CARTAS: Un trabajo invisible (Día Internacional de la Enfermería)
12.05.2023
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12.05.2023
Señor director:
La psicóloga francesa Pascale Molinier plantea que la solidez, la estética de la obra, el rigor de una demostración o el sabor de una comida pueden ser tanto apreciados como juzgados. Sin embargo, ni «las esperanzas y la atención que el trabajo suscita, los esfuerzos individuales y colectivos que implica, las formas de inteligencia que moviliza, los sufrimientos y los placeres que produce, las modificaciones psíquicas que se producen en escena, nada de esto es visible».
El trabajo de cuidados de las enfermeras y enfermeros contempla, justamente, múltiples actividades invisibles (algunas más invisibles que otras). Como refiere Molinier, aquellas que no pudiendo concretarse en un objeto o en una realización técnica, no se objetivan directamente. Por tanto, no logran ser visibilizadas ni valoradas. Podemos cuantificar, por ejemplo, cuántos pacientes son tratados con un fármaco, las curaciones, los procedimientos y los actos realizados en los servicios de salud, pero ¿cómo medimos cada vez que se movilizan recursos para la gestión de los cuidados, el dolor o la frustración cuando se debe cuidar a alguien que está sufriendo, cada interacción humana y compasiva, o la carga mental/emocional de estos trabajos?
Ocurre una situación similar en las múltiples acciones y movilizaciones que existen con el cuidado no profesional, como por ejemplo en las labores de cuidado en la maternidad. El cuidado no profesional y profesional coinciden en algo: lo invisible, y en nuestra incapacidad social de valorar aquello no cuantificable.
No debemos olvidar que la mayoría de las cuidadoras son mujeres, pues existe una «construcción de la categoría de femineidad» asociada al cuidado, en la que surgen no solo estereotipos, sino que además múltiples discriminaciones socialmente construidas, que también afectan a los hombres, quienes supuestamente no tendrían los atributos para aquellas labores.
El trabajo de cuidados es un desafío, en especial en este Día Internacional de la Enfermería. Hoy es necesario relevar el cuidado profesional de las gestoras y los gestores de cuidado; comenzar con invitar a formadoras(es), docentes, padres y madres, cuidadoras(es) a reflexionar en torno a cómo deconstruir nuestra heteronormatividad en la enseñanza del cuidado. Podría ser uno de los primeros pasos para valorar y visibilizar los trabajos de cuidados, tanto para los trabajos de cuidados profesionales como los no profesionales.