AHORA LE COBRAN DEUDAS POR $216 MILLONES. DICE QUE USARON SUS DATOS TRIBUTARIOS PARA EMITIRLE 17 FACTURAS
Caso Coimas: dueño del taller que arregló el auto de uno de los socios de Factop acusa que fue involucrado en las facturas falsas
06.12.2023
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AHORA LE COBRAN DEUDAS POR $216 MILLONES. DICE QUE USARON SUS DATOS TRIBUTARIOS PARA EMITIRLE 17 FACTURAS
06.12.2023
El propietario de la pequeña empresa Full 4×4 asegura que su única relación con Factop -el factoring mencionado en la grabación realizada en la oficina del abogado Luis Hermosilla- es la reparación que realizó a un vehículo de uno de sus socios. Por eso, le sorprendió que en el audio apareciera el nombre de su taller como una de las empresas a las que le habrían emitido facturas falsas. Después de arreglar el automóvil a uno de los dueños de Factop, cuenta, comenzó una pesadilla: enfrenta cuatro juicios en los que le cobran un total de más de $216 millones. En al menos 10 de las operaciones, según registros del SII, participó Factop cediendo los documentos por cobrar a otras empresas.
La abogada Leonarda Villalobos comparte con sus dos interlocutores, su colega Luis Hermosilla y el empresario Daniel Sauer, información reservada extraída del Servicio de Impuestos Internos (SII). Lo hace en el minuto 31:59 del audio que publicó CIPER hace tres semanas y que sacudió al país porque en esa reunión se planificaba pagar coimas a funcionarios públicos. El SII, cuenta Leonarda Villalobos en la grabación, investigaba posibles facturas falsas emitidas por la sociedad Guayasamín, propiedad de Daniel Sauer:
“Están investigando folios (facturas) del 400 desde marzo al 1.600 de diciembre (emitidas por) Guayasamín, aparecen: Antofagasta Mejillones, Inversiones Las Vegas, Cordius, Pictor, Full 4x4…”.
Pedro Rivadeneira, dueño del taller mecánico Full 4×4 dice que sintió alivio al escuchar que en la grabación aparecía su empresa en la nómina que leyó Leonarda Villalobos: “¡Qué maravilla, estoy nombrado! Están reconociendo que me hicieron facturas falsas”. Desde marzo, reclama, no duerme bien. Según cuenta, cuatro sociedades ligadas al factoring Factop, controlado por Daniel Sauer, habrían utilizado la información tributaria de la pyme de Rivadeneira para emitir 17 facturas falsas. Otros factoring están intentando cobrar esos documentos y, por eso, el dueño del taller mecánico enfrenta cuatro procesos judiciales en los que se le atribuye una deuda total de $216.159.129.
Desde el 16 de noviembre de 2022 hasta el 16 de febrero de este año cuatro sociedades emitieron facturas por cobrar que no son reconocidas por la empresa Full 4×4. En marzo los acreedores comenzaron a comercializar la deuda con empresas de factoring, las cuales desde agosto han presentado demandas civiles en contra de Pedro Rivadeneira.
CIPER revisó los registros del Diario Oficial para confirmar quiénes son los dueños de las empresas que, según la versión de Rivadeneira, emitieron facturas falsas a su pyme. Con esos datos se rastrearon las demandas en tribunales civiles por las facturas supuestamente adeudadas.
A mediados de 2021, uno de los socios de Factop, Rodrigo Topelberg, se comunicó a través de redes sociales con Full 4X4, según recuerda Rivadeneira. A lo largo de un año, Topelberg solicitó cuatro reparaciones para su vehículo todoterreno, incluido un cambio de techo. Todos los servicios fueron cobrados con facturas emitidas a Stereo Free SpA, una sociedad de Topelberg. “Él (Topelberg) me pidió que las facturas se las enviara a un correo que terminaba en @factop.cl. Es la única forma que pudieron haber llegado a mis datos”.
Entre el 16 de noviembre y el 5 de diciembre de 2022, según consta en el proceso judicial que se lleva en el 21° Tribunal Civil de Santiago, la sociedad Asesorías e Inversiones Art SpA emitió siete facturas cobrando a Full 4×4 “servicios de producción” por $61,5 millones. Aquella empresa fue identificada, en la ampliación de querella que en julio de este año Rodrigo Topelberg realizó contra Daniel Sauer en el 4° Juzgado de Garantía de Santiago, como una de las utilizadas por Factop para “emitir o enajenar facturas falsas”.
Pasaron ocho días, plazo legal para rechazar una factura, y la pequeña empresa de servicios mecánicos no objetó el cobro. Según dice Rivadeneira el error fue de su contador, que no advirtió el problema. Por eso, de manera automática, el SII registró que Full 4×4 adeudaba los $61,5 millones por servicios impagos. Luego, según los certificados de anotación, las facturas fueron cedidas por Factop al factoring Tanner.
El 15 de diciembre, según consta en las demandas civiles que enfrenta Rivadeneira, Inversiones Guayasamín -la sociedad de Daniel Sauer- comenzó a emitir facturas a Full 4×4. Ese día despachó tres documentos de cobranza por un total de $57,2 millones. Y dos semanas después agregó dos cobros que ascendieron a $27,9 millones. El taller nuevamente dejó pasar el plazo de ocho días sin presentar objeciones. Así, la deuda de la pequeña empresa de servicios mecánicos aumentó a $146,6 millones. En esta operación también se encuentra la huella de Factop, pues según los registros del SII la empresa de los Sauer transfirió los documentos a Cordada S.A.
El pasado 13 de enero un primer indicio debió haber alertado a Pedro Rivadeneira. Ese día recibió un correo del Factoring Nuevo Capital en el que reclamaban dos facturas impagas que sumaban más de $7 millones. El empresario no respondió. Dice que no le tomó el peso y que pensó que su contador tenía que hacerse cargo.
Casi un mes después, el 9 de febrero, el SII volvió a aceptar tres facturas emitidas a Full 4×4. Ese día, Inversiones Das Limitada, representada legalmente por Daniel Sauer, emitió tres cobros por un total de $48,1 millones, según figura en la documentación presentada en el proceso judicial. Como Full 4×4 nuevamente no objetó estas facturas, la deuda se acercó a los $200 millones. El 16 de febrero, Das Limitada volvió a facturar dos servicios a Full 4×4 por $21,3 millones. Con eso, la deuda total se consolidó en $216 millones.
CIPER revisó las facturas y constató que ninguna de las 17 se emitió por mantenimiento y reparación de vehículos, que es el giro comercial de Full 4×4. Algunos de los servicios reclamados fueron consignados como “servicios de producción”, otros como “asesoría de inversión” o “gestión”.
Ciper comprobó, al consultar la documentación presentada en los procesos judiciales, que Factop cedió 10 de las 17 facturas a otras dos empresas de factoring. Tanner Servicios Financieros recibió 6 documentos por un total de $61.539.200, mientras que Cordada S.A. adquirió 4 por una supuesta deuda de $62.383.610. Es decir, en $123 de los $216 millones adeudados por Full 4X4 existen registros de operaciones realizadas por la empresa de los hermanos Sauer.
Consultado por los montos y servicios que aparecen en las facturas, Pedro Rivadeneira reflexiona: “Ojalá mi negocio vendiera así (…). Mi pyme tiene movimientos súper chicos, yo no gano millones ni nada. Mis movimientos en el mes son de tres o cuatro palos, no es más que eso”.
El pequeño empresario tomó conciencia de la magnitud del problema en la última semana de febrero de este año. Fue cuando le comunicaron que personal del Factoring Tanner trataba de notificarlo por facturas impagas.
El 17 de marzo otro acreedor reclamó: Latam Trade Capital. Vía correo electrónico, Rivadeneira les respondió: “No estoy al tanto de ningún vínculo comercial con esa empresa que veo está utilizando mis datos de facturación para motivos que desconozco (…). A partir de ahora no autorizo ningún tipo de movimiento de factoring con ninguna factura que les llegue con mis datos porque no necesito factorizar. Es el sistema (del SII) que automáticamente las da por recibidas, cosa que me impide rechazarlas a tiempo. Por favor, no recibir nunca más facturas emitidas a mi empresa (Full 4×4). Ya tomaré acciones legales contra los que están emprendiendo este fraude del que no me quiero ver involucrado”.
Después de responder el correo, el pequeño empresario se comunicó con su contador y confirmó que existían unas facturas que después de ocho días fueron aceptadas de manera automática. “¿Cómo pudo pasar esto?”, dice que preguntó. “Las facturas se me pasaron”, cuenta que fue la respuesta de su colaborador.
Rivadeneira contrató a otro contador para que auditara sus facturas. Ambos decidieron no aceptar cobros de empresas desconocidas: “Mis proveedores son pocos, entonces tengo claro cuántos eran”.
Además, en agosto de este año Rivadeneira presentó una denuncia ante el SII: “El fiscalizador me dijo que lo detectamos a tiempo, porque pese a los ocho días logré rechazar el IVA (crédito) y no lo ocupé”. Rivadeneira y el nuevo contador concluyeron que “está gente empezó a hacer facturas exentas de IVA, que son más difíciles de detectar”.
“Un día me di cuenta de que esto tenía que ver con Factop. Me di cuenta de que estas empresas tenían una vinculación. Justo al rato, él (Topelberg) me llama porque necesitaba hacerle un arreglo a su jeep. Recordé que su correo era Factop, así que le dije: ‘Rodrigo, necesito hablar contigo. ¿Vas a estar en tu casa a las 10?’”.
Pedro Rivadeneira dice que se juntó con Rodrigo Topelberg el 30 de junio pasado, en la casa de este último: “Ese día no podía manejar. Yo estaba mal. Así que me fui a pata”.
“¿Rodrigo qué tienes tú que ver con Factop?”, dice que le preguntó. “Te googlié. ¡Tú eres uno de los dueños de Factop! ¡Factop y empresas asociadas a Factop me están estafando!”.
Rivadeneira recuerda que Topelberg le dijo que a los dos los estaban estafando, que él no tenía nada que ver con la situación, que tenía dos socios -los hermanos Daniel y Ariel Sauer- de los que sospechaba que estaban haciendo irregularidades con facturas: “No sé cómo tu empresa está metida en esto. Yo no he dado datos de nada”, recuerda que fue la respuesta de Topelberg.
Pedro Rivadeneira cuenta que desde esa fecha “yo llegaba a soñar con que estos hueones tienen una oficina donde llegan datos de lo que sea y empiezan a hacer facturas”.
Desde el 9 de agosto comenzaron a caer sobre Rivadeneira las demandas de cuatro empresas de factoring, que reclaman el pago de las 17 facturas. El empresario reafirma que fue estafado. Y no descarta la eventual complicidad de quienes compraron los documentos: “Creo que están todos coludidos. No puede ser que estas empresas no tengan gente capacitada para ver si estas cosas (facturas) son verdaderas o no”.
Rivadeneira cuenta que este año ha perdido clientes, porque mientras dure la investigación el SII limitó a cuatro los folios mensuales que puede utilizar. Además, no ha podido pagar a sus proveedores. Pese a las dificultades, dice que persistirá: “He perdido trabajar, bajaron mis ventas, no he podido dormir (…). Para mí era más fácil cerrar la empresa, seguir funcionando con otro nombre, pero no. Yo quiero salvar mi empresa y mi nombre. Quiero demostrar que no tengo nada que ver con esto. Quiero limpiar mi prestigio. No quiero dejar botado esto. Quiero tener acceso a crédito”.
En los próximos días la defensa de Rivadeneira responderá a las demandas civiles y definirá posibles acciones legales argumentando “falsedad del título”.