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Comentarios (30)

Carlos | 03.06.2021
Esta fase improvisada se ve en el manejo del home office igualmente, las herramientas están y existen, el mayor problema es la forma de uso. Tratan de replicar un modelo de comunicación sincrono con algo que por defecto es asíncrono y ahí se desarma todo ya que la enseñanza y el trabajo online no es ni será igual a un modelo presencial y lo que se impuesto es tan sólo un parche para tratar de salvar, pero sin una intención real de planificar una forma de crear un canal elearning efectivo ni mucho menos lineamientos para el home office. En corto, la técnica y el conocimiento están, la intención de mover la bola hacia un cambio cultural no. Los pillo a varios en una forma de vida que nos muestra que aún somos una cultura industrializada en vez de apuntar a una cultura de la información
Italo lucero | 14.03.2021
Por más que busco información respecto a la educación en línea para preescolares no encuentro nada, solo quejas de profesores y deficiencias en la a plataformas, antes de la pandemia no se recomendaba el uso de aparatos tecnológicos para niños preescolares pero nos obligan a tenerlos sentados toda la manana frente al computador ahora.
Nelson | 09.09.2020
Muy buen artículo, refleja lo que realmente ocurre con la educación online, pero mi tema va por la propiedad intelectual que aplica para este tipo de clases. Donde trabajo nos obligan a grabar las clases y a compartirla con los alumnos, pero como siempre he dicho, el programa de estudios pertenece al centro educacional, pero la clase es del docente. Me gustaría que hicieran un artículo que se relacione con lo legal o ilegal de lo expuesto anteriormente. Ni siquiera existe un contrato de por medio. Gracias.
Mariela Carvacho | 24.06.2020
A mi parecer, el artículo evidencia la crisis educacional que vivimos. Ahora es frente a la pantalla, pero antes era en el salón de clases, estudiantes sentados, pasivos, casi sin contacto visual, preocupados más de su teléfono que participar. Yo creo que la falta de visión, riesgo y lo difícil que es salir de la zona de confort, para tod@s l@s participantes del proceso, dificulta avanzar a mejores instancias de aprendizaje. Como profesora universitaria con 10 años de experiencia, en mi intento de buscar mejores experiencias de aprendizaje puedo decir que es difícil trabajar con las malformaciones de estudiantes y rutinas de los colegas con más años de experiencia.
Valeria Herrera | 20.06.2020
Felicidades por el artículo y la rigurosa investigación. Soy profesora universitaria y justamente compartíamos está reflexión en un curso de postgrado con profesores/as. Muy real, muy profunda la mirada.
Sandra | 15.06.2020
Creo que falta un análisis más a fondo de lo que piensan los estudiantes ...para así tener la otra visión y sacar conclusiones
EDUARDO LATORRE | 15.06.2020
Creo que, si bien, el artículo detalla claramente el acontecer diario de los académicos y alumnos universitarios, no se debe dejar de lado que se trata de una docencia de emergencia y, por lo mismo, se terminará en el corto o mediano plazo. Desde este punto de vista, profesores y alumnos deben estar dispuestos a poner lo mejor de sí para pasar este mal momento. Nunca debemos olvidar que nada reemplazará a la docencia directa y que, sea como sea, por más avanzados los sistemas y herramientas de aprendizaje en línea, estos profesionales nunca alcanzarán el nivel de aquellos que desarrollaron sus habilidades metiendo las manos en laboratorios, entre otros. Finalmente, solo indicar que toda esta teoría banal que habla de centrar el proceso educativo en el alumno y echa por tierra la antigua forma de enseñar y aprender, no es más que una forma de facilitar la aprobación de asignaturas y sacar luego a los alumnos como profesionales, entre otras razones, porque el Estado solo piensa en como no perder todo el dinero que gasta en becas y gratuidad, logrando a como de lugar que todo alumno que ingrese a una carrera debe salir de ella como profesional, no importando si tiene las competencias para ello o si el mercado es capaz de absorber a todos los profesionales egresados.
Paulo Lynch | 14.06.2020
bueno yo soy estudiante, y estoy de acuerdo con lo que dijo otro estudiante aca en los comentarios, y esque estas constantemente metido en el notebook, mirando la pantalla, escuchando e intentando concentrarte en las clases online, para despues meterte a otra clase online y otra mas, ademas de hacer los mega-trabajos que te mandan los profesores y aca quiero decir que no creo que todos los profesores sean asi pero en la universidad en que estoy yo, los profesores te bombardean con trabajos y tareas, que terminan agotando, hacer sentir a los alumnos enojados, tristes, angustiados, un monton de sentimientos negativos, que mas ensima nos colocamos en el contexto de estar en una pandemia, los estudiantes terminan ESTRESADOS, y es por eso que los alumnos estan cansados, agotados y solo quieren aprobar la materia, algunos de 4,0 para arriba estan felices no se si la mayoria pero solo quieren terminar todo esto, esta situacion terrible por la cual estamos pasando, volver a la normalidad, volver a la u, y tener clases de verdad, y poder relacionarnos con nustros compañeros y poder respirar aire fresco y decir que bueno que todo paso y que todo volvio a la "normalidad" entre comillas porsupuesto, porque creo que todo no volvera a ser igual que antes.
César | 14.06.2020
En general, buen artículo. Eso sí, me llamó especialmente la atención el penúltimo párrafo. Allí se apunta a una serie de dificultades a las que puede estar expuesto el estudiante. Sin embargo, eché de menos que los autores además hubiesen esbozado algunas posibles soluciones ( que imagino, deben haber discutido). Si no solamente nos quedamos en la vereda donde da la sombra.
Fernando Riquelme | 13.06.2020
Me parece totalmente estar de acuerdo con Elizabeth Veliz cuando comenta que la mujer es la más perjudicada ya que independiente de los problemas en casa y prefesora mujer debe cumplir con las clases, con el almuerzo, con el aseo, con el lavado, etc, etc. Eso es así y siempre será así. La mujer se lleva los problemas. Ella no pregunta solo cumple.
EliZabeth Veliz Filipp | 11.06.2020
Felicitaciones por el artículo ya que es un fiel reflejo de lo que estamos Viviendo. Y alguien se acuerda de los docentes? Les preguntaron si se manejaban en Internet y en las diversas plataformas? , si tenían gigas suficientes para cumplir con los requerimientos, si tenían PC? ... nadie preguntó sin embargo igual habían que cumplir y con actitud positiva con la cara llena de risa y sin cometer errores y agradecida de tener “pega”Además como en muchas otras ocasiones quien se vio más perjudicada “las mujeres “quienes dado la crisis nuevamente volvimos a asumir múltiples roles , para que decir de las que son madres de hijos en edad escolar y muchas a cargo de hogares monoparentales. El gobierno en tiempo récord aprobó la ley del teletrabajo.... mmmm que eficiencia.... !!! Además cómo les parece poco lo sobrepasadas que estamos, nos envían irónicamente cursos de cocina, cómo hacer esto o aquello
Carmen | 11.06.2020
Si bien concuerdo que, las clases no son de calidad, que los docentes hacen lo mejor que pueden con lo que tienen en sus casas, impresiona de mala manera la execiva cantidad de documentación que estos deben presentar, incluso es más de la que debían hacer en epocas de normalidad.
Camila | 11.06.2020
excelente artículo, se podría escribir con lenguaje más inclusivo para la próxima, las estudiantes y las docentes también existen.
Gustavo | 10.06.2020
Excelente... Soy docente y uds. Reflejan tal cual es lo que estamos viviendo. Es una forma distinta de relacionarnos con los estudiantes, muchos de ellos sin Internet y con su cabeza puesta en otra parte porque los efectos de la pandemia son inimaginables. Más que materias, los estudiantes necesitan contención, poder compartir sus inquietudes, más certezas que incertidumbres, más juegos que esquemas... Atte. Gustavo
Emilio Moyano Diaz | 10.06.2020
Muy buen artículo. Bien enfocado e ilustrativo de que ocurre. Quisiera hacer dos comentarios. 1.- Tratándose de una situación de emergencia por pandemia, la educación ha devenido a distancia, utilizando la via ‘en línea’ para muchos de nosotros (soy académico de una universidad del Estado). Este tipo de educación requiere una preparación no menor tanto de docentes como de estudiantes. Así, no habiéndola tenido es difícil dar normas consensuales para hacerla satisfactoria. Pero la experiencia de instituciones que si llevan años en ello permite al menos decir que es exigible para los estudiantes que participen con cámaras abiertas y no cerradas, ojalá el 100% del tiempo. Verse las caras retroalimenta y es fuente de protección a la sensación de frustración y soledad que este tipo de educación entraña, al no respetarse este tipo de medidas. Hay evidencia en apoyo de esto y de la necesidad de que los estudiantes participen activamente en las aulas. El segundo Comentario concierne a la erronea depreciación de la clase Magistral que se expresa en el texto. Si esta es de calidad, construida a partir de una variedad de fuentes más la propia experiencia del expositor, NO es encontrable en otros medios o lugar. Es única y no sustituible. Ella exige claro está atención concentrada de parte de los alumnos y, a veces, por tiempo más prolongado a lo que esta generación digital nativa está habituada y que es una de sus debilidades. La clase magistral sigue siendo un buen recurso que, como otros, hay que saber usarlo y dosificarlo, como todos los demás recursos. Dr. Emilio Moyano D.
Fabián Iglesias | 10.06.2020
Como estudiante, me parece que la descripción presentada en este artículo refleja muy bien la realidad de lo que se está viviendo en las clases universitarias. No obstante, creo que se está siendo muy crítico frente a una situación que es de carácter temporal por la emergencia sanitaria actual. Al menos en mi universidad los profesores han recibido un periodo de capacitación, aunque muy breve, para tener un mayor acercamiento a las plataformas digitales de aprendizaje. La mayoría de ellos han adaptado sus clases, tomando un rol de facilitador de los contenidos. Por otra parte, la universidad ha ayudado a sus estudiantes mediante el préstamo de equipos y becas de conectividad. Personalmente, no creo que las clases por videoconferencias se consideren una pérdida de tiempo. Al otro lado de la pantalla negra sí hay estudiantes que están escuchando atentamente. Esto no siempre se percibe, básicamente por la falta de comunicación no verbal. Imagino que muchos profesores no están seguros si sus alumnos están entendiendo o no los contenidos, porque antes lo percibían de acuerdo a los gestos en sus rostros. Sin embargo estimo que esta forma de enseñanza requiere de una inversión de tiempo adicional tanto para profesores como estudiantes. Por un lado, se necesita más tiempo para preparar las presentaciones de una clase -que anteriormente se escribían directamente en la pizarra-, y por otra parte, nosotros como estudiantes que, debido a la disponibilidad de la grabación de la clase, tendemos a revisar el video una segunda vez para repasar los detalles. Percibo que el aumento de estrés, se debe a la permanencia constante frente a una pantalla, tanto para el desarrollo de actividades sincrónicas, a través de las videoconferencias; así como para actividades asincrónicas, en la participación de foros internos de las asignaturas y en la realización de tareas y trabajos. Aún así, creo que hay que ver este proceso más bien como una oportunidad para mejorar las instancias de aprendizaje en sistemas virtuales. En el futuro se podrían adoptar sistemas mixtos, que incluyan parte de la enseñanza de forma virtual y otra presencial, por ejemplo para el caso de laboratorios y en actividades prácticas dónde es esencial estar en un lugar físico. Por último, quiero recordar que tanto estudiantes como profesores, debemos ser flexibles y no tan duros en un proceso que se desarrolla en el contexto de una emergencia.
maria veronica valdivia | 10.06.2020
Sin mencionar los atentados a la integridad académica! Si ya es difícil hacer clases a un grupo de pantallas negras inactivas, imaginate lo que es intentar evaluar el conocimiento. Y las casas de estudio cada vez más permisivas para no "alterar" al alumno. El terror a que los estudiantes hagan un paro online y no paguen sus mensualidades, ergo no tener fondos para pagar a los docentes, es enorme. (Nota: no de debe llamarles "alumnos" sino "estudiantes" pues afecta sus individualidades, alumnos es una palabra masculina ¿que tal?)
Érica | 10.06.2020
Quiero extrapolar esta investigación a lo que está pasando en educación. Media . Pero yo ahondaría en el tema de generaciones que no reaccionan frente a un estímulo , no hay interacción ... por qué no se muestran en cámaras ? . Donde están ? Problemas de autoestima? De desinterés ? Me dejo por ese lado algo no resuelto ...
Esptiben Rojas | 09.06.2020
Interesante tema, toca una realidad que actualmente se vive con las clases a distancia. Faltó decir que según la experiencia, en clases presenciales los(as) alumnos(as) tampoco muestran mucho interés en aprender, solo quieren aprobar, sin mayor esfuerzo y vocación por el estudio. La pandemia ha develado está realidad, desde hace tiempo nuestra juventud adolece de trabajo intelectual serio.
Mario Muñoz | 09.06.2020
El 09 de enero de 2020 Por medio de un correo presente varias preguntas a la sra Trabajadora Social de la carrera donde hoy 09 de junio de 2020 mi hijo menor cursa 2* año En esa oportunidad consulte por ejemplo sobre la compatibilidad de este plan de contingencia con la formacion de un profesional universitario La respuesta no fue para nada respetuosa Luego presente consultas al MINEDUC nunca hubo respuesta Presente el tema en consulta a la Contraloria,institucion que no da respuestas salvo excusas Hoy siento que mis dudas de ese entonces tambien las tienen ciudadanos de distintas areas: Profesores, Estudiantes, Padres, etc. Creo que esta crisis nos esta dando una super oportunidad de revisarnos quienes somos, quien esta a nuestro lado. Y lo mas importante COMO CONSTRUIMOS FUTURO Por favor demonos una oportunidad y diseñemos un proyecto basado en las pesonas y centrando la atención en lo humano Deseo la mejor suerte a todos y cada uno Gracias por distraer su tiempo y leer esto
SOFÍA | 09.06.2020
Esta pandemia nos ha puesto desafíos en todas las áreas de nuestra vida. En educación, los profesores en tiempo record hemos tenido que auto-capacitarnos en plataformas para lograr, en parte, los aprendizajes de nuestros estudiantes. Yo no daría una mirada oscura a esta situación, más bien e desafío es "aprender" de esta nueva forma de vivir y enseñar. Enfrentar, vía remota, los desafíos de la comunidad educativa es una nueva manera de gestionar la escuela y los aprendizajes. Esta experiencia servirá para prepararnos mejor y para admitir cambios en la escuela tradicional. Creo que la enseñanza presencial y remota es una combinación que llegó para quedarse, sin embargo hay que atender a quienes (estudiantes, alumnos,apoderados) aún en el siglo XXI no tienen acceso a una conexión de internet.
Juan Eduardo Romero | 09.06.2020
Felicito a los autores, es una visión realista de lo que ha sucedido en estas semanas. Es importante la diferencia que establecen al inicio del texto, entre e-learning o enseñanza "formal" a distancia, que requiere un tiempo importante de preparación pero quizás la preparación mas importante es la del docente. La alfabetización digital ya no es una recomendación, es una necesidad y esta pandemia ha permitido convencer hasta a los más escépticos. El tema pasa además por establecer a priori, lo que queremos obtener y lo que podremos obtener con estas metodologías, como resultado de aprendizaje.
Leyla | 09.06.2020
Para que está educación funciones también debe haber un compromiso y dedicación por parte del estudiante. En general el estudiante chileno no investiga ni Lee el material de estudio, por eso se gasta mucho tiempo en clases expositivas porque hay que empezar de cero. Si al menos llegarán con la información leída la clase sería el aclarar dudas y debatir, sería una enseñanza dinàmica y se lograría un aprendizaje
Cynthia Abarca | 09.06.2020
Estimados, me parece excelente este estudio, refleja sin lugar a dudas la realidad en la que vivimos los profesores universitarios en este proceso de educación de emergencia. Quisiera saber los autores del estudio o si tienen los contactos, para conectarme con ellos y ver de qué forma se puede medir en la universidad donde yo trabajo. Saludos
Juana Castro | 09.06.2020 | Socio/a 1 año y 7 meses
Muy buen articulo, refleja exactamente lo que estamos viviendo en las universidades "pantallas negras" nada de interacción, predica en el desierto. Las clases a distancia no reemplazarán jamas las presenciales en este caso son de emergencia.
| 09.06.2020
Buen día, felicitaciones y gracias por vuestro artículo, que refleja la triste realidad del panorama educativo actual, en que tal como sucede con la salud, muchas veces las prioridades no son las que debiesen ser. En una pandemia en que está en juego la vida e integridad de la salud humana, se ha decidido mayoritariamente en muchos casos, insistir aplicando en general, el tradicional modelo pedagógico desgastado, que aplicabamos hasta Octubre del 2019; sumado a lo indicado en el artículo, hay que agregar la presión solapada y permanente impuesta a las y los docentes, por realizar "clases de calidad", debido a un desfile de indicadores de acreditacion impuestos, que al parecer no se sensibilizan con esta grave emergencia y que puede condicionar a que las y los profesores impartamos nuestras clases frente a la pantalla de nuestros pcs, que en muchos casos refleja un soliloquio poco interrumpiendo por comentarios estudiantiles, que está siendo grabado y tal vez será visto o escuchado posteriormente por las y los estudiantes, cuya mayoría pareciera estar preocupado solamente, de aprobar las asignaturas y los docentes de enseñar a cómo de lugar, el programa de sus asignaturas, en momentos que el alma, la mente y el cuerpo están siendo afectados de una u otra forma, por una pandemia mortal. Ahora me levantaré a encender el computador y dictar una clase, gracias por la oportunidad de expresar nuestra opinión.
Héctor Vargas M. | 08.06.2020
Soy docente universitario y lo aquí señalado refleja muy bien la experiencia a la que nos hemos visto enfrentados/as. La divergencia emerge al leer los argumentos con que los autores finalizan su artículo, dejando la impresión (al menos en mi) de que la solución estaría en la adaptación de los/las profesores. Claramente cuando estructuramos un problema e intentamos determinar su naturaleza debiésemos apuntar a la identificación de todas las variables que le constituyen. En este argumento los autores aluden únicamente a una gran variable en juego: el rol de los y las docentes. Ciertamente somos parte de la ecuación, así como también lo son - a nivel micro - la motivación intrínseca y las condiciones materiales de acceso a la tecnología de que dispongan los y las estudiantes. Ya a un nivel meso o intermedio, se debe contar con una estructura universitaria que no esté preocupada de generar los recursos necesarios para la continuidad de su funcionamiento principalmente a través de la "autogestión", sino que cuente con una base de financiamiento suficiente para enfrentar ésta y otras demandas emergentes y connaturales a su función. En el siguiente nivel, el análisis de esta situación requiere mirar con mucha atención el conjunto de políticas adoptadas por el gobierno ante los efectos de esta situación de pandemia sobre la educación superior. Si bien nadie podría discutir que el foco central está puesto en la situación de salud, no es menos cierto que los gobiernos deben desarrollar mecanismos para asegurar el funcionamiento del país en su conjunto. Finalmente, a nivel estructural o macro, vale preguntarse entonces si el modelo de país que hemos construido y del cual tantas veces algunos/as se han ufanado a nivel internacional da efectivamente el ancho para proveer bienestar y mejorar la vida de su población, aún en condiciones de pandemia. Desde una mirada sistémica, que contemple todos los niveles y aristas, el problema adquiere una dimensión distinta. Ciertamente, en tanto docentes, necesitamos disponernos hacia el desarrollo de procesos flexibles, inclusivos y centrados en el estudiante, pero es indispensable avanzar también en la visibilización y abordaje de los otros niveles sistémicos. Desde mi perspectiva, pronto nos daremos cuenta que el mercado no resulta ser el mejor articulador y se requiere un Estado muy presente. Gracias por las reflexiones.
anysur | 08.06.2020
y primer ciclo básico, donde ni siquiera hay pantallas, ni docentes.... y padres trabajando, que es la educación para nuestros hijos.La desigualdad que se esta promoviendo.....
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