Netanyahu lo hizo nuevamente, ahora ataca a Irán
13.06.2025
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13.06.2025
El gobierno de Benjamín Netanyahu atacó, este viernes en la mañana de Teherán, las instalaciones nucleares iraníes. Eso es lo que alega Israel al menos: todavía no se conocía el alcance real del ataque. Esto es parte de una seguidilla de actos y declaraciones israelíes que pretendían hacer de Irán la peor de las amenazas para su seguridad.
Imagen de portada: reproducción TV pública israelí
El gobierno de Benjamín Netanyahu atacó, este viernes en la mañana de Teherán, las instalaciones nucleares iraníes. Eso es lo que alega Israel al menos: todavía no se conocía el alcance real del ataque. Esto es parte de una seguidilla de actos y declaraciones israelíes que pretendían hacer de Irán la peor de las amenazas para su seguridad.
Primero, Israel viene perpetuando un bloqueo total a Gaza que está dejando a la población palestina al borde de la hambruna. Dos millones de gazatíes languidecen esperando algo de ayuda. Israel creó una organización muy opaca, la agencia humanitaria de Gaza, con sede en Delaware (EE. UU.) para enviar algo de ayuda. Una ayuda que en ningún caso alcanza para las necesidades de la población local. 600 camiones diarios entregaban a Gaza antes de la guerra, ahora entra una fracción de eso y cuando los radicales ultraortodoxos los dejan pasar. Israel ha creado condiciones imposibles para sobrevivir en Gaza y el mundo solo observa.
Israel ha penetrado en el territorio del Líbano y Siria y no ha salido. Ni siquiera con el cambio de régimen en Siria o con la debilidad estratégica del Hezbolá libanés Israel ha querido salir. Al mismo tiempo ha enviado emisarios religiosos en búsqueda de vestigios que den cuenta de que esos territorios pertenecen al gran Israel para posteriormente anexionarlos.
Luego está el asunto de Irán. El régimen de los ayatolas ha declarado hasta el cansancio que no busca una bomba atómica, es claro que no tiene la capacidad técnica para hacerla aún. Pero da lo mismo, para Israel un Irán nuclear es inaceptable.
El ataque de este viernes fue calificado con ataque preventivo. Para que sea preventivo debe haber una amenaza real, la que no existe. Para que con el nivel de uranio enriquecido que tiene Irán se pueda hacer una bomba se requieren meses de trabajo. Irán no puede hacer ese trabajo de forma silenciosa, múltiples analistas lo han señalado. Para que Irán se decida a hacer una bomba se va a notar y no va a ser sutil.
Esto es ciertamente una demostración más de la hipocresía de Netanyahu. Israel es el único país poseedor de armas nucleares en la región. Nadie lo sanciona, nadie lo inspecciona, pero está ahí. Si Irán desea enriquecer uranio, Occidente se alarma. EE. UU. está en negociaciones con Irán por esto mismo. El mismo Donald Trump señaló que un ataque israelí sería echar por la borda la opción diplomática que es la que está apostando.
Llevan tres rondas de negociación en Omán y dos en Roma. Este domingo se realizará una nueva ronda en Omán. Ronda clave porque se discutiría la oferta de EE. UU., la creación de un consorcio regional de energía atómica que permita a Irán acceder a uranio refinado y a instalaciones nucleares con tecnología internacional. Para Irán esa propuesta no es convincente, ellos quieren reivindicar el derecho a enriquecer uranio en su territorio.
El enriquecimiento de uranio es un proceso complejo que requiere maquinaria especializada y se logra extraer unos porcentajes reducidos de material que luego servirán para alimentar plantas de energía. Para obtener el material fisible para una bomba se requiere una cantidad no menor de uranio enriquecido al 90% y esa capacidad no la tiene Irán aún. Es todo un juego de diplomacia: Irán quiere presionar para que se le levanten las sanciones, EE. UU. no quiere otra guerra, necesita estabilidad y Trump quiere el Nobel de la Paz. La Agencia Internacional de Energía Atómica sancionó a Irán recientemente por la falta de transparencia en su actual programa, es decir, Occidente tiene con qué presionar a Irán.
Trump ya viene dando señales de incomodidad con Netanyahu, primero no incorporó a Israel en su reciente gira por Medio Oriente, además ha tenido desencuentros con el primer ministro por el derrotero de la guerra. Si bien el gobierno de los EE. UU. es un aliado irrestricto, ya resulta incómodo con el actual estado de las cosas. Thomas Friedman, un destacado columnista del New York Times y gran publicista de Israel en ese medio, señaló en una reciente columna que el actual gobierno de Israel es un problema para los judíos en el mundo, también ha dicho que este gobierno no es un aliado de los EE. UU. Ehud Olmert, ex primer ministro de Israel, un hombre de centro derecha, escribió una columna en la que señala que Israel está cometiendo crímenes de guerra en Gaza. El mismo Olmert, en un famoso podcast del New York Times, señaló que no existe ninguna amenaza real a la existencia de Israel en la actualidad. Por lo tanto, alegar que este ataque es preventivo es derechamente una mentira y resulta peligroso para todos, incluyendo a israelíes.
En definitiva, el problema es Netanyahu que no quiere terminar la guerra y quiere mantenerse en el poder. Para eso se ha aliado a los políticos más extremistas de su país, gente como su ministro de finanzas, Bezalel Smotrich, y su ministro de seguridad nacional, Itamar Ben-Gvir, ambos supremacistas judíos que han declarado abiertamente que quieren la limpieza étnica de Gaza. Todo eso al costo de que la población palestina está enfrentando un genocidio en toda regla.
Irán es un país de 80 millones de personas, muy rico en recursos y cultura. Con una población joven muy compleja, que mezcla la urgencia por mayor apertura, con un orgullo nacional muy potente. La economía iraní está muy golpeada, pero lo que pretendió Trump en su primer gobierno, que era que la inestabilidad económica hiciera implosionar al régimen, ya no funcionó. Ahora solo queda la diplomacia, incluso los jóvenes más críticos con el régimen no aceptarán una guerra o una intervención internacional que pretenda un cambio de régimen. Además, Irán tiene aliados en Rusia y China, una guerra en ese país es garantía de inestabilidad global. Sumado a todo esto, está el hecho, ya señalado por todos los analistas: Netanyahu no tiene ningún plan para después de la guerra, ataca a Irán sin tener claridad sobre qué viene posteriormente. Es un político que solo sabe sobrevivir, no entiende de estrategia, solo actúa impulsivamente.
El actual ataque a Irán es garantía de más inestabilidad, la perpetuación de las guerras en Medio Oriente, peores condiciones de vida para todos, incluyendo a israelíes. Una amenaza a los precios internacionales del petróleo, un peligro para el comercio marítimo internacional y la garantía de más muertes. Solo por el capricho de un hombre: es tiempo que Medio Oriente deje de estar rehén de este criminal de guerra. Es hora de que los países del norte global se den cuenta de su doble moral y realicen acciones para detener esta locura.