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Comentarios (4)

Domingo Rengifo | 23.10.2015
Hay un error conceptual en los comentarios anteriores, la felicidad ES un estado subjetivo, por ende no se puede enmarcar en una escala previamente diseñada por otra persona o institución. Por otro lado, no es que existan "momentos de felicidad", mucho menos dados por resultados, los últimos estudios y teorías apuntan a que la felicidad está dado por el proceso a obtener logros, no por los logros en sí mismo. Y claramente puede ser feliz una persona que tiene que pagar altas mensualidades, deudas, etc. de que estas circunstancias sean variables que pueden disminuir la percepción de felicidad estamos de acuerdo, pero está altamente comprobado que los niveles de felicidad no tienen relación directa con el desarrollo socioeconómico. Es más un estudio recientemente publicado en Chile menciona que las personas menos felicies en el país son mujeres jóvenes ABC1.
ricardo | 03.09.2012
Qué bueno que se insista en que los resultados incluyen cifras de malestar. Hay que mostrar las dos caras de la moneda. En otros medios he visto que sólo mencionan las cifras de bienestar, como si Chile fuera un ejemplo de país feliz. Recuerdo un artículo de José Joaquín Bruner que contestaba al informe del PNUD de 1998, que decía que en Chile no hay malestar, y la contrarespuesta de Lechner, reafirmando la tesis del malestar. La misma discusión despierta por estos días. Para mí es cosa de salir a mirar las calles para darse cuenta de que hay un profundo malestar social en Chile. Todo el problema es qué se hace con ese malestar. ahhh... por suerte el PNUD no ha caído en el debate de dudar ante las cifras oficiales. Buena columna...
hernán Montecinos | 01.09.2012
En estricto sentido la felicidad no existe como un estado permanente. Pueden haber momentos de felicidad lo que es algo muy distinto. Existen momentos de felicidad, por ejemplo, ante el nacimiento de un hijo, ante el ascenso en la carrera funcionaria en el lugar en que se trabaja, cuando se saca un premio gordo de la lotería, cuando hay un consentimiento de la persona a quien se ama, etc. No puede ser feliz quien tiene que pagar las altas mensualidades que se exigen en las carreras universitarias, no puede ser feliz quien vive atosigado por las deudas de las tarjetas de crédito, tampoco puede ser feliz quien tiene que aguantar los insoportables días de trabajo alienante en la oficina, o quienes acuden recurrentemente a las farmacias en busca de pastillas para dormir o para bajar los estados depresivos en sus distintos grados, etc. Las estadísticas son instrumentos manejables por quienes tienen que hacerla, sobre todo, por los gobiernos. Cuando los gobiernos de turno tienen que entregar estadísticas, hacen todo lo posible para dirigirlas en el sentido que se pretende, esto es, para concluir fines políticos de exitismo. Respecto a esta última práctica el actual gobierno ha exhibido una impúdica maestría que ha dejado como niños de pecho a los anteriores gobiernos de la Concertación: prácticas y malabares en los manejos de las estadísticas oficiales.
Joaquín | 31.08.2012
Tengo una duda con la inculsión de la pregunta sobre felicidad en la CASEN.. ¿fue tan así como llegar y preguntarle al encuestado si se consideraba feliz? Porque entiendo que preguntar algo así y de esa manera se presta para que se tienda a entregar una respuesta en la que no se puede confiar, ya que está influenciada, por ejemplo, por lo que la sociedad espera que responda, o por una ponderación apresurada acerca de las cosas que determinan su felicidad. Por lo que tengo entendido, la mejor manera de medir la felicidad es primero preguntando qué es lo que el encuestado considera una vida completamente feliz, sin nada que le falte y en que haya realizado todo lo que desea. Luego se le consulta por el otro extremo, bajo qué condiciones consideraría que su vida es completamente infeliz. Por último se le hace ubicarse dentro de una "escala de felicidad", donde, por ejemplo, 10 es lo que previamente consideró como una vida " completamente feliz" y 1 "completamente infeliz". Todo esto en un contexto en que el encuestado tiene tiempo y libertad para pensar con detención acerca de los factores que inciden en su felicidad. Estoy seguro que con una medición como ésta los resultados sobre bienestar subjetivo habrían sido más moderados..
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