Chile en la encrucijada: una segunda vuelta marcada por la polarización
11.12.2025
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11.12.2025
En la siguiente columna sus autores hacen un repaso del contexto que llevó a su juicio a una definición este domingo que enfrenta a dos extremos. Sostiene que «en términos generales el país tendrá que decidir entre dos proyectos políticos muy distintos(…) Independientemente de quién gane, el próximo gobierno no podrá llevar a cabo reformas radicales ante un congreso sumamente fragmentado, lo que puede generar tanto tensiones institucionales como sociales si es que Kast o Jara llevan al límite sus preferencias ideológicas».
Créditos imagen de portada: Hans Scott / Agencia Uno
Chile es una de las democracias más estables de América Latina. Sin embargo, tras la primera vuelta presidencial del 16 de noviembre, el país enfrenta un escenario inédito: este domingo los chilenos deberán elegir en segunda vuelta entre Jeanette Jara, candidata del Partido Comunista, y José Antonio Kast, del Partido Republicano, representante de la derecha radical.
Una de las principales interrogantes es cómo un país que, hace apenas unos años, atravesó el estallido social de 2019 y dos procesos constituyentes fallidos, hoy se encuentra ante la posibilidad real de dar un giro hacia la derecha radical. En esta columna presentamos cuatro factores clave que, a nuestro juicio, permiten comprender el actual escenario de cara al cierre de la carrera presidencial.
Gabriel Boric se impuso en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de 2021 frente al mismo José Antonio Kast, obteniendo el 55,87% de los votos. Su propuesta buscó capitalizar el malestar ciudadano que emergió con fuerza durante el estallido social de 2019.
El programa de Boric se centró en avanzar hacia el fin del modelo económico neoliberal. Para ello, el proceso constituyente —acordado por la clase política como una salida institucional al estallido— se volvió un pilar fundamental. No en vano, integrantes del círculo más cercano del propio Boric afirmaron explícitamente que el cumplimiento del programa dependía del reemplazo de la Constitución de 1980. En un plebiscito histórico, la propuesta redactada por la Convención Constitucional fue rechazada por la ciudadanía.
El resultado fue un duro golpe para el oficialismo, teniendo que ajustar su hoja de ruta a las prioridades ciudadanas. No obstante, otras crisis políticas minaron la confianza de un gobierno que hoy en día su aprobación oscila entre el 25% y el 30%. Entre estos escándalos figura el llamado Caso Convenios y el caso Monsalve.
No es menor señalar que el gobierno exhibe avances legislativos significativos, entre ellos la reducción gradual de la jornada laboral a 40 horas, la reforma al sistema de pensiones y el mayor aumento al salario mínimo desde el retorno a la democracia. Sin embargo, estos logros han quedado relegados frente al rápido giro en las prioridades ciudadanas que se produjo poco después de la llegada de Boric al poder: seguridad, economía y migración.
En el marco del estallido social, de acuerdo a las encuestas realizadas por el Centro de Estudios Públicos (CEP), para diciembre de 2019, las prioridades ciudadanas estuvieron centradas en pensiones, sueldos e incluso la desigualdad. Sin embargo, tras marzo de 2022, la seguridad se convirtió en la primera preocupación (50% de las menciones).
Hace exactamente un año, un nuevo sondeo evidenció una disminución significativa en la valoración del estallido social, mostrando una caída en su apoyo desde el 55% en 2019 hasta apenas un 23% a fines de 2024. Paralelamente, las prioridades de la ciudadanía han experimentado un giro respecto de ese periodo: hoy, los temas más relevantes son seguridad, empleo, la lucha contra el narcotráfico y el control migratorio. Se tratan de áreas que no formaban parte del eje central del programa del oficialismo.
José Antonio Kast comenzó a construir su plataforma política tras dejar la UDI. Kast emprendió su primera aventura presidencial en 2017, obteniendo un 7,93% de los votos. Su narrativa se centró en la crítica a la derecha tradicional y a su inclinación por negociar acuerdos con la izquierda. A ello se sumaron su postura negacionista respecto de las violaciones a los Derechos Humanos durante la dictadura y su férrea oposición al aborto y a los avances en derechos sexuales y reproductivos. Es importante subrayar que su perfil ideológico se alinea estrechamente con figuras como Donald Trump, Viktor Orbán, Jair Bolsonaro, Javier Milei y Giorgia Meloni.
Su primera campaña presidencial funcionó como un periodo de aprendizaje, profundizando su crítica a las políticas progresistas y su condena al estallido social. Su partido también logró una posición dominante en el segundo proceso constitucional de 2023, cuya propuesta fue rechazada por la ciudadanía. En su segunda carrera presidencial, en 2021, Kast logró pasar a segunda vuelta. Sin embargo, aquello no fue suficiente para imponerse frente a Gabriel Boric. Es por eso que su actual campaña asume un tono más silente ante temas complejos sin que ello implique cambios en sus posturas.
La candidata del oficialismo sacó un 26,8%, porcentaje menor al apoyo del gobierno. Lo que ha dejado la disputa del balotaje muy cuesta arriba, buscando acaparar los votos obtenidos por Franco Parisi, incorporando varias de sus propuestas programáticas.

Por otro lado, José Antonio Kast tiene un escenario más favorable. La suma de candidaturas de derecha llega a más del 50%. En el ámbito de los acuerdos, el abanderado del Partido Republicano ha logrado el apoyo de Chile Vamos y de Johannes Kaiser sin condiciones.
Sin embargo, el fenómeno de la elección presidencial ha sido la sorpresiva votación que obtuvo el candidato del Partido de la Gente, Franco Parisi (19,7%). Parisi logró consolidar un desempeño creciente en el norte del país con un discurso antipolítico. Los resultados le han otorgado un poder de negociación fuerte pese a que su partido acordó promover el voto nulo.
A la hora de analizar lo que ha sido el despliegue durante la campaña de segunda vuelta, es fundamental tomar en consideración a los ganadores en cada una de las comunas del país. A lo largo del territorio nacional (como se observa en el mapa) hay diferencias políticas y territoriales. Franco Parisi obtuvo una clara posición de liderazgo en el norte; Jeanette Jara logró consolidar su posición en la zona centro y José Antonio Kast logró consolidarse como ganador en la mayoría de las comunas del sur.
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Estos datos han ido de la mano con las estrategias de ambos candidatos, quienes han centrado gran parte de su campaña en las regiones del norte, especialmente en la zona fronteriza, sumado a la incorporación de liderazgos regionales en los equipos.
En base a los elementos mencionados, José Antonio Kast tiene la primera opción para adjudicarse la carrera presidencial. A pesar de obtener el segundo lugar en la primera vuelta, la suma de las candidaturas de derecha más la dispersión del voto de Franco Parisi, serían suficientes para llevarse la victoria. Su principal desafío será ordenar legislativamente la heterogeneidad de un sector que reúne tanto a moderados como a radicales. Junto con ello, el clima de la discusión pública gira en torno a temas como seguridad, migración y economía, tópicos que son la base programática e ideológica del Partido Republicano.
En la otra cara de la moneda, Jeanette Jara ha tenido muy poco espacio para crecer. A diferencia de Gabriel Boric el 2021, cuya clave para su victoria fue la movilización de votantes que no participaron en la primera vuelta bajo la regla de voto voluntario, hoy, con un sistema de inscripción automática y voto obligatorio no hay posibilidad de llamar a la reserva. Otro factor que pone muy cuesta arriba sus posibilidades es la ausencia de otras candidaturas afines a su sector que se puedan sumar sin condiciones. Su campaña estuvo centrada en atraer a los votantes de Franco Parisi, aunque no ha estado libre de polémicas, al punto que ha tenido que reordenar el equipo estratégico debido a las palabras de Darío Quiroga sobre Parisi y su hermana, Zandra Parisi, recientemente electa como diputada.
Sin embargo, el bajo desempeño de Kast en los debates, la poca claridad en torno a las 40 horas laborales, los acuerdos alcanzados en materia de pensiones, la continuidad del aborto bajo tres causales, la potencial liberación de detenidos por crímenes de lesa humanidad junto a las polémicas levantadas por el diputado Meza, abren una ventana para que las diferencias se estrechen. Sin embargo, esto no podremos confirmarlo hasta el día de la elección, debido a la veda de encuestas de opinión pública.
En términos generales el país tendrá que decidir entre dos proyectos políticos muy distintos. El escenario de la primera vuelta otorga la mayor probabilidad de victoria a José Antonio Kast. No obstante, su liderazgo se ha ido debilitando debido a sus indefiniciones, su bajo desempeño en los debates y por opiniones por parte de su círculo más estrecho de colaboradores. Por el otro lado, Jeanette Jara ha tenido una campaña de segunda vuelta no exenta de dificultades, tanto por el resultado de primera vuelta y por polémicas en su círculo interno. Independientemente de quién gane, el próximo gobierno no podrá llevar a cabo reformas radicales ante un Congreso sumamente fragmentado, lo que puede generar tanto tensiones institucionales como sociales si es que Kast o Jara llevan al límite sus preferencias ideológicas.