajadores, se constituyeron partidos de trabajadores, como el laborismo británico y se fueron realizando modificaciones legales en favor de una convivencia entre trabajadores y capital.
La socialdemocracia, una rama importante en el seno del socialismo, dominante en la segunda internacional socialista de fines del siglo XIX, tuvo un amplio apoyo popular en países como Alemania y avanzó con fuerza hacia la aceptación de principios liberales de democracia, constituyéndose en partidos fuertes en países europeos.
En cambio, la derecha conservadora, pretendía mitigar cualquier conflicto sobre la base del llamado a preservar valores que ellos consideraban fundamentales, como la patria y la familia. Las jerarquías sociales históricas no podían trastocarse, no debía avivarse el fuego del conflicto. Eso molestaba a sectores de derecha no conservadora, que pretendían disputar la representación del pueblo a las izquierdas. Lo que les molestaba a esas derechas reaccionarias eran las jerarquías sociales sobre la base de la tradición. Para esas nuevas derechas, la nación es un organismo vivo y espiritual, las jerarquías solo debían ser reflejo de la fuerza varonil, del esfuerzo conjunto, de las capacidades individuales, pero cada individuo debía tener su rol en el todo social.
El nazismo era parte de esas derechas reaccionarias y es de derecha porque pretende la hegemonía de la nación. No se interesó por neutralizar el poder del capital, todo lo contrario, los grandes capitalistas alemanes financiaron al Partido Nazi queriendo controlarlo. A esos capitalistas les fue muy bien económicamente bajo el régimen nazi porque adquirieron posiciones monopolistas y porque tuvieron acceso a mano de obra esclava. La dirección estatal de la economía era más bien una alianza entre las pretensiones expansionistas del Estado nazi y el capital que se nutrió de esa expansión.
Lo de nacionalsocialista fue una estrategia de los nazis por disputar a los socialistas un público. Ese público fue disputado, ganaron ciertas posiciones, pero lo fundamental es que un socialista es ante todo internacionalista; el nazismo es ante todo nacionalista. El control desde el Estado de los medios de producción era una meta nacionalsocialista. Experiencias históricas hubo en la misma Alemania, cuando en plena Primer Guerra Mundial se desarrolló la economía de guerra, pero la experiencia histórica más relevante fue la que ofrecía la Unión Soviética en los años posteriores a la Revolución de octubre de 1917.
La dirección estatal de la economía fue clave para enfrentar la guerra civil en el caso de Rusia y para enfrentar la guerra en el caso alemán, pero la gran diferencia fue que en el caso soviético se realizó con un Estado que controlaba los medios de producción confiscados al capital, en cambio, en Alemania se realizó con el contubernio de los capitalistas. La experiencia nacionalsocialista fue así: el partido controlaba algunos aspectos, fundamentalmente para sacar a Alemania del marasmo de la crisis, pero los capitalistas mantuvieron una cuota de autonomía y ganancias que en el caso de los socialismos reales no existió. El socialista de cualquier cuño abogará por la clase trabajadora internacional, no por la supremacía nacional.
Esta pseudo polémica, de tratar de hacer ver que el nazismo es de izquierda, tiene su revival cada cierto tiempo. Es una disputa anticuada y que no tiene asidero, porque ningún experto en los regímenes nacionalsocialista, ni en los fascismos afirmaría que ellos son de izquierda. Solo como ejemplo: uno de los más distinguidos historiadores del nazismo, Ernst Nolte, señaló que el nazismo fue una reacción nacionalista extrema al peligro del bolchevismo. En ningún caso se le ocurrió que era un sistema de izquierda.
¿Qué pretende Kaiser entonces con este intento revisionista? Lo que pretende Kaiser es mostrar que la derecha no tiene mácula, que la derecha es moral, que solo la izquierda es totalitaria. De hecho, sospecho que desprecia la ciencia y su pretensión es meramente política: pretende elevar a la derecha que lo financia como un faro moral. Kaiser pretende engañar a los votantes para que elijan a un extremista promercado como su hermano.
Steve Bannon, el ideólogo del extremismo de derecha detrás de Trump, Milei y tantos otros célebres populistas de extrema derecha, acuñó la estrategia de “inundar el pozo de mierda”, es decir, tirar tanta basura a la discusión que la gente estuviera aturdida y confundida, que no tuviéramos capacidad de elaborar estrategias políticas, que nos obligaran a reaccionar constantemente ante las múltiples estupideces que lanzan. Esa claramente es la estrategia de los Kaiser: Axel difunde tonteras por sus redes bien financiadas para que su hermano pueda salir electo.
Solo espero que el votante chileno sea inteligente, respire, reflexione y vote informado.