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Comentarios (7)

Amanda Puga | 24.08.2020
Fui dos veces a Venezuela. La primera, en Enero del 2013. Llegue el mismo dia que debia juramentar Chavez su presidencia al tercer periodo, pero no se podia porque estaba agonizando en La Habana...Entonces juramento Maduro en su nombre. En ese momento, no habia bloqueo estadounidense. Pero habian marchas en pro de Chavez, y en esas marchas, vi la misma imagen que todos tienen en su retina al momento de hablar de nazismo: Miles de personas paradas con la mano en alto, repitiendo el juramento de lealtad que le brinda Maduro a Chavez, ese 10 de Enero, juramentando a la bandera en su nombre, con Evo Morales y Pipe Mujica de testigos, en pleno centro de Caracas, en la calle. En ese mes, me di cuenta que ya habia desabastecimiento e inflación. La segunda vez, fui el 2017. 5 años de Maduro en el poder lograron desarmar un país hacia la miseria absoluta. Todos mis amigos pasaban hambre. Estaban flacos. La cantidad de gente recogiendo basura de las calles era incontable. Los fajos de billetes para compar un kilo de arroz eran tantos que hacia falta una maleta. Es más, yo no pude cambiar dinero ni obtener efectivo en las 3 semanas que estuve ahi y, a pesar de que era practicamente millonaria con los 400 dolares que tenia disponibles, si queria comprar algo, debia tener una tarjeta de debito venezolana, pasarle dolares a un amigo, que le pasara a un cambiador en negro, que le depositara bolivares en su cuenta. Un dolar era mucha plata. Y en ese momento, tampoco habia bloqueo, porque el bloqueo comenzó el 2018 con Trump. Lo que vive hoy Venezuela es una dictadura de gente incompetente, asesina, violadora de derechos humanos. Hay 5 millones de emigrantes, y 300 mil muertos por violencia en 20 años de chavismo, de los cuales un tercio, es por agentes del Estado (100 mil) Escribi un libro y realice un documental donde relato mi paso por Venezuela en 2013. Se llama MI NORTE ES EL SUR. Y escribi una nota en Disorder Magazine hablando de mi paso en 2017. Si a alguien le interesa, le cuento una visión cercana, de cosas que vi y que viví. Dejo los links para les interesades. www.minorteeselsur.com http://www.disorder.cl/2018/06/26/chilena-viajo-venezuela-explica-el-panorama-pais-de-maduro/
José acevedo | 10.08.2020
Estimados Entiendo, que este texto, es una construcción literaria. Y sobre eso, creo que está escrito con agilidad y con una gran capacidad de imágenes que irrumpen en medio de la lectura...Pero, otra cosa es el proceso político venezolano, con sus luces y sombras. Que no tiene nada que ver, con la creación del autor, este texto, canviandole, el nombre del País. Puede ser,cualquier país, latinoamericano.
Sebastián Ponce | 10.08.2020
Sería mas deseable, cuando el hablante es un suramericano, que dejemos de normalizar la situación de Venezuela como un caso de corrupción, decadencia moral y el probable destino de cualquier proyecto alterno al neoliberalismo (teniendo en cuenta que leo y escribo esto desde un territorio que está en una crisis económica, en donde todas las instituciones se están cayendo a pedazos). Es cierto que no vasta con decir bloqueo para explicar la compleja crisis que vive Venezuela (como la compleja crisis que vive Bolivia, Ecuador, Perú (hace 20 años), Colombia (pos acuerdo de paz) y Brasil (entre otros)) pero también es cierto que, tenemos que lamentar como sudamericanos la frívola e intencional indiferencia entre los países del subcontinente. Esta pandemia ha golpeado de sobre manera a nuestra región y las paupérrimas respuestas estatales dan cuenta de tres cosas: somos muy pobres y desiguales (aunque países como Chile se quieran presentar de una manera distinta), nuestras oligarquías prefieren ver en cenizas todo antes de redistribuir riquezas y poder (muchos sentados elucubrando con un ron desde Miami) y que todas nuestras instancias de cooperación regional (UNASUR, OEA, MERCOSUR, GRUPO DE LIMA, etc) son solo declaraciones de intenciones desde marcos ideológicos que nunca tuvieron mayor materialidad en términos de integración económica, de cooperación en formación e investigación, en logística y alianzas comerciales, médicas, educativas, por nombrar algunas. Estamos en un barrio donde las tesis de conflictos militares aún se imponen como lógica de política exterior (mientras nuestro país sigue hipotecando su futuro firmando tratados de libre comercio con cualquiera). Donde las relaciones de intercambio cultural se ven entorpecidas por alianzas de corto plazo que cambian en cada elección. Un barrio que se desentiende de los conflictos relevantes, sin voluntad para asegurar elecciones justas ni en Venezuela, ni Bolivia; así como, deja sin sanción los crímenes de lesa humanidad que está llevando a cabo el gobierno de Brasil con su gestión del COVID-19 y la desvastación del amazonas. Nos desentendemos de nuestros problemas como si las lineas fronterizas fueran mágicas, como si las crisis sociales de Venezuela no fueran determinantes para el futuro de Chile, como si la crisis institucional de Perú no tuviera consecuencias para el futuro Argentino, como si la debacle Brasilera no tuviera impacto en todo nuestro futuro; como si no fueramos la misma gente, como si la linea fronteriza delimitara los ecosistemas. Mientras escribo estas lineas, nos encontramos abandonados a gobiernos con nula legitimidad que venden el alma al imperio decadente por un lado y por el otro, nos hipotecan hasta el alma con el imperio ahora dominante de China. Las deudas siempre las vamos a pagar nosotros. Vivimos en la condena de habitar en el lugar de mayor riqueza del planeta, cuestión que, si fuéramos conscientes de esta realidad, nos permitiría un desarrollo soberano y hasta independiente del resto del planeta. Pero la tragedia dicta que nuestras elites, viven aún en la filia colonial de preferir despedazarse y despedazarnos con tal de ser investidos en reyes pobres (reyes ridículos, incluso con coronas de papel que los nombran como "reyes designados"), vaciando las arcas fiscales, nunca pagando impuesto, nunca pagando salarios dignos, siempre desvastando, transformando en un costo operacional nuestra muerte, nuestro éxodo, nuestras vidas. ¿Eso tiene que ver con el éxito del socialismo del siglo XXI o el éxito rotundo del neoliberalismo Chileno? Mientras una familia venezolana espera en alguna de nuestras fronteras salir o regresar a su patria; la derecha venezolana contempla aburrida y frívola el hambre y la crisis desde su cuarentena en Florida...como toda la vida!!!
Rodrigo Andronicos | 09.08.2020
Se habla fácilmente de degradación de la sociedad caricaturizado. Pero el festín del autor pierde lucidez con el bloqueo económico que se ejerce sobre Venezuela, dado que es la forma más moderna de ejercer la guerra de dominación. Ya que estrangula la economía doméstica y convierte a sus habitantes en sobrevivientes en una sociedad que va perdiendo su norte complejo, para volcarse al hambre urgente.
Leonel Ulloa | 08.08.2020
Que triste, ¿alguna vez funcionará el socialismo? ¿Porqué la gente sigue creyendo en cantos de sirenas y cuentos de hadas?. Dios nos libre o nos encuentre confesados.
Hugo Fonseca Hermosilla | 07.08.2020
Siempre hay que tener cuidado de los mesías que ofrecen el paraíso un paraíso que nunca llega a la gente común y corriente, solo para ellos y sus amigos aprovechadores del sistema
W.W | 07.08.2020
Que bien y que buen comentario objetivo.
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