Las empresas no están quebrando por errores, están quebrando por no entender el país que habitan
10.07.2025
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10.07.2025
Señor Director:
En los últimos meses he observado cómo muchas empresas —grandes, medianas y
pequeñas— siguen operando como si el entorno fuera el mismo de hace cinco años. Y no lo
es.
Chile está cambiando, no desde la superficie, sino desde sus cimientos. Este cambio
estructural está dejando fuera del juego a quienes no logran adaptarse con profundidad. No
hablamos de una crisis repentina, sino de una transformación lenta, pero implacable.
¿Quiénes están en la línea de fuego?
Minería: interrupciones operativas por apagones, mayores exigencias ambientales y señales
contradictorias desde el Estado generan un entorno incierto, donde el costo de operar
aumenta, pero la certeza jurídica disminuye.
Agroindustria: el sector enfrenta una sequía estructural, nuevas barreras arancelarias y un
sistema de gestión del agua que ya no da abasto. La dependencia histórica de ciertos
mercados comienza a pasar factura.
Energía: el sistema no está preparado para la transición energética que el país necesita. Se
invierte en capacidad renovable, pero sin la infraestructura adecuada para evacuarla. El
resultado: sobreinversión sin retorno y desconfianza en el modelo.
Comercio y servicios: un consumo interno debilitado, informalidad creciente y un entorno
cada vez más costoso y competitivo dificultan el crecimiento, especialmente para quienes
no logran diferenciarse ni profesionalizarse.
El problema no es el contexto. El problema es seguir esperando que el contexto vuelva a
ser como era antes. El gran error de muchas empresas hoy es pensar que basta con resistir o adaptarse
superficialmente. No lo es.
Lo que antes era opcional —formalizar, digitalizar, profesionalizar, controlar— hoy es
condición mínima de continuidad. No se trata de innovar por moda ni de modernizar por
imagen: se trata de sobrevivir en un entorno que ya no tolera la improvisación ni el piloto
automático.
En síntesis: En 2025, los sectores más vulnerables no son los más pequeños, sino aquellos
que confían en su tamaño para resistir el cambio.
Hoy, resistir ya no es una estrategia: es una trampa.
Firmado: Una profesional que, sin ser economista, ha aprendido desde la gestión real que
en Chile, lo político es económico… y lo económico, siempre termina en flujo de caja.