La “cuestión social” en Rerum Novarum, el mundo del trabajo y la elección de León XIV
08.05.2025
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08.05.2025
El autor de esta columna profundiza en el legado del anterior Papa que usó el nombre León, y proyecta ese sello, muy enfocado en lo social, a lo que puede ser el pontificado de Robert Prevost. Sostiene que “su elección podría simbolizar un puente entre las enseñanzas de Francisco y las raíces históricas de la Doctrina Social de la Iglesia, reafirmando que la búsqueda de la justicia social sería una misión atemporal de la Iglesia católica romana”.
Imagen de portada: Stefano Spaziani/ Agencia Uno
Hace más de 130 años, el Papa León XIII marcó un hito con la encíclica «Rerum Novarum» (latín: “De las cosas nuevas” o “De los cambios políticos”) (1891), con un llamado pionero a la justicia social y los derechos de los trabajadores en el marco de lo que denominó “la cuestión social”. Ese legado fue una piedra angular en la llamada Doctrina Social de la Iglesia. Este conjunto de enseñanzas de la Iglesia Católica pretende servir de guía a los individuos en su vida social y política, con el propósito declarado de construir una sociedad más justa y fraterna, y ha servido de inspiración a pontífices posteriores, incluyendo al recientemente fallecido Papa Francisco.
Francisco, que fue identificado por un enfoque en los pobres y marginados, retomó muchos de los principios de la «Rerum Novarum» en su pontificado, abogando por la justicia social, la protección de los más vulnerables y una economía más inclusiva. Su encíclica «Laudato Si’«(2015), subtitulada “Sobre el cuidado de la casa común” y sus continuos llamamientos a la equidad resuenan con los mismos principios que empujó León XIII.
En su contexto original, «Rerum Novarum» tuvo implicancias significativas en el campo del trabajo, que marcaron un antes y un después en la relación entre empleadores y trabajadores. A fines del siglo XIX, los efectos de la Revolución Industrial habían provocado un profundo deterioro en las condiciones de trabajo: jornadas laborales extenuantes, salarios miserables, trabajo infantil y ausencia total de seguridad laboral eran la norma en muchos países industrializados.
La encíclica denunció estas condiciones y reclamó el derecho de los trabajadores a organizarse en sindicatos, algo que en muchos países aún era perseguido o considerado ilegal. Este llamado de la Iglesia no solo dio legitimidad moral a la organización obrera católica, sino que también inspiró reformas laborales y sociales en varios países europeos y latinoamericanos.
Uno de los impactos más relevantes fue la introducción progresiva del concepto de salario justo, entendido no sólo como una retribución mínima para sobrevivir, sino como una cantidad suficiente para mantener a una familia con dignidad. Este principio influyó directamente en el desarrollo de las primeras legislaciones laborales en Europa y América Latina.
También impulsó la creación de mutuales, cooperativas y organizaciones de trabajadores guiadas por valores cristianos. En países como Alemania, Italia y Francia, surgieron movimientos obreros católicos que promovían reformas sociales desde una perspectiva no revolucionaria, diferenciándose del marxismo dominante en muchos sectores obreros.
En América Latina, aunque las condiciones eran distintas a las europeas, la encíclica sirvió como base para una incipiente doctrina social católica que buscaba incidir en el orden político y económico, dando lugar a nuevas formas de pensar la justicia social desde el cristianismo. En Chile, por ejemplo, el pensamiento social de sacerdotes como Fernando Vives y el impulso a sindicatos cristianos se inspiraron directamente en «Rerum Novarum». Incluso se ha señalado que los partidos conservadores de la época, tradicionalmente alineados tras la Iglesia, comenzaron a escindirse entre los que apoyaban el nuevo énfasis social y quienes defendían los antiguos principios. Recordemos que esa encíclica llega en un contexto nacional marcado por despidos en las salitreras, la revolución de 1891, y la actividad de líderes sociales como Malaquías Concha o Luis Emilio Recabarren.
La encíclica no sólo tuvo efectos en la legislación laboral, sino también en la cultura del trabajo, ayudando a instalar la idea de que el trabajo humano tiene una dignidad intrínseca que debe ser protegida y valorada por el conjunto de la sociedad.
La elección de nombre León XIV, por parte del cardenal Robert Prevost, primer Papa norteamericano y ex obispo de Chiclayo, Perú (país del cual obtuvo la nacionalidad en 2015), representa una potencial continuación y una renovación de este legado. Con su experiencia en América Latina, una región marcada por la desigualdad y la lucha por la justicia social, León XIV podría representar para la iglesia católica y sus creyentes una perspectiva renovada y cercana a los desafíos contemporáneos. Su elección podría simbolizar un puente entre las enseñanzas de Francisco y las raíces históricas de la Doctrina Social de la Iglesia, reafirmando que la búsqueda de la justicia social sería una misión atemporal de la Iglesia católica romana. Su pontificado podría representar un potencial de continuidad al trabajo de Francisco, manteniendo la direccionalidad de la Iglesia hacia la inclusión y la justicia social, y reafirmando que el mensaje de la «Rerum Novarum» sigue siendo tan relevante hoy como en el contexto histórico original.