Perdiendo la inocencia: carta de un padre desempleado con una hija con TEA
22.07.2025
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22.07.2025
Señor Director:
El síndrome del cuidador quemado, también conocido como burnout del cuidador, es un estado de agotamiento físico, emocional y mental que experimentan las personas que cuidan a un ser querido dependiente. Este síndrome puede afectar negativamente la salud física y mental del cuidador, así como sus relaciones personales y laborales.
Soy padre de una hija con un trastorno mental severo, nuestra hija Emilia tiene 13 años y fue diagnosticada a los 4 años con Trastorno del Espectro Autista (TEA) nivel tres el más profundo y severo.
Lamentablemente llevo dos años y medio sin trabajo, una realidad que vivimos cientos de familias con un hijo o hija con una discapacidad severa. NO PODEMOS TRABAJAR, no porque no queramos, la realidad es que las ofertas laborales para desempeñarnos en forma hibrida o teletrabajo son muy escasas en el sector público y privado.
Como ciudadano que busca el interés y el bienestar común, he intentado mediante la solicitud de audiencias vía plataforma lobby, para tratar de conversar con concejales, alcaldes, diputados, senadores, ministros, encargados de áreas técnicas del Estado, incluso con su excelencia el Presidente de la República.
Mi objetivo es poder construir leyes que nos den protección y que fomenten el “trabajo decente” en empresas privadas o públicas para padres y madres cuidadoras/es. Lamentablemente, la respuesta de nuestras autoridades y representantes es la indiferencia, demostrando indolencia y falta de empatía.
Cuando uno conversa con autoridades, políticos, reclutadores laborales a nosotros/as los/as cuidadores/as nos dicen que tenemos excelentes cualidades como empatía, amor, paciencia, responsabilidad, comunicación efectiva, todas excelentes características para un trabajador/a, pero cuando solicitamos trabajo desaparecen.
Las respuestas que me entregan autoridades elegidas democráticamente junto con sus equipos siembran esperanza. Todas las autoridades con las que me he entrevistado quedan impactadas con el relato, porque ser cuidador es lo más difícil que puede enfrentar una persona. Si a eso le sumamos que no tenemos oportunidades laborales, más difícil, estamos sumidos en la miseria, incluso pasando hambre.
Cuando terminaba una audiencia, siempre estaba la promesa por parte de nuestros representantes: “Seguiremos conversando para construir un proyecto que abogue por los derechos de padres y madres cuidadores/as”. Al principio estaba muy contento, pero con el tiempo PERDÍ MI INOCENCIA, me di cuenta de que no les interesamos.
En una ocasión solicité audiencia con el Servicio Civil. Pregunté por qué no publicaban ofertas laborales que fueran adecuadas a nuestra realidad de cuidadoras/es. La respuesta fue la siguiente: “Valoramos profundamente su interés en dialogar y aportar su perspectiva sobre este importante tema. Le sugerimos que pueda dirigir sus inquietudes y propuestas directamente a los organismos sectoriales correspondientes, quienes tienen la atribución de definir sus políticas de personal y las características de sus ofertas laborales”.
Me traspasaron la responsabilidad de dialogar con los diferentes ministerios. A principiod de junio comencé a pedir audiencia a todos los ministerios para expresar mi preocupación y exponer la importancia de que nos incluyan en las ofertas laborales. Pedí audiencia con los 24 ministerios que tiene Chile, la mayoría rechazó mi solicitud, solo he tenido reuniones con los ministerios del Trabajo y Previsión Social, de Trasportes y Telecomunicaciones, de la Vivienda y Urbanismo… todos los otros ministerios rechazaron conversar conmigo.
Es lamentable que un país en donde los ciudadanos elegimos la democracia como forma de organizarnos, nuestros representantes no nos representan y los ministerios u organismos sectoriales no nos escuchan, entendiendo que la democracia se construye con diálogo y participación.