Cartas: Día Internacional del Suicidio. Hablar para prevenir
09.09.2022
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09.09.2022
Sseñor director:
Cada 10 de septiembre se conmemora el Día Internacional para la Prevención del Suicidio. La campaña de este año, impulsada por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio con apoyo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), es “crear esperanza a través de la acción”, consigna que nos invita a conocer el comportamiento de riesgo suicida
y a aprender a identificarlo y prevenirlo.
Hoy somos siete las organizaciones que, desde distintas miradas, aspiramos a contribuir al llamado de la OMS para crear esperanza a través de la acción, y que ejecutamos el Programa de Prevención del Suicidio en la Región Metropolitana impulsado por el Gobierno Regional, cuyo objetivo es tender puentes y propiciar espacios de escucha para que cada
niño, niña, joven, adulto o persona mayor pueda ser acogido con todas sus particularidades.
Las estadísticas sobre el suicidio son una primera fuente a la que acudir para poner sobre la mesa un tema que obedece a un conjunto extenso y complejo de variables. Hablar de suicidio puede ser ingrato, incómodo e implicar una carga moral importante. Sin embargo, hablar es fundamental para prevenir. Hablar implica el esfuerzo de brindar las condiciones
necesarias para establecer una conexión a la prevención del comportamiento de riesgo suicida.
Es importante que como sociedad nos acerquemos a una lógica comunitaria; es decir, de cuidado, apoyo y escucha mutua, para así crear vínculos sanos y condiciones de bienestar emocional, para que las personas se sientan acompañadas, integradas y reconocidas. Desde las organizaciones comprometidas en este proyecto, el primero de prevención del suicidio liderado por un gobierno regional y una iniciativa pionera en América Latina, llamamos a las autoridades regionales y nacionales a sumar esfuerzos para enfrentar el aumento del comportamiento suicida en la población, así como para abordar la depresión, la ansiedad, el acoso escolar y otros factores de riesgo que, a partir de la pandemia, están cada vez más presentes. Hoy, más que nunca, es necesario articular los esfuerzos para promover el bienestar físico y mental.
La acción nos obliga a tomar conciencia sobre el suicidio y asumirlo como un problema de salud pública. Nos obliga a salir de nuestra zona de confort y mirar de frente una realidad incómoda para entenderla con especialistas y expertos, pero también con aquellas personas que, de una u otra forma, se han enfrentado a ella. Reconociendo la existencia del suicidio, del riesgo suicida, podremos descubrir y validar a la persona que está experimentado esta situación y, desde ahí, podremos prevenir, entendiendo que el opuesto del suicidio no es la vida, sino el vínculo de calidad, y ese es nuestro real desafío.