Este miércoles 24 de julio, la Contraloría General de la República, en conjunto con sus pares de Alemania e India, suscribieron los informes de auditoría externa a las agencias de Naciones Unidas que fueron elaborados durante el último año.
Dichos informes, aprobados de forma unánime y sin objeciones por Alemania, India y Chile, son el punto cúlmine de la primera experiencia de los equipos de la Contraloría como integrante del Board de auditores. Un desafío doble, porque no teníamos un referente cercano en América Latina que hubiese desarrollado este trabajo en los últimos 40 años, y porque se asignó a la Contraloría el portafolio más grande del board en términos de cantidad de agencias y programas a auditar.
En concreto, la Contraloría auditó 11 agencias y tres misiones de paz, con un patrimonio total de US$72 mil millones, entre las que se encuentran el Fondo de Pensiones de Naciones Unidas, compuesto por 128 mil cotizantes y 71 mil pensionados; la Agencia para los Refugiados Palestinos de Oriente Próximo, que entrega servicios a cerca de 5 millones de refugiados, es decir, la misma población que tienen países como Nueva Zelanda o Costa Rica; el Programa de Medio Ambiente, ONU Mujeres y Tribunales Penales Internacionales de la ex Yugoslavia y Ruanda, ente otros.
Para cumplir los objetivos mandatados por ONU, la Contraloría conformó un equipo que hoy alcanza las 57 personas: 48 fiscalizadores, el 70% de ellos auditores financieros, 8% auditores de sistemas y 12% de otras profesiones (abogados, ingenieros civiles, arquitectos y administradores públicos), con especialización en las áreas de los programas del portafolio, sumado a cinco personas back office, dos jefaturas en Santiago y dos directores en Nueva York.
La conformación de los equipos de auditoría y su desempeño ha sido objeto de cuestionamientos de diversa índole. En algunos casos, críticas basadas solo en diagnósticos que son parte del proceso de evaluación permanente de los equipos de la Contraloría. Herramientas que precisamente han permitido hacer ajustes necesarios para cumplir con los objetivos encomendados por Naciones Unidas y que hoy son validados por potencias mundiales en materia de auditoría, como lo son Alemania e India.
El contenido y principales hallazgos del trabajo no han podido ser conocidos hasta ahora por ser de carácter reservado, ya que los procedimientos de Naciones Unidas así lo estipulan, por lo tanto, es ahora el momento de evaluar, con todos los elementos sobre la mesa, el real aporte de la Contraloría a Naciones Unidas.
Acaso no se da cuenta que se burla de toda la ciudadanía con esta carta? Realmente se asemeja al personaje del emperador desnudo; todos saben lo incapaz de su gestión pero él parece no darse cuenta.
Ojalá renunciara pronto, por dignidad y la relevancia vital de la CGR en esta época de crisis institucionales.
