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Comentarios (6)

José Tomás Freire | 31.07.2013
Felicitaciones Matías, muy buen artículo. Saludos
Carlos Soto Ibarra, Psicólogo | 24.07.2013
Interesante…, aunque no estoy de acuerdo con algunos postulados; concuerdo que la sociedad hoy en día está generando situaciones de vulneración a familias pobres, que a su vez se transforman en familias vulneradoras de sus hijos. Respecto de aquello, se advierte que las políticas de estado no se preocupan de este problema mayor, ya que pareciera que hubiera una desidia en el abordaje y generación de un contexto de protección a las familias, entendido esto como la base principal y fundamental en la protección de lo derechos de los niños y niñas en este país. Respecto del concepto de inhabilidad parental, no existe sustento teórico y empírico que lo sostenga; en este sentido, muchas veces los profesionales que evaluamos habilidades parentales nos vemos más movilizados por criterios personales y de “guatómetro” por sobre criterios de validez. Por otro lado, concuerdo en que las residencias, al menos lo he visto en varios casos, ponen obstáculos a las familias biológicas para el establecimiento de contactos con sus hijos a través de las visitas, cundo existe una separación obligada que comienza con una medida de protección de aquellos niños y niñas que siendo separados de sus familias se encuentran ingresados en una residencia; aquello lo hemos visto en la experiencia que tenemos de evaluaciones de habilidades parentales, donde muchas familias señalan situaciones de este tipo con una indefensión que a uno lo deja impávido y donde, en el trasfondo, se ve reproducida la lógica vulneradora de las instituciones hacia las propias familias “vulneradoras”. El problema siento, es que Matías defiende un principio ético filosófico que en muchas veces pudiera ser paradójico, y que en la lógica de la restitución de derechos de los niños y niñas pudiera resultar potencialmente vulnerador, por cuanto el mantenimiento de dicho principio, que creo nadie desconoce, puede llevarnos al mantenimiento de dinámicas vulneradoras que se están dando aquí y ahora con muchos niños y niñas. Lo interesante es que advertimos la paradoja de la vulneración, que lleva a pensar en el problema de hasta cuando y de acuerdo a ciertas condiciones mínimas suficientes, podríamos intervenir con las familias biológicas víctimas de vulneración (desde intervenciones macro y micro sociales), y resguardar de esta manera a los niños y niñas; pero también nos lleva a pensar en los límites de aquello, entendiendo la urgencia de poder evitar el daño y vulneración mayor de los niños y niñas en dichas condiciones de vulneración bajos sus propias familias. La paradoja de la vulneración nos lleva a la difusión de los límites que, a su vez, nos lleven a pensar en el marco proteccional de los niños. Por eso pienso que la mantención del principio que defiende Matías, puede llevarnos a lo contrario también, a perder la visión de vulneración desde el foco del niño e instalarla en el concepto de la familia de origen. Por otro lado, Matías hace alusión a un sistema de protección o de “defensa del niño”, lo cual es cierto que existe en otros países, pero en este país ni siquiera tenemos ley de protección que articule un marco legislativo, y una política pública con recursos para aquello. El estado de Chile y los gobiernos de turno han asumido esto como “un cacho”, donde los ejemplos abundan, un ejemplo de aquello es la RPA, la cual surge como parte de la discusión mediática a raíz de la “explosión” de la delincuencia juvenil en los medios de prensa, por allá en el año 2002 y donde dicha ley tiene una serie de reparos de organismos internacionales como la UNICEF. Más allá de aquello, y más allá de suscribir con una visión u otra, creo que dicha visión es necesaria y aporta al marco global de la discusión del tema de la protección de los derechos de los niños y niñas en nuestro país, lo cual ha sido asumido por el estado de Chile más como un eslogan que como una realidad tangible, llevando a las instituciones que trabajan en este tema a tener una visión sesgada y reducida. De acuerdo estoy en que la protección de los derechos del Niño no se logra bajo la acción concreta de una institución de gobierno como SENAME, sino que debiera ser una política intersectorial de desarrollo social y humano desde una lógica transversal, que nos lleve a plantear la discusión acerca del sistema de sociedad que estamos construyendo.
Mariela | 23.07.2013
Completamente de acuerdo! Trabajo en una residencia y describes claramente lo que sucede desde el interior. Ojala llegue el dìa en que la ùnica  soluciòn no sea desvincular a los niñ@s de sus familias sino que realizar un trabajo efectivo de reparaciòn; Entendiendo que esos padre maltratadores tienen una historia detràs y que hay que comenzar un trabajo desde las raìces para comprender el àrbol de la vida y perdonar-se... 
gisela forer | 22.07.2013
Solo agregar que la adopcion, en tanto via legitima de auxilio a la infancia, se pervierte cada vez que se aplica para abaratar los costos de un proceso de institucionalizacion que muchas veces es necesario.
Paz Rey Ramírez | 22.07.2013
Te agradezco Matías una vez mas, la claridad y el respeto con el que nos invitas a pensar la infancia. Haz sido capaz de hacer realidad proyectos que van en la linea de lo que planteas por lo que tu y muchos que hemos trabajado contigo, tenemos la certeza que esto que propones no sólo es posible, sino que también es digno y finalmente reparador para los niños y sus familias.
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