«Cuando en estas últimas décadas casi todas las actividades de la sociedad se han transformado —y siguen haciéndolo—, en Educación seguimos atados a un modelo ineficiente y que lleva demasiado tiempo, con un profesor entregando a un grupo de estudiantes un mensaje uniforme dirigido a un alumno promedio que no existe.»
En su libro El desafío americano (1967), el político, periodista e intelectual francés Jean Jacques Servan-Schreiber revela los tiempos que un invento tarda en ser utilizado ampliamente. Por ejemplo, la fotografía llegó a masificarse 112 años después de su invención, en 1727; y con el teléfono hubo que esperar 56 años desde la primera conexión, de 1876. Así con la radio (35 años), el radar (15), la televisión (12), la bomba atómica (6), los transistores (5) y los circuitos integrados (3), lo cual demuestra que los avances tecnológicos y científicos son cada vez más rápidamente adaptados y utilizados. Más recientemente, el arquitecto e inventor Richard Buckminster Fuller desarrolló la llamada «curva de duplicación del conocimiento», para demostrar cómo el conocimiento se genera a una velocidad cada vez mayor. Si a comienzos del siglo pasado el saber se duplicaba cada cien años, a mediados de ese siglo ocurría cada 25; y así cada vez más aceleradamente, hasta ahora que se estima que el conocimiento humano se duplica año a año y, según IBM, con la llamada «internet de las cosas» puede llegar a duplicarse en días y horas. En 2014, el BID estimó que para el año 2025, unos 500.000 latinoamericanos participarían en cursos online. Pero es evidente que, producto del Covid-19, esa cifra ya ha sido largamente superada, aunque no como el BID supuso (la «clase al revés» propone que los estudiantes ven videos y desarrollan búsquedas de información en casa para, en el aula, realizar talleres y trabajar en grupo). Es claro que la pandemia expandió exponencialmente la tecnología, pero solo como reemplazo de la clase tradicional. La pandemia también dejó al descubierto falencias tradicionales de la educación con las que hemos vivido por décadas y siglos: el esquema tipo industrial en el que todos los estudiantes son tratados por igual, desconociendo la naturaleza de cada persona, sus gustos, sus hábitos y sus fortalezas y debilidades. Lo que «siempre se ha hecho así» hizo crisis durante el año escolar 2020, y continúa. El eslabón clave del sistema, el profesor, sufrió la tensión y el desgaste de tener que responder a un nuevo escenario sin las herramientas, recursos ni acceso igualitario a la tecnología para ello. Pero aún más grave es la incapacidad de nuestro sistema educacional para, por un lado, ver la necesidad del cambio y, por otro, persistir en su temor a innovar. Si, como hemos descrito, el conocimiento crece exponencialmente, ¿es posible pensar en obtener resultados diferentes a los que conocemos con procesos educativos que siguen con la misma estructura, y a lo más reemplazan la acción presencial por una híbrida o virtual? Siendo el aprendizaje una constatación personal, ¿es posible lograrlo de forma más eficaz sin introducir cambios que apunten a una modalidad adaptativa? Cuando en estas últimas décadas casi todas las actividades de la sociedad se han transformado —y siguen haciéndolo—, en Educación seguimos atados a un modelo ineficiente y que lleva demasiado tiempo, con un profesor entregando a un grupo de estudiantes un mensaje uniforme dirigido a un alumno promedio que no existe. Se trata de un absurdo hecho costumbre, que lleva a muchos a creer, erróneamente, que cambiar la educación toma aún una generación. Así, no habría autoridad que se atreviera a innovar, pensando que solo pagaría los costos del cambio sin gozar sus resultados.
*** El debate sobre si los estudiantes pueden o no utilizar sus celulares en la sala de clases muestra la incapacidad de entender el alcance de los cambios pedagógicos pendientes: no es el celular el problema, sino el no adaptarse a la realidad de su omnipresencia. Para las generaciones nativas digitales, los medios digitales son tan naturales en el espacio educativo, como durante siglos lo han sido libros y cuadernos. La idea es, como ha propuesto el BID [ver Nota Técnica 670], utilizar la tecnología y estructurar el proceso pedagógico a partir de ese nuevo, tremendo y útil recurso. Entendemos que la tecnología permite innovar en el proceso de enseñanza y aprendizaje, pero no basta. Como se vio durante la pandemia, no mejora la educación valerse de pantallas para entregar contenidos bajo una metodología que modifica la presencialidad pero se mantiene igual a lo vigente. Con clases presenciales o a distancia, se supone que los estudiantes son un grupo homogéneo que puede atender al docente en similares condiciones. Pero los recientes resultados de la PAES nos demuestran que tal homogeneidad no existe en la totalidad del sistema. Existen brechas que van aumentando en la medida que se avanza en el curriculum o se le permite a cada estudiante avanzar a su propio ritmo. Por eso, introducir tecnología en el proceso pedagógico sin asumir la heterogeneidad de éste, sólo lo hará más pesado y complejo, especialmente para los docentes. Algo de esto vivieron muchas comunidades escolares en la pandemia. Entonces, la pregunta que sigue es si acaso en medio del tremendo avance en el desarrollo del conocimiento humano también se está creando conocimiento que permita asumir la heterogeneidad de los estudiantes y entregar soluciones personalizadas integrales que puedan ser utilizadas masivamente. La respuesta es que sí, existe. La transformación digital —entendida como utilizar capacidades digitales para optimizar procesos, facilitar la vida de los usuarios y generar nuevos espacios de oportunidad— también está llegando a la educación, pero, como en toda innovación, al desafiar los paradigmas tradicionales deben levantarse algunas barreras.
*** Existen diversas plataformas y aplicaciones que están logrando solucionar los nudos de las brechas iniciales. Si se abordan a partir de diagnósticos rápidos, permiten elaborar para cada materia, en cada nivel, una ruta personalizada de nivelación, con sus respectivos remediales. Así, ofrecen espacios de práctica más amplios, en los que el estudiante puede ejercitarse y obtener inmediatamente la retroalimentación a su estudio (lo que, para generaciones acostumbradas a la inmediatez, resulta fundamental, con la correspondiente sensación de logro). Además, resuelven formas de lidiar con aspectos administrativos y técnicos del proceso educativo. Según este último enfoque, la tecnología no reemplaza al docente, sino que le asigna un nuevo rol, o le rescata su rol más auténtico: ser guía, orientador y motivador. Para los nativos digitales la sesión de docencia en que un maestro presenta los conocimientos mientras ello/as deben tomar nota y prestar atención en silencio ya no es una opción válida. Su acceso al conocimiento está disponible en las redes, pero es necesario que existan apoyos para que éste sea útil y motive al estudiante. Los docentes podrán navegar con mucha fluidez en la tecnología y expandir la limitada función que se le ha dado hasta ahora. Es otra vía para «entregar la materia». Al igual que con el teléfono, el televisor y el automóvil, bastará con ser buenos usuarios para maximizar beneficios. Con las nuevas funcionalidades educativas, un docente puede hoy fomentar la creatividad, el ingenio, el autoaprendizaje y el pensamiento crítico entre sus estudiantes, habilidades fundamentales para estos nuevos tiempos. Así como hoy se debate en nuestro país sobre el uso de la tecnología en los colegios, también se discute por qué se incrementa la deserción escolar. Pero parece no atenderse el evidente vínculo entre uno y otro tema: si las brechas ya están debidamente atendidas y el conocimiento está disponible en las redes, y en la sala me repiten aquello a lo que tengo acceso a través de Youtube y otras aplicaciones, entonces ¿para qué ir a la sala? Para que resulte interesante asistir a una clase presencial, esta debe ofrecer un espacio entretenido, motivante, de diálogo, proyectos integrados, búsqueda, afecto y ejercicio de la libertad, de acuerdo con cada nivel de desarrollo. El establecimiento educativo debe ser el lugar en que esa libertad, junto a la creatividad y la autonomía, se expresan y construyen comunidad y relaciones sociales. Un lugar en el que vale la pena participar. Por su parte, es necesario que el docente también goce su ejercicio profesional. Que tenga reales deseos de entrar a la sala, en diálogo creativo con sus alumnos y sus colegas. Para ello debe liberarse del agobio administrativo relacionado con la docencia tradicional, ahorrándose el hacer y corregir tareas, sacar promedios, buscar material, etc.; lo que es posible también si se usa en plenitud la tecnología. Experiencias hay muchas. Aprender de ellas y ponerlas en práctica es parte de la innovación que viene.
*** Una encuesta realizada por la Universidad Diego Portales (mayo-junio 2022) entre 260 directores de establecimientos de la educación pública chilena incluye un ranking con sus tres principales preocupaciones. Se destaca en segundo lugar a los estudiantes con problemas emocionales; asunto acaso extraño entre temas presupuestarios, licencias médicas y de sobrecarga administrativa. Recién en la quinta posición aparecen como preocupación los resultados académicos; y sólo en el décimo lugar, las «prácticas de enseñanza poco efectivas en el aula». El desafío, entonces, es romper el inmovilismo que está viviendo la educación de nuestro país, impulsar la innovación pedagógica, y no esperar a que otros lo hagan para seguirlos. Los dos años de pandemia han significado un costo muy alto, especialmente para la educación pública, y el año pasado no fue de recuperación de lo perdido. En un mundo lleno de incertezas, lo mínimo que los sistemas educativos públicos debieran asegurarle a cada chileno, independientemente de su ubicación geográfica o condición social, es nivelar sus brechas para dejarlo en condiciones de seguir aprendiendo, garantizándole así la posibilidad de desenvolverse adecuadamente en un mundo cada vez más dinámico y exigente. Por múltiples razones —tales como la dimensión y urgencia del problema, así como los tiempos políticos que suelen posibilitar innovaciones de este tipo solo en la primera mitad de un gobierno—, resulta imperativo actuar ahora. Las soluciones, los medios y los recursos están.
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Las tics no son la panacea a los problemas de aprendizaje. Un país del mundo civilizado como Suecia, acaba de prohibir las pantallas digitales en el aula.
Yo abogo por una educación menos experimental, donde se entienda que la escuela está al servicio de la transmisión de conocimientos. No creo en cantos de sirena como la educación competencial. Estudios internacionales por ejemplo, demuestran que los éxitos de la educación finlandesa se deben a métodos tradicionales, basados en el esfuerzo y cumplimiento del deber, y centrados en el profesor. Es bueno y sano, saber qué se debe conservar en educación y qué se debe cambiar. Andrés Palma es un político, y los políticos cuando se meten en educación siempre es para defender intereses propios.
BENJAMIN | 15.02.2023
MIENTRAS NO HAYA UNA REFORMA A LA EDUCACIÓN LA IGNORANCIA SE SEGUIRà ADUEÑANDO A NUESTRAS MENTES Y LA TV SEGUIRà REINANDO CON EL MANEJO SUBLIMINAL DE LA GENTE CON SUS COMEDIAS, MATINALES., NOTICIEROS Y OTROS. MIENTRAS MÃS IGNORANTES MEJOR.
Juan Claudio Reyes | 10.02.2023
Interesante el artículo, desde una “perspectiva de futuro; sin embargo, parece necesario tener algunas consideraciones “de presenteâ€.
Desde luego, de acuerdo a cifras creíbles, el acceso a internet está presente solo en el 67% de los hogares del país y, a ello habría que agregar la diferente calidad de esa conexión y, por cierto, el acceso a teléfonos o computadores suficientemente aptos para cada estudiante o, como sabemos, los espacios físicos necesarios, en las casas de los más vulnerables, que les permita “seguir las clasesâ€.
Entonces, cuando, de acuerdo a estudios del Banco Mundial y Unicef, los estudiantes del sistema público (y semi publico en Chile), que alcanzan a 3.5 millones de escolares, alrededor de 1.2 millones de ellos, muy a lo menos, podrían seguir procesos de mayor alcance tecnológico.
Mención aparte merecen dos consideraciones. Por una parte, como sabemos, el rol de la “relación entre pares†no solo tiene un inmenso valor sicológico, especialmente en los sectores de estudiantes más vulnerables, donde el acompañamiento al proceso educativo, en los hogares, es muy escaso y, por tanto, lo que reciben en las escuelas, especialmente entre los “compañeros, parece insustituible.
En segundo lugar, aunque se crea que esto es irrelevante, el acceso al almuerzo y a otras prestaciones sociales que entrega el colegio, es un factor que hay que tener presente, no solo para el alumno, sino también para la familia. Conozco ese tema muy de cerca.
En síntesis, parece muy interesante el estudio sistemático de métodos modernos de apoyo al proceso educativo; sin embargo, ello debiera considerar las eventuales ayudas a un proceso de aumento de la inequidad, que caracteriza, violentamente, nuestro sistema educativo.
Ello es particularmente complejo pues, tal como señala el artículo, durante el año pasado no hubo ningún Plan Nacional de Recuperación de Aprendizaje, desde un Ministerio de Educación donde, particularmente el jefe de la cartera, no se le escucha hablar de educación, pese a que, es sabido que, en el período 2020-2021, la pérdida de ellos es de más del 80%, entre los 3.5% de millones de escolares del sistema público y semi público.
Marcel | 08.02.2023
No solo la transformación digital es la variable dominante que espolonea a la Educación. También lo hace el proselitismo de los profesores formados bajo ópticas de las cuáles, no sabemos que agendas ocultas existen ahí. Un claro ejemplo, es la ideología de género que se instaló en la opinión pública con las tesis que ensalzan la figura del pedófilo a través de los "pedagogues" (2017) de la Universidad de Chile, y de las cuáles no hay respuesta de la casa de estudios. El proselitismo docente en ésta área no se queda ahí: mi hija de tercero medio cuestionó las clases tendenciosas que abogan por direccionar el pensamiento hacia el comunismo. "Yo he estado en Cuba y lo que dice usted, profesora, es totalmente falso". Estas visiones románticas y políticas del género bajo el pretexto de la "tolerancia y no- discriminación" con discursos de odio al hombre, están instaladas bajo la violencia simbólica y discursiva.
Es un fenómeno del que el MINEDUC es totalmente ignorante, a cambio de la insistencia de discursos y lenguajes idiotas que no contribuyen a nada más que a la división, parafraseando, cómo dijo el ministro hace poco tiempo, dónde "los y las establecimientos educacionales", deben enfrentar desafíos reales e importantes.
Entonces, ¿cómo se pretende mejorar o impulsar una educación que realmente ayude al desarrollo de los estudiantes, si las prioridades son "trans"formar, las bases identitarias?, ¿es normal que estudiantes de básica, pregunten a sus madres, padres o apoderados en general, si son mujeres o no?
El problema de fondo, no es la transformación digital, sino más bien el interés ideológico por imponer visiones minoritarias a la población estudiantil bajo la égida de la tolerancia y no discriminación como conceptos de uso político de intereses oscuros con la infancia y adolescencia por parte de tendencias perniciosas como el manto de silencio en torno a las tesis que reivindican a la pedofilia como parte del currículum oculto en la educación.
Julio Valenzuela | 08.02.2023
Una de las primeras reflexiones que me deja este potente artículo es que cada actor del "ecosistema" educativo debiera estar dispuesto a replantearse respecto a este tema, comenzando desde la familia y llegando al profesor. Respecto a estos últimos se hace imperativo honrar la capacidad que han tenido por generaciones de hacer "algo" o "mucho" con muy poco (me refiero al sector público, la "zona de sacrificio educativo" del sistema chileno), no obstante es innegable que la tradición gremial de los docentes en Chile ha terminado siendo un lastre o un dique para todo intento de avance en serio para optimizar el modelo.
Hoy existen tecnologías Nacionales (recalco la mayúscula) que están en posición de agregar tal valor al sistema educativo que pueden reducirse brechas de aprendizaje a la velocidad que un programa diseñado desde el poder político requeriría de años para poder diseñar, consensuar y aplicar.
La tecnología, la evolución social y el progreso no saben de los tiempos de evolución de los distintos grupos de interés del sistema educativo. Llegó la hora de sentarse a hablar en serio respecto, que cada actor involucrado este en disposición de redefinirse y transar desde su posición, y aplicar las herramientas de la tecnología que están disponibles y que parecen hoy ser la única alternativa viable de aplicar en el corto plazo para hacer frente al tsunami educativo y social que está pasando frente a nuestras narices y cuyas consecuencias generacionales ni siquiera atisbamos.....a no ser que queramos seguir replicando este modelo que produce profesionales por montón y con serias deficiencias de comprensión lectora.
Clau fica | 08.02.2023
Que inspirador que "alguien más" piense de esta forma y que lo exponga!!!
La crisis del " Siempre se ha hecho así " es pandémica, y se extiende al área laboral, familiar, relacional sin ni siquiera cuestionar el curso y reflexionar sobre la repetición en línea, automática de cada comportamiento. Pero hay esperanza, llegó la era de la consciencia ðŸ™
Juan Gonzalez | 08.02.2023
En el sur los profesores tienen sueldos super altos, sobre el 1.500.000 pesos, ademas deben ser de los trabajadores que mas licencias emiten todos los años sin considerar que tienen vacaciones en el invierno y mas de 2 meses en el verano, ojala otras profesiones u oficios tuvieran esas regalias, pero cuando se trata de mejorar su trabajo en las aulas todo les parece mal u ofensivo.
Manuel | 07.02.2023
Comparto plenamente este artículo, desde su título. Porque ese mismo título está en la novela "Sinuhé el egipcio†y es una secuencia escénica que me encanta contarla cuando se da el caso. Como este caso, en este artículo. La secuencia en cuestión es la conversación de Sinuhé con un amigo y condiscípulo en la “universidad†de la época de los faraones. Sinuhé será médico y su amigo estudiaba para ser artista. De los que grababa imágenes en las piedras. En una ocasión empezó a usar la perspectiva en sus imágenes. El profesor lo retó. El alumno dijo “pero si las cosas y figuras se ven así, ¿por qué tengo que dibujar siempre de la misma manera?†Y el profesor le contestó “Porque siempre se ha hecho asíâ€. Sí, siempre, durante tres mil años. El alumno siguió con su visión artística. Lo expulsaron.
Y tengo otra cosa que cuento, un chiste negro. Una fila de jóvenes con enseñanza media completa espera una entrevista para un puesto de trabajo. Entran de a uno. Acompañamos a un joven que con sus 18 años “se asoma a la vidaâ€. No tiene experiencia laboral, espera que pueda rendir en lo que le digan. Entra, entonces a una oficinita pequeña y queda de pie ante un escritorio. Un hombre de mirada inquisitiva lo mira desde su asiento, “lo traspasa con la mirada†y le dice muy serio y con voz muy fuerte. “¡¡ Qué sabe hacer usted !!†El joven, desconcertado, hace un gran esfuerzo y contesta: “Eh eee.. eee yo sé resolver el cuadrado del binomioâ€. Y el hombre del escritorio grita más fuerte aún “¡¡¡ El siguiente !!!â€.
Doce años de estudio y ninguna preparación para el mundo, y específicamente para el mundo laboral. Ninguna.
Tampoco en la universidad. En mi caso particular, con una profesión liberal ….. ¿Quién me enseñó a hacer algo tan elemental como una iniciación de actividades? ¿A suscribir un contrato de arriendo, a hacerme publicidad, a desarrollar una cartera de clientes? No fue en la educación sistemática. Aprendí preguntando, equivocándome, y volviendo a preguntar.
¿De cuántas maneras positivas y productivas podemos dejar atrás el “siempre se ha hecho asíâ€?
"
Maria Belen | 07.02.2023
Entiendo la idea central de la columna, sin embargo, modificar las estrategias de enseñanza implica asumir que la educación es un proceso político, social y cultural, COMPLEJO. Cada aula es una representación de la sociedad. El sistema educativo depende del estado y responde a esa misma visión de ser humano y ciudadano que tiene el Estado. No me asombra que una economía pobre como la nuestra, poco variada, tenga un sistema educativo con las mismas características. Tampoco me asombra que una sociedad distribuida de manera tan poco inteligente, incluso demográficamente hablando, tenga un sistema tan mal administrado y saturado. No me extraña que existan zonas de sacrificio educativo. Entonces, no es introducir una que otra tecnología en el aula para actualizar el sistema educativo, sino cambiar cultura, definiciones, visiones que sean coherentes con la sociedad, pues todo sistema educativo es reflejo de una cultura. Hasta ahora, no ha habido una real prioridad hacia al sistema educativo desde hace muchas décadas. No podemos seguir pensando que una profesora puede trabajar de manera personalizada con 40 niños en una sala de 4x4 metros cuadrados, sin apoyo de su equipo directivo y sin tiempo para preparar sus clases, por muchas aplicaciones que existan para cambiar "las formas" de enseñanza porque parecen obsoletas. Es incluso violento leer comentarios de lo malo de nuestro sistema, cuando solo se analizan los resultados sin mirar el contexto social, económico, político, cultural del país. Es un error en el análisis, si es que el análisis es serio y no sólo palabras de moda. Realmente el sistema lo sostienen las profesoras y profesores y para las malas condiciones y lo pobre de nuestro sistema, los pésimos salarios, la salud mental de la sociedad completa, la mala gestión institucional, la pobreza y abandono de niños y familias, créanme que logramos bastante!! Y concuerdo con que, lamentablemente, siempre se ha hecho así. El estado lo ha hecho siempre así, porque somos un país chico, subdesarrollado y avanzamos lentamente, si es que no retrocedemos. Somos miedosos de asumir que debemos educar para para el trabajo y el desarrollo. Entonces no nos engañemos con soluciones ridículas y fórmulas mágicas de alguien que cree descubrir la pólvora en educación . Basta de exigir a la escuela algo que no puede dar si las otras patas de la mesa siguen cojas y sin arreglo. Debemos definirnos y ser honestos. @_laprofesoraqueescribe
Mauricio Ruiz Cheuqueman | 07.02.2023
Excelente nota, muy clara y con respecto a estos cambios, obviamente ninguna autoridad los quiere hacer ya que ellos necesitan resultados rápidos para la foto pero no piensan a largo plazo y que esto puede mejorar sin duda el futuro de nuestras siguientes generaciones.
