Microemprendimiento y ofertas de presidenciables: ¿más de lo mismo?
01.10.2025
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La autora de esta columna analiza la propuestas de los tres candidatos con más opciones de llegar a La Moneda en materia de apoyo a las microempresas y microemprendedores. Dice que hay más similitudes que diferencias y que «un escenario de bajo crecimiento, estancamiento del empleo y alto desempleo es propicio para el surgimiento de propuestas con eslóganes publicitarios novedosos que, sin embargo, solo ofrecen más de lo mismo, esperando sacar ventaja de la situación compleja que viven los microemprendedores en Chile».
Créditos imagen de portada: Francisco Paredes / Agencia Uno
Los tiempos de campaña electoral se caracterizan por la promesa de un futuro que alivie las necesidades o dificultades de la población, especialmente, cuando estas afectan a la subsistencia o a la provisión de recursos del hogar. La persistente tasa de desempleo, que afecta al 8,7 % de la fuerza laboral, obliga a las candidaturas presidenciales a presentar más y mejores iniciativas para enfrentarlo, al tiempo que aumenta la discordia y pugnas entre partidarios y detractores, lo que enturbia aún más el debate hasta que una candidatura resulte vencedora. Los bandos de distinto signo político en disputa despliegan un abanico de acciones, que van desde divulgar las medidas concretas de sus candidatos hasta propagar noticias falsas con tal de ganar. Todos parten de preguntas comunes: ¿cómo salimos del desempleo?, ¿cómo mejoramos las condiciones de trabajo?.
Las medidas para incentivar el crecimiento de las microempresas y apoyar a la población microemprendedora -que representa al 20% de la fuerza laboral- propuestas en las bases programáticas de las tres principales candidaturas presidenciales muestran más similitudes que diferencias, pese a que la contienda política los ubique en distintas posiciones ideológicas y partidistas, y pese a que se muestren opuestos comunicacionalmente. La orientación de los candidatos Kast, Jara y Matthei enfatiza la continuidad de las iniciativas existentes o se enmarca en el enfoque productivista de las políticas laborales implementado en Chile hace más de dos décadas.
Una primera iniciativa común en los tres documentos programáticos se refiere a los impuestos de las micro y pequeñas empresas. Actualmente la tasa de tributación es del 12,5% y se propone mantenerla (en el caso del candidato Kast), y rebajarla al 10% (en el caso de la candidata Matthei). Junto con esto, se propone mejorar las condiciones y tiempos flexibles para el pago del IVA, como lo declara el Partido Republicano. La candidata Jara propone esto de manera más detallada, pero sin la rebaja. Esta omisión no puede considerarse desfavorable en principio, porque todas las versiones son coherentes con la actual tramitación del proyecto tributario que beneficia a los emprendedores al eximirles del pago del impuesto de primera categoría por la renta de la empresa y todas las obligaciones tributarias se resuelven en el global complementario, lo que libera a la gran mayoría de las MiPyMEs de dicha carga.
Sin centrarse en la rebaja tributaria que se está discutiendo, la candidata de izquierda (Jara) propone perfeccionar la Ley de pago a 30 días y crear un sistema de registro de pagos a cargo del Servicio de Impuestos Internos (SII), con el fin de asegurar el cumplimiento de los tiempos de pago. El candidato de extrema derecha (Kast) hace una propuesta similar cuando plantea que el Estado pague al contado. Esta idea no es del todo nueva, ya que se incluye en el proyecto de ley que se está tramitando actualmente en el Congreso y que pretende dar respuesta a las principales demandas del gremio de las MiPyMEs. Esta fue una promesa electoral del presidente Boric, que en su momento incluyó medidas legales y administrativas para aumentar las sanciones y limitar el uso del crédito fiscal del IVA de las empresas que no cumplían con sus obligaciones de pago.
Un segundo aspecto de convergencia es la formación de capacidades para el desarrollo del uso de tecnologías y la digitalización de trámites, ya sea mediante la transformación de SENCE en una plataforma y la centralización de la información para orientar los trámites (como propone Kast), el «Programa de giras tecnológicas» y la creación de una ventanilla digital (como propone Jara), o el «Pase Pyme», entendido como un permiso provisional para que las nuevas empresas puedan iniciar operaciones de forma inmediata, al tiempo que se simplifican y digitalizan los trámites (como propone Matthei). Estas ideas ya se están implementando en programas como «Digitaliza tu pyme», «Kit digital» y las distintas capacitaciones de los Centros de Negocios de SERCOTEC, así como en los diplomados «Sociedad digital» en línea y gratuitos que tienen como fin diseñar y gestionar proyectos, páginas web, emprendimientos y desarrollar otras competencias, y ofrecidos por SENCE Lo mismo ocurre con el actual sitio web «Portal de emprendimiento», que integra la oferta de distintos servicios y permite postular a programas de financiación.
Un tercer aspecto común en los documentos programáticos es la integración del negocio en el ecosistema emprendedor. La candidata oficialista (Jara) propone ampliar y simplificar el FOGAPE y otros programas públicos de financiación para pymes, coordinar los actuales programas de fomento e impulsar el Consejo Consultivo de Empresas de Menor Tamaño, vigente desde 2010. Por su parte, el candidato republicano (Kast) busca crear un ecosistema tecnológico en colaboración con el sector privado y las universidades. Esta última idea ya estaba presente en la campaña de Boric y actualmente se está llevando a cabo a través de una multiplicidad de redes y asociaciones que unen ciencia y tecnología en todo el país.
Las medidas analizadas suponen continuidad o profundización de otras ya implementadas, y si son nuevas, siguen la misma línea programática de emprendimiento. Aun así, podrían ser insuficientes para dar el salto al crecimiento empresarial y potenciar el empleo. Incluso el plan «Sácate la mochila» del candidato Kast, destinado exclusivamente a esta población, no solo propone que el Estado deje de “estorbar” y empiece a empujar con menos burocracia y más libertad para las MiPyMEs, sino que además incluye otras medidas para las emprendedoras, como el fortalecimiento de los programas existentes, la simplificación de la solicitud y una mayor difusión. Lo mismo se propone en el documento de Matthei en relación con el acceso al capital en los programas Semilla Inicia y Semilla Expande. Probablemente, esta continuidad provocará más de lo mismo si solo se tienen en cuenta las condiciones económicas del ecosistema emprendedor.
En un estudio Fondecyt-ANID (N.º 11200350), señalamos que los emprendedores necesitan una «mochila ligera» de restricciones para emprender, pero esto no es suficiente para garantizar la vida del emprendedor ni la de su familia. Emprender seguirá siendo una actividad precaria para este grupo si el Estado solo potencia el negocio y no se reorienta para protegerles de los riesgos de la pobreza, la enfermedad y la vejez. No bastan las rebajas tributarias, la articulación con redes comerciales y asociativas para aumentar las ganancias, ni la formalización para asegurar pensiones futuras. Es necesario que el Estado los apoye con recursos destinados a su vejez y ante eventuales cambios de actividad. En el caso de las mujeres, es necesario que el Estado las apoye ante las extensas jornadas en las que combinan trabajo remunerado y no remunerado, especialmente ante el cuidado de personas dependientes o cuando se enfrentan a enfermedades propias.
De lo contrario, las propuestas para mejorar, recuperar o cambiar la lógica del emprendimiento actual volverán a aparecer en el próximo período electoral con medidas similares a las de hace cinco años. Un escenario de bajo crecimiento, estancamiento del empleo y alto desempleo es propicio para el surgimiento de propuestas con eslóganes publicitarios novedosos que, sin embargo, solo ofrecen más de lo mismo, esperando sacar ventaja de la situación compleja que viven los microemprendedores en Chile.