Agradecemos el interés del doctor Rossi por nuestro análisis de la situación en que está Chile a causa del Covid-19. Por cierto, diferimos de su afirmación de que «los argumentos expresados para respaldar tal afirmación son en extremo débiles«. Nuestra impresión es que el doctor Rossi hizo una lectura poco cuidadosa de nuestro artículo, ya que no hicimos varias de las afirmaciones que nos atribuye. A modo de ejemplo el doctor Rossi afirma: “Incluso, el artículo compara a modo crítico, los 100.000 test realizados en Chile respecto de los 500.000 de Estados Unidos sin considerar que la población americana es 20 veces mayor que la chilena”. Y justamente elegimos la ciudad de Nueva York porque tiene cerca de 8,5 millones de habitantes, y la Región Metropolitana tiene cerca de 8 millones; mientras el estado de Nueva York tiene cerca de 19 millones, y Chile se empina sobre los 18 millones. En nuestra columna comparamos a Chile con el Estado de Nueva York. Allí el primer contagio se reportó 1 día antes que Chile y desde entonces han hecho más de 500.000 tests. Chile recién se acerca a los 100.000 test acumulados.
El COVID-19 causaba estragos en China (1.400.000.000 habitantes) con cerca de 14.000 casos confirmados. Es decir, el 0,001% de su población total. Italia decretó cuarentena total cuando superó los 9.000 casos confirmados y empezó a vivirla cuando superaba los 12.000 (4 días después). 9.000 de 60 millones representa el 0,015% de la población. Pero, según el criterio expuesto por el doctor Rossi, China podría estar aún en fases iniciales porque tiene tan “solo” unos 82.000 casos confirmados y tan “solo” unos 4.500 fallecidos. En China, a más de 4 meses de iniciado el contagio han fallecido unas 3 personas por millón de habitantes. Italia registra 380, Estados Unidos 112 y Chile 7. Estas cifras pueden no ser relevantes, pero es conmovedor tener 133 muertos confirmados de COVID-19 en Chile al 19 de Abril. Y, por otra parte, si 8.000 casos confirmados causan estragos en España o Italia, con 2 a 3 veces nuestra población, debiera ser preocupante que Chile haya sobrepasado los 10.000 casos confirmados.
El doctor Rossi señala en su carta “(…) la baja letalidad en Chile comparadas con los demás países mencionados en igual momento de la curva de contagios”. Aprovechamos la oportunidad para referirnos a este delicado tema. Los fallecidos en los países europeos han sido en un 90% a 95% personas mayores de 60 años. Sin embargo, la mayoría de los casos confirmados por coronavirus en Chile ha sido de personas jóvenes, pero esto está cambiando de manera preocupante. A mediados de marzo alrededor del 80% de los casos confirmados en Chile era menor de 40 años y el 17 de abril era cercano a un 70%. En cambio, en Italia al 9 de marzo los mayores de 60 años era el 57% de los 8.342 confirmados. A esa fecha se reportaban 4.788 casos mayores de 60 años, es decir, 80 casos por millón de habitantes. En esa etapa temprana de la detección de contagios Italia lamentaba 353 fallecidos mayores de 60 años, 3 entre 50 y 59 años, 1 entre 40 y 49 años, y ninguno de personas más jóvenes.
El 24 de marzo Chile tenía 115 casos confirmados de mayores de 60 años. Este número ha llegado a más de 1.600 casos, es decir, casi 90 casos por cada millón de habitantes. En España, Italia y Holanda, la letalidad de los casos confirmados de mayores de 70 años es mayor al 20%. Días atrás, el 11 de abril se reportaban cerca de 520 casos confirmados de mayores de 70 en Chile; 7 días después se alcanzaba 88 fallecidos en este rango etario, es decir, un 17% de los casos confirmados días antes. Por lo cual parece que la letalidad y el número de contagios confirmados de adultos mayores no es bajo, ni siquiera en comparación con otros países cuando registraban un número de casos confirmados similar al nuestro.
Lo medular de nuestro aporte es enfatizar las dificultades de elaborar una estrategia para enfrentar el flagelo en base a información inexistente, confusa y/o contradictoria. A modo de ejemplo: “El 18 de Marzo el Presidente dijo que el Gobierno estaba preparado para un escenario en que hubiera 100.000 contagiados y que se necesitaran 8.000 camas críticas (en otras ocasiones ha dicho que tenemos 5.000 camas críticas y en otras aún, el ministro Jaime Mañalich ha asegurado que podemos atender a 15.000 pacientes “simultáneamente requiriendo hospital y la secuencia de tratamiento intensivo“). Los datos de ventiladores son todavía más inciertos; de hecho, hoy el Embajador de China en Chile aseveró que nada sabe sobre el envío de 500 ventiladores a nuestro país.
El doctor Rossi concluye diciendo que“debemos ser extraordinariamente prudentes a la hora de hacer proyecciones«. Justamente, ese es el punto central de nuestro planteamiento: insistir que con la información disponible no es posible hacer proyecciones válidas, ni menos elaborar políticas públicas eficaces para mitigar los problemas que enfrentaremos pronto.
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Soy un simple profesor de historia, no tengo la más remota idea si sus criterios para llegar a estas conclusiones son válidos. Sin embargo, me he tomado la molestia de leer con mucha atención los comentarios que les han dejado. La crítica ha sido bastante general, y si me permiten, veo una resistencia a aceptarla de manera positiva. Quizás pueda resultar un ejemplo en extremo torpe, pero sólo desde el sentido común que impone la historiografia, uno siempre sabe que los análisis de comparación, siempre tiene que realizarlos a través de puentes que hagan equiparable realidades disímiles.
